De iberia prerromana a la romanización de hispania
Autor | Manuel Valverde Villa |
Páginas | 27-68 |
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CAPÍTULO I PRIMERA PARTE
DE IBERIA PRERROMANA A LA
ROMANIZACIÓN DE HISPANIA
1. IBERIA PRERROMANA (años 1.000 a 200 a.C.)
Antes de la entrada de las legiones romanas en Iberia2, en el año 219 a.C., nom-
bre que los griegos habían dado a la península, y que el general romano al mando,
Cneo Escipión, denominó Hispania, como ya lo hacían los cartagineses, el territorio
peninsular estaba habitado ya desde el neolítico, alrededor de 4.000 años a.C.3, por
pueblos procedentes de África (neocapsienses y almerienses), asentados en la meseta des-
de el Guadiana hasta el Ebro, y otros pueblos procedentes de Europa (de los Alpes de
Europa central y del Cáucaso), e indoeuropeos (ligures), cuya población se asentó en el
norte de la península, y que se hizo nalmente sedentaria, dedicándose a la agricultura
y a la ganadería.
Alrededor del año 2.000 a.C., en la edad del bronce, la cultura cretense llegó a la
península, inuyendo poderosamente en el sudeste de la península y trajo la industria
2 GARCIA BELLIDO, Antonio. España y los españoles hace dos mil años. Colección Austral.
Espasa-Calpe, S.A., pág. 51 en su nota 1 cap. I. aclara que el término ‘Iberia’ es griego, al parecer
de un rio, el rio Iberus, en la región de Huelva, donde habitaba un pueblo, el Ibero. El término
‘Hispania’ es latino, aunque de origen púnico o cartaginés. Alude a la abundancia de conejos exis-
tente en la península, que tanto sorprendió a griegos y romanos. La voz fenicia “i-shepham-im’’,
de la que se supone se derivaría Hispania, pudo signicar ‘costa o isla de los conejos’. Los romanos
usaron la palabra Hispania, añadiendo la H, como hicieron con Hiberia e Hispalis (Sevilla). Los
romanos usaron este nombre de Hispania por inujo de sus poderosos vecinos, los cartagineses.
3 Las excavaciones de Atapuerca nos dan vestigios humanos de homínidos en la ‘Sima del Ele-
fante’ datados de más de un millón de años a.C. y del ‘Homo antecessor’ de hace 800.000 años
en el Pleistoceno inferior.
LA HIPOTECA EN ESPAÑA Y SU EVOLUCIÓN HISTÓRICA
MANUEL VALVERDE VILLA
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de la metalurgia, principalmente del oro, de la plata, y del abundante cobre natural que
se encontraba en el terreno.
Aproximadamente a partir del año 1.100 a.C. comenzaron a llegar pueblos cen-
troeuropeos inuidos por la cultura esteparia de los Campos de Urnas, que introduje-
ron una serie de innovaciones culturales y lingüísticas importantes, emparentada con
la lengua de los vascos y que se establecieron en el noreste de la península y la costa
mediterránea y que genéricamente se han denominado iberos. Se fusionaron con los
almerienses. Han aparecido inscripciones en ibero desde nales del siglo V a.C.4
Siguiendo en este punto a GARCIA GALLO5, alrededor de los siglos IX y el
VII a.C., se produjeron dos grandes migraciones en oleadas de pueblos guerreros que
usaban armas de hierro y carros de guerra, que denominamos genéricamente pueblos
celtas y que entraron por los Pirineos extendiéndose por Cataluña, la meseta norte entre
el río Duero y el Ebro, la meseta sur y zona de la cordillera ibérica, donde se mezclaron
con los iberos para formar el grupo llamado celtíbero que ocuparon la meseta, entre el
sistema ibérico y el sistema central. Poco más tarde, hacia el año 650 a.C. fueron en-
trando pueblos galos, belgas y germanos que se establecieron en el centro y oeste de la
península y, por último, alrededor del año 350 a.C. entró el pueblo de los britones, que
se establecieron en Galicia y otras partes. Todos estos pueblos vencieron a los demás
pueblos que encontraron en sus asentamientos y, con ello, la cultura celtibérica y la
lengua ibera inuyeron en la lengua y forma de vida en toda la península.
