Los impagos de Nozar, Lábaro y Dico llevan a la constructora Seop a la suspensión de pagos. Crece la epidemia

F. Ruiz Antón

ERA cuestión de tiempo. Como en esos espectáculos en los que una ficha de dominó empuja a otra y ésta a otra, y así se tumban miles, la crisis inmobiliaria provocada por el endurecimiento del crédito alcanza ya de lleno al sector de la construcción. La primera en sacar la bandera blanca ha sido Seop Obras y Proyectos, filial del grupo Silver Eagle, que soporta una deuda superior a los 400 millones. Su dedo acusador apunta a Grupo Lábaro, Dico y Nozar, entre otras.

Seop, controlada por la familia Montalvo y que se encuentra entre las quince grandes constructoras de nuestro país, se vio obligada el pasado lunes a presentar la solicitud de concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos) ante un juzgado Mercantil de Madrid. La compañía, presidida desde hace poco por Jacobo de Montalvo Vijande, hijo del fundador, Javier de Montalvo Correa, cuenta con 1.100 trabajadores repartidos en nueve delegaciones y fue creada hace quince años.

El consejo de la constructora envió ayer un documento a los empleados en el que explica que atraviesa ?un problema de liquidez?, y que no ha podido hacer frente a sus compromisos de pago a ?consecuencia tanto de los recientes impagos de clientes del sector inmobiliario como del endurecimiento del sistema financiero en las operaciones de descuento de la cartera de efectos?. Los gestores de Seop dicen que la suspensión de pagos era ?la única salida para garantizar la continuidad y regularizar el pago de sus obligaciones con los acreedores ante una situación de verdadero riesgo para la viabilidad de la constructora.?

Con una facturación prevista de 550 millones para 2007 (aunque finalmente podría haber sido de 450), Seop se ha visto atrapada por su excesiva dependencia de la promoción residencial. El 75% de su facturación proviene de los encargos de empresas del sector inmobiliario.

Y esa dependencia, como han justificado ante el juez de lo Mercantil, es lo que le ha forzado a presentar la suspensión de pagos. Es más, fuentes de la propia compañía señalan con el dedo a inmobiliarias en claras dificultades financieras como Grupo Lábaro, Nozar, Dico o Nireo, como las culpables de llevarle a esta delicada situación. Pero los culpables no sólo hay que buscarlos fuera, ya que otras filiales del grupo Silver Eagle, como Alcalá 120 o Seif Residencial, también adeudan importantes cantidades a la constructora.

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