Historia de Televisión Española

AutorFrancisco José Montes Fernández
CargoUniversidad Complutense de Madrid
Páginas639-695

Page 639

I El momento histórico del nacimiento

Entre las dos guerras mundiales la radio penetró en los más diversos estratos sociales del planeta, y la televisión dio sus primeros pasos en los países de tecnología más avanzada. Como había pasado con la radio en la primera gran guerra, la segunda paralizó el desarrollo de la televisión en los países europeos, pero, a partir de 1947, no sólo se reanudó, sino que, por la incorporación de las nuevas técnicas de radiocomunicación aparecidas en los años difíciles del conflicto bélico, fue salvada una buena parte de los serios obstáculos que habían impedido la expansión del nuevo y revolucionario medio de comunicación social.

La televisión nació en España como un servicio de Radio Nacional, integrado, por tanto, en la Dirección General de Radiodifusión. El 28 de octubre de 1956 fue transmitida la primera emisión regular de Televisión Española desde los pequeños y modestos estudios de Madrid, instalados en el Paseo de la Habana. No más de tres mil receptores pudieron recibir aquel programa.

En 1970, catorce años después, con más de cuatro millones de aparatos, la televisión cubre, con su primera cadena, casi la totalidad del país, y con su segunda, las áreas metropolitanas de las principales capitales, así como amplias zonas rurales cubiertas por potentes transmisores de UHF, siguen con interés los programas. Ordinariamente, entre la hora de la cena y la medianoche, la audiencia permanente de TVE osciló entre 7,3 y 10,2 millones. Así la televisión ha llegado a ocupar una parte destacada del tiempo libre de los españoles, y, como consecuencia, en la vida familiar y social del país.

Largo ha sido el camino andado en los primeros años de su existencia, y no faltaron obstáculos en el recorrido. En el presente artículo recogemos, en síntesis, los antecedentes y comienzos de la Televisión en EspañaPage 640

II Antecedentes: Barcelona y Burgos

Los más lejanos antecedentes de la Televisión en España se remontan al 22 de junio de 1929, día en que, bajo la dirección técnica de D. Joaquín Sánchez-Cordovés, subdirector de EAJ-1, Radio Barcelona, se recibieron en la emisora del Tibidabo unas telefotos emitidas desde Berlín. Medio año después, el 29 de enero de 1930, se efectuaron, desde el propio Tibidabo, por el procedimiento del belinotipo, el envío de fotografías desde Barcelona al extranjero. La primera fotografía que por procedimiento hertziano salió de España recogió un momento de la imposición de la Cruz Laureada de San Fernando al alférez de Infantería Martín Bravo, por su heroico comportamiento en la guerra de África.

Años después, en 1938, durante la guerra española, técnicos alemanes de la Compañía Telefunken mostraron a los directivos de la primera emisora de Radio Nacional instalada en Burgos unos equipos de televisión con los que se transmitieron programas de prueba. Pero ni el procedimiento era para entusiasmar -aunque, junto con los sistemas de Baird y Marconi, el Telefunken ofrecía la más alta calidad del momento- ni la ocasión era la más propicia. La reciente creación de Radio Nacional, los complejos problemas de su organización y su necesaria dedicación a las exigencias de la política de guerra impidieron dedicar alguna atención a la televisión.

Así que, vistas las pruebas, fueron devueltos los equipos a Alemania.

Pasaron diez años. La economía española, después de restañar las heridas de la guerra, estaba intentando resurgir. Fue entonces cuando la XVI Feria Oficial e Internacional de Muestras de Barcelona (1948) ofreció una gran novedad a sus visitantes: Philips Ibérica, SAE, presentó en sus «stands» su nuevo sistema de televisión. En la jornada inaugural, del 10 de junio de 1948, presidida por el entonces Ministro de Educación y Comercio, D. José Antonio Suances, las autoridades pudieron seguir, desde la sala de receptores, el primer Page 641 programa público de televisión que tenía lugar en España. Cuando terminó la actuación de María de los Ángeles Morales, que interpretó el aria de la Locura, de «Lucia de Lamenmoor», los privilegiados telespectadores subrayaron con un aplauso el entusiasmo con que fue recibida la nueva invención.

