La identidad y la privacidad

AutorL. Beslay, J. Burgelman e I. Maghiros

La necesidad de equilibrar la posibilidad, reforzada por la tecnología, de captar y almacenar datos personales sin limitación, con los deseos de los usuarios de controlar la difusión de sus datos personales en el ciberespacio, reviste la mayor importancia para todos los usuarios de Internet. La urgencia con que debe abordarse este problema resalta aún más si se considera el probable (y previsible) aumento del número de instrumentos informáticos autónomos y móviles, así como nuestra creciente dependencia de los mismos para producir, automáticamente, registros de transacciones que se puedan utilizar oficialmente como pruebas. En este entorno en evolución, el concepto de identidad debe ser redefinido de tal modo que, por una parte, suscite la confianza pública en la seguridad del medio virtual y, de otra, salvaguarde los derechos de privacidad de los ciudadanos, al tiempo que se garantice el cumplimiento de la ley.

Los problemas de identidad y privacidad no son realmente nuevos. Por ejemplo, en Francia, en el periodo de entreguerras, se emitieron tarjetas de identidad con una fotografía que establecía un rudimentario enlace biométrico con el titular, con el fin de combatir el espionaje. Lo realmente nuevo es el entorno: la sociedad de la información, en la que se deberán manejar adecuadamente los problemas de privacidad, si se quiere garantizar el bienestar de los usuarios. Este nuevo entorno técnico, que se caracteriza por la contracción de las dimensiones de espacio y tiempo, tiende a difuminar las fronteras tradicionales entre la esfera privada y la pública.

La identidad se puede considerar como un agregado unívoco de datos personales. En la sociedad de la información, esta información personal será digitalizada, y la entrada de Internet en los hogares, las redes móviles, la multiplicación de los modos de conexión y de los tipos de pasarelas, harán del individuo el principal punto de convergencia de este, así llamado, medio de "inteligencia ambiental".

No todos los datos personales deben considerarse parte de la privacidad del usuario. Algunos aspectos de la identidad, como la reputación de una persona, pertenecen a la esfera pública. Así pues, el concepto de identidad tiende a fusionar elementos de los datos personales públicos y privados del individuo.

La protección de los datos personales significa respetar la privacidad individual y garantizar un nivel de seguridad aceptable: éstos son los dos pilares de la identidad en la sociedad de la información. Sin embargo, la necesidad de privacidad y la necesidad de seguridad se consideran tradicionalmente como objetivos contrapuestos: las organizaciones públicas y privadas desearían disponer de estrictos sistemas de identificación por razones de seguridad, mientras que los individuos desearían un mayor anonimato, a fin de preservar su intimidad. Pero si se los considera como los dos componentes principales del futuro de la identidad, estos objetivos podrían llegar a ser complementarios.

Realmente, el futuro de la identidad es un elemento clave para la naciente sociedad de la información. Constituye el vehículo del ciber-ciudadano en este nuevo medio digital. La Unión Europea está trabajando actualmente sobre cómo conciliar el desarrollo sostenible con una mayor movilidad. Dentro de esta estrategia, el tratamiento de la identidad será uno de los primeros retos de esta Europa "móvil", que facilite la navegación en el ciberespacio y las interacciones sociales entre los ciudadanos europeos en la sociedad de la información. Los instrumentos de tratamiento de la identidad, que podrán ser un programa de software, un agente inteligente o incluso un chip implantado en el cuerpo, tendrán que respetar la privacidad y la seguridad del usuario y también tendrán que facilitar la aplicación de las leyes en estos nuevos territorios digitales. En otras palabras, el equilibrio entre derechos y deberes individuales, que ha derivado de un extenso proceso socio-cultural, habrá de preservarse en la sociedad de la información. Por tanto, hay una necesidad evidente de evaluar las implicaciones que ello conlleve para el ordenamiento legal.

El principal objetivo de este número especial de The IPTS Report consiste en explorar, de modo prospectivo, los numerosos impactos de las nuevas tecnologías sobre el futuro de la identidad y la privacidad, así como en evaluar las distintas opciones políticas en este campo.

En el primer artículo, Esther Dyson examina la evolución del concepto de identidad y subraya los problemas emergentes que habrán de abordarse con el fin de crear una sociedad de la información más segura y más digna de confianza.

En el segundo artículo, Sebastian Clauss, Andreas Pfitzmann, Marit Hansen y Els van Herreweghen se proponen definir los requisitos más importantes para construir sistemas de tratamiento de la identidad, capaces, simultáneamente, de fortalecer la privacidad del usuario y satisfacer los requisitos de seguridad. Los sistemas de tratamiento de la identidad hasta ahora existentes no han tenido objetivos de privacidad (o sólo en grado limitado), o incluso pueden amenazar la privacidad de los usuarios si almacenan y procesan información personal sin medidas de protección adecuadas. Se necesita, pues, diseñar nuevos sistemas e incorporarlos en la infraestructura.

En el tercer artículo, Laurent Beslay e Yves Punie desarrollan el concepto de "residencia virtual", que puede contribuir a una mejor percepción y consideración del territorio personal digital de un individuo y también a abordar los límites difusos de lo que es público y lo que es privado en el mundo virtual.

En el cuarto artículo, que contribuye al ejercicio prospectivo sobre identidad y privacidad, Thierry Nabeth y Claudia Roda analizan el posible papel de los agentes de software en la evolución del concepto de identidad y destacan los nuevos problemas planteados por esta tecnología.

Por último, en el quinto artículo, Kevin Warwick aborda el impacto potencial de la tecnología ciborg sobre los problemas relacionados con la identidad que se plantean al reforzar las aptitudes humanas mediante el uso de implantes biomédicos.

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