Al mismo tiempo que los celtas, llegaron a la península los fenicios y los griegos
que, con su cultura muy avanzada, fundaron factorías y colonias a la largo de la costa
del sur atlántico y de la costa mediterránea, como las fenicias Gádir (Cádiz), fundada
en el año 1.100 a.C., Ábdera (Adra), Sexi (Almuñécar), que pronto después cayeron
bajo la tutela de Tartessos, o las griegas Hemeroskopeíon (Denia), Rosas, Ampurias,
Lebedoncia, Saluris, Kypsela, Pyrene, Mainaké, Heraclia, etcétera, destacando la cultu-
ra muy avanzada de Tartessos, localizada, sin determinar todavía, entre Cádiz y Huelva,
procediendo los tartésicos de las costas septentrionales de África.
4 El alemán M.EMIL HÜBNER publicó en 1893 su obra ‘Monumenta Linguae Ibericae’,
donde constan inscripciones ibéricas en 649 monedas que van de los siglos III y IV a.C., así
como una inscripción funeraria ibera en un asentamiento humano en Vall de Uixó, provincia de
Castellón de la Plana. Parece que el alfabeto ibero deriva del alfabeto fenicio. Ver sobre la cultura
ibera el libro de Édouard Philipon, Les Ibères, Paris, Librairie Honoré Champion, Éditeur,
1909. Source gallica.bnf.fr / BnF
5 GARCIA GALLO, Alfonso. El Origen y la Evolución del Derecho. Manual de Historia del
Derecho Español-I, Madrid, 1964, pág. 36.
CAPÍTULO I DE IBERIA PRERROMANA A LA ROMANIZACIÓN DE HISPANIA
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PRIMERA PARTE LA ROMANIZACIÓN DE HISPANIA Y OCUPACIÓN VISIGODA
Los fenicios, griegos y tartésicos conocieron el oro, la plata, el cobre, el vidrio
y el hierro. Al faltarles el estaño, fueron a buscarlo fuera, como buenos navegantes, lo
que provocó el desarrollo de este comercio con otros pueblos del Mediterráneo, así
como con las islas Casitérides (no conociéndose todavía su ubicación, en Azores o en
Gran Bretaña), con la Bretaña francesa y con el norte de la península, principalmente
Galicia, donde se asentaba la cultura castreña, que ha dejado cientos de asentamientos
en ‘castros’ próximos al mar. Esta cultura castreña gallega conoció el vidrio y el hierro a
través del comercio con estos pueblos del sur de la península que llegaron a sus costas
con una cultura superior.
Con Tartessos se produjo el oreciendo del comercio de esta zona sur de la
península con Cartago y con los demás asentamientos de griegos y fenicios en el Me-
diterráneo Occidental. La población de Tartessos era la más renada de la península,
empleaban el alfabeto, con escritos en prosa y leyes en verso; vivían en ciudades, amu-
ralladas o con torres defensivas, con una agricultura muy desarrollada; producía vino,
trigo y aceite. Famosas eran sus conservas de pescado y el ‘garum’ (salsa de vísceras de
pescado fermentado al sol, que se exportó después a Roma) y se explotaban las minas
de cobre de Riotinto, la plata de Cástulo (actual Linares) y el oro de los ríos. También
se exportaba y se importaba de África, Italia, Grecia o Fenicia.
Después, Tartessos, aliada de los griegos, fue destruida por los cartagineses y
éstos se adueñaron de las colonias griegas existentes en la península ibérica.
El historiador grecolatino Estrabón nos ha dado una imagen cabal de lo que fue
nuestra Patria antes de la era cristiana, de norte a sur de la península, escribiendo en
tiempos de Augusto, en el siglo I d.C., su obra Geographiká, cuyo libro III está dedicado
concretamente a Hispania, donde muchas ciudades, pueblos, campos y ríos de hoy se
ven identicados en su texto. Compuesta en diecisiete libros, es una obra fundamental
del mundo clásico. En lo que respecta al territorio hispano constituye la fuente escrita
más importante, al menos la más extensa. Aunque Estrabón no visitó Hispania, sus
fuentes parece se derivan de otros escritos, como los de Polibio, Poseidonios, Artemí-
doros y de la propia administración romana, incluso de las narraciones de la milicia y de
los propios legionarios romanos, con quien pudo tratar, al haber estado éstos luchando
en los últimos reductos hispánicos en Cantabria o Galicia6.
En cuanto al Derecho de estos pueblos indígenas de la península, en esta épo-
ca prerromana, se puede decir que no hay un Derecho unicado, sino una pluralidad
6 GARCIA BELLIDO, Antonio. España y los españoles hace dos mil años, según la ‘Geogra-
fía’ de Strabón. Colección Austral. Espasa-Calpe, S.A. Madrid, 1980, séptima edición, págs.
36-37.
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