Los Estudios de la Feria de Muestras de Barcelona estaban instalados en una amplia sala del piso superior del Palacio Central, con una superficie de 500 metros cuadrados y capacidad aproximada para 600 personas. La iluminación se efectuaba por lámparas de mercurio de alta presión. Además se habilitaron habitaciones para camerinos, maquillaje, sala de visitas, etc. Al lado del estudio se encontraba el equipo emisor, de 567 líneas, norma que, por entonces, estaban desarrollando los equipos de investigación de la empresa holandesa.

Durante los días de la Feria el público que visitó el recinto siguió con interés las experiencias a través de los receptores.

El paso dado por Philips Ibérica movió a otras firmas de la competencia a ofrecer igualmente sus servicios. Así, el 16 de julio de 1949, festividad del Carmen, y después de las gestiones previas llevadas a cabo por el entonces Director General de Radiodifusión, D. Alfredo Guijarro Alcocer, y por el Director Técnico de la Dirección, D. Luis Guijarro, se efectuó una demostración en Madrid, esta vez con equipos RCA. La demostración consistió en la transmisión de una corrida de toros desde la Plaza de las Ventas a varios receptores instalados en el Palacio de Bellas Artes, abarrotado de público, y a otros instalados en el Palacio de El Pardo.

III Pruebas oficiales en el Paseo de la Habana

Estas pruebas motivaron que, por la Dirección General de Radiodifusión, entonces encuadrada en la Subsecretaría de Educación Popular del Ministerio de Educación Nacional, se proyectara el comienzo de una fase oficial de experiencias a efectuar por los técnicos de Radio Nacional de España. Se habilitó para ello un local en el Paseo de la Habana, adquirido por la Dirección General, en donde se construyeron pequeñas unidades experimentales. El grupo de trabajo Page 642 se puso en marcha inmediatamente a las órdenes de los hermanos Guijarro, ambos ingenieros de telecomunicación, estaba formado por Fidel Martínez Urbina, ayudante de telecomunicación; Manuel Lobato Ríos, perito industrial, y por los técnicos y auxiliares Sterling, Cámara, Muñoz Díez, Navascués Rosado, Ángel Rodríguez, José Lapeña, Felipe Almech, José Lombardía y otros.

Las pruebas resultaron satisfactorias, pero insuficientes. Era preciso contar con equipos profesionales. Por ello, en septiembre de 1950, fue adquirido el mismo transmisor Philips presentado en la Feria de Muestras de Barcelona sin que pudiera lograrse la importación del equipo móvil RCA que intervino en la demostración de 1949 por las dificultades que entonces encontraba nuestro país para el libre comercio con el exterior. El equipo Philips fue adaptado a 625 líneas, norma por entonces recomendada para Europa por el CCIR (Comité Consultivo Internacional de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones).

Así se pasó de la simple demostración a la fase experimental, adquiriéndose unas docenas de receptores que se instalaron en algunos domicilios y en los despachos del personal directivo. En marzo de 1951, se adquirieron dos cámaras supericonoscopio, con mesa de control dotada de visor electrónico y de mecanismos hidráulicos de enfoque, diafragma y cambio de objetivos para las cámaras, accesorios que, después, fueron mejorados por los servicios técnicos de Radio Nacional.

La llegada de las cámaras constituyó un gran acontecimiento para el reducido personal de TVE. Hasta entonces aquellos escasos empleados tuvieron que trabajar con las anticuadas cámaras de iconoscopio, con visor óptico formado por un cristal esmerilado en el que se veía la imagen incolora e invertida.

Se dispuso también de un mezclador para las dos cámaras, al mismo tiempo que fue construido un paso amplificador lineal de 500 vatios para ampliar la potencia del transmisor de imagen y una antena para mejorar el alcance sobre la ciudad. Sin regularidad, pero con periodicidad cada vez más frecuente, fueron emitiéndose programas, contándose siempre con la amable ayuda de los artistas más famosos del momento: Pilar Lorengar, Carmen Sevilla, Tranquilino y Esmeralda, Page 643 Ángel de Andrés, Fernando Sancho, etc. Un personaje popular que no faltaba a los programas era Perico Chicote. El premio a los artistas por su actuación era, exclusivamente, la copa servida por Chicote al finalizar cada sesión.

Creado el Ministerio de Información y Turismo, en julio de 1951, pasaron a depender de él todos los servicios de radiocomunicación hasta entonces integrados en la Subsecretaría de Educación Popular del Ministerio de Educación Nacional. El nuevo Director General de Radiodifusión, Jesús Suevos, reorganizó los servicios de radio y televisión, nombrando director técnico a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR