Implicaciones de las normas internacionales de contabilidad en el análisis de estados financieros

AutorSantiago Mínguez
Cargo del AutorProfesor del Departamento de Control y Dirección Financiera de ESADE
Páginas69-91

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I Introducción

Las normas internacionales de contabilidad y normas internacionales de información financiera («normas internacionales» de ahora en adelante) empezaron a ser de obligado cumplimiento en la presentación de los estados financieros consolidados de los grupos cotizados en mercados financieros en 2005. Seguidamente, la aplicación de las normas deberá extenderse a otros estados financieros sin excepción: entidades privadas o públicas, con ánimo de lucro o sin él, estados financieros individuales o consolidados, etc. Si bien dicha aplicación estaba inicialmente prevista para 2007, a la fecha de realización de este texto y celebración de la ponencia del mismo contenido (octubre 2006), todo parece indicar que se aplazará hasta enero de 2008.

La aplicación de las normas internacionales en la realización de los estados financieros y, por lo tanto, el conocimiento dePage 70 éstas, no debe sólo ser de interés para auditores y profesionales de la contabilidad de empresas, sino que deben interesar a aquellos agentes que lean y tomen decisiones en función del trabajo finalizado por contables y auditores, y revisen los estados financieros preparados/revisados por éstos.

Los agentes a los que me refiero son, entre muchos otros, profesionales de banca comercial que deben valorar la posibilidad de conceder un préstamo a una sociedad, profesionales de mercados financieros que deben emitir una recomendación sobre un grupo cotizado en bolsa acerca de si comprar, mantener o vender un determinado valor bursátil, accionistas de una empresa interesados en conocer la situación patrimonial de su negocio, o la evolución reciente de éste, o incluso cualquier empleado de una empresa con conocimientos de economía y empresa, que desee conocer la realidad económico-financiera de la empresa en la que trabaja.

Todos ellos revisan con frecuencia estados financieros de empresas, y analizan desde su punto de vista particular la información en éstos contenida, con el objetivo de conocer más la empresa, controlar su evolución, y tomar ciertas decisiones de su ámbito de actuación, tales como la concesión de un crédito o la recomendación sobre un valor bursátil a la que hacía referencia antes.

Pues bien, dado que los estados financieros (balance, cuentas de resultados,...) van a pasar a contener una buena dosis de normas internacionales, aquellos que analizan estados financieros, a quienes me referiré como «analistas», deben familiarizarse con éstas para poder interpretar y entender al completo las cifras y conceptos contenidos en los estados financieros.

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Veremos, además, que las normas internacionales y, concretamente, la necesidad de aplicar el valor razonable a determinadas partidas, obligarán a ampliar los conocimientos financieros no directamente relacionados con contabilidad, como lo son las propias técnicas de valoración.

II Implicaciones en el proceso de análisis

Uno de los motivos de la existencia de las normas internacionales, desde su origen, fue el de homogeneizar la información económico-financiera contenida en los estados financieros de empresas de distintos países.

La globalización de los mercados ha traído consigo el acercamiento de economías de distintas regiones, la interacción entre éstas, y el incremento de las transacciones internacionales de todo tipo entre empresas (comerciales, tecnológicas,... y monetarias). Con el objetivo de obtener máxima seguridad en este tipo de transacciones, las empresas y quienes ordenan estas operaciones han tenido la necesidad de aprender más de su contraparte en una transacción.

Los analistas de estas empresas han tenido que revisar un volumen cada vez mayor de información financiera escrita en distintos idiomas (¡lo que no hace sino enriquecer los conocimientos lingüísticos del propio analista y puede resultar hasta gratificante!). Pero además, los analistas se han encontrado en muchas ocasiones que la información procedía de estados financieros formulados empleando criterios conta-Page 72bles distintos a los que éstos estaban acostumbrados en sus países de origen.

Esta diversidad de criterios contables se antoja innecesaria, pues un mismo hecho económico -la compra de una cabina de pintura en un taller reparador de automóviles español, por ejemplo-, debería quedar reflejada al final de año en los estados financieros del taller reparador de idéntica manera a cómo la refleja otro taller alemán, estadounidense o chino.

Algo parecido pensó el IASB (International Accounting Standards Board), antes IASC, organismo que emite las normas internacionales. Sus miembros decidieron consensuar una serie de conceptos, criterios y técnicas contables, y ponerlas a disposición de cada país, para su integración en su propia normativa contable.

En nuestro caso, las pusieron a disposición de la Unión Europea, y ésta, tras la revisión de las normas internacionales, decidió presentar la mayor parte del contenido de éstas de obligada integración por cada país miembro.

Además, el IASB creó un Marco conceptual único que sirviera de orientación a los países (aunque deberíamos decir empresas, organismos,...) que aplicaran las normas internacionales, en ausencia de norma concreta que indique cómo recoger contablemente un determinado hecho económico.

En un mundo ideal de aplicación de las normas internacionales, aquel en que sueñan los integrantes del IASB, los países estarían integrando en su legislación de manera escrupulosa el contenido literal de las normas -y las empresas aplicándolas. Un analista que ejerciera su trabajo en este entorno ideal no debería conocer más que la contabilidad de su país, pues se desprendería íntegramente de las normas internacionales,Page 73 y sería un calco idéntico a la normativa contable adoptada por el resto de países y sus empresas.

En este caso, el proceso de análisis que seguiría el analista sería idéntico para una empresa nacional que para una internacional. No necesitaría más que entender la lengua con que están escritos los estados financieros de la internacional. Salvo por diferencias de tipo de cambio, los estados financieros de una y otra serían directamente comparables, disminuyendo el tiempo de dedicación del analista, y la posibilidad de cometer errores al no tener que ajustar la contabilidad empleada por una empresa a la empleada por la otra (ejercicio necesario para poder comparar los estados financieros de las dos empresas).

En dicho mundo ideal, el analista que ahora está acostumbrado a emplear como materia prima los estados financieros preparados sobre la base del Plan General de Contabilidad de 1990, debería someterse a un proceso de adaptación a las normas internacionales, y plantearse cómo se ve afectado su proceso -o modelo- de análisis a las novedades que incorporan las normas internacionales.

Si entendemos que su proceso de análisis parte de una materia prima llamada «estados financieros obtenidos mediante el vigente Plan General de Contabilidad español», el analista ahora deberá diseñar un nuevo proceso de análisis que será idéntico al de partida con algunos ajustes necesarios por contar con una materia prima llamada ahora «estados financieros obtenidos por normas internacionales».

La molestia de tener que llevar a cabo esta adaptación de su propio proceso de análisis se verá compensada con creces cuando el analista tenga que analizar estados financieros preparados en otros países, pues si ahora tenía que entenderPage 74 la contabilidad realizada en ese país en la preparación de los estados financieros, y en su caso incorporar no pocos ajustes, ahora este paso previo de comprensión de una contabilidad ajena y realización de ajustes no se deberá realizar, pues será la misma que la contabilidad nacional.

Sin embargo, este entorno ideal soñado por el IASB no parece tan inmediato, pues el nuevo Plan General de Contabilidad español, que debemos esperar para finales de 2006 o durante 2007, no parece incorporar de manera escrupulosa el contenido literal de las normas internacionales. De esta manera, nos podemos encontrar con distintas adaptaciones de las normas internacionales para cada país que decida integrarlas, perdiendo (gran) parte del sentido de existir de las normas internacionales que señalaba: la homogeneización de la contabilidad en distintos países, y la inmediata comparabilidad de sus estados financieros.

En cualquier caso, parece que una primera implicación para el analista...

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