Identidades y diversidad sexual y de género

AutorPilar Ríos Campos
Páginas81-100
CAPÍTULO 5.
IDENTIDADES Y DIVERSIDAD SEXUAL Y DE GÉNERO
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1. INTRODUCCIÓN
La reivindicación del reconocimiento de las identidades individuales y colectivas
se encuentra en un primer plano del debate social y político. Lo que tradicionalmente
han sido luchas por cuestiones materiales, intereses de clase, etc., se traslada ahora al
ámbito de lo cultural, produciéndose, de esta manera, un desplazamiento de lo material
a lo simbólico. Nos encontramos, por tanto, en una transición en la que pretendemos
que los deseos y los sentimientos que, anteriormente se encontraban, en muchos casos,
en el ámbito de lo privado, tengan reconocimiento social y o cial.
En lo referente a la identidad, se ha producido una transformación fundamental.
Ésta ya no responde a las preguntas ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, sino que se ha
convertido en un devenir que responde más a las cuestiones ¿en quién quiero convertir-
me?, ¿cómo quiero representarme? Esto sucede tanto individual como colectivamente
(Tugendhat, 1996). Las identidades se entienden cada vez más como algo que depende
exclusivamente de la voluntad de los individuos, por lo que puede ser construida a
medida de los propios deseos y es modi cable sin restricciones. Este énfasis en las
identidades obliga a resaltar las diferencias en lugar de las similitudes, por lo que
termina reforzando las primeras.
El alejamiento de las reivindicaciones materiales y económicas, y su sustitución
por las demandas en el ámbito de lo cultural y lo simbólico, son consideradas frecuen-
temente, como las estrategias más progresistas para alcanzar la igualdad social entre
los distintos colectivos e individuos.
En el caso de los colectivos LGBT+, sus reivindicaciones, generalmente, se dirigen
hacia las demandas de reconocimiento de las identidades, en lugar de cuestionar el
sistema de poder que, en última instancia, crea esos colectivos como “diferentes”, al
salirse de la norma heterosexual y de género. El hincapié en aquellos aspectos que
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distinguen a unos grupos de otros termina fragmentando la diversidad sexual en una
multitud de intereses dispares, los lleva a competir unos con otros en el proceso de
alcanzar cada uno sus propios objetivos.
En este trabajo pretendemos hacer una re exión sobre si realmente las identidades
son tan maleables y tan dependientes de la voluntad de los individuos como se pretende,
y si se puede llegar a la igualdad social exclusivamente a través de políticas culturales.
2. ALGUNOS EJEMPLOS DE IDENTIDADES DIVERSAS
A continuación, vamos a relatar algunos casos de identidades diversas que pueden
resultarnos sorprendentes. Todos ellos son casos reales, aunque excepcionales (toda-
vía). Los exponemos aquí porque nos pueden ayudar a entender y analizar el tema que
estamos tratando.
Tom Peter, 34 años, británico. Se siente un cachorro de dálmata y pide ser recono-
cido como el primer hombre transespecie (mezcla de dos especies animales, en este
caso humano y perro). Se viste con un disfraz de perro dálmata que, para ponérselo,
necesita ayuda de otra persona, lleva una correa, come comida para perros, camina a
cuatro patas y ladra. Su mujer y él se divorciaron cuando “Spot” (su nombre de perro)
comenzó la transformación. Sin embargo, ella asegura que está muy “orgullosa de él
por ser  el a sí mismo” y que en estos momentos “estamos más cerca que nunca” (La
Vanguardia, 2019).
Emile Ratelband es un empresario holandés de 69 años que ha solicitado en los
tribunales que se le permita cambiar su fecha de nacimiento registralmente, porque
él se siente como si tuviera 49 años. El tribunal ha dictaminado que legalmente no se
puede permitir ese cambio porque “la edad implica una serie de responsabilidades y
derechos que deben ajustarse a la realidad”. Ratelband se siente discriminado y alega
que su situación es análoga a la de los transexuales, a quienes sí se les permite cambiar
su sexo registral. Ha presentado informes médicos en los que se certi ca que su estado
de salud es de una persona más joven de lo que indica su edad. Tiene 7 hijos de tres
parejas distintas. Admite que cambiar su edad también le daría ventajas a la hora de
utilizar las apps de citas y así tendría mayores posibilidades de encontrar un nuevo
amor (El País, 2018). Este es un ejemplo de una persona que se considera “transedad”.
Stefonknee Wolschtt, de Canadá, 46 años. Es una mujer transexual que se considera
una niña de 6 años. Wolschtt estaba casado y tiene 7 hijos. Decidió abandonarlo todo y
convertirse en una niña transexual. Ha conseguido ser adoptada por una pareja. Dice
llevarse muy bien con todos los miembros de la familia. Explica que lo que le motiva
a volver a la infancia es que “no quería ser un adulto en ese momento”. A rma que
ser una niña le ha devuelto las ganas de vivir y le han desaparecido los pensamientos

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