Historia, definición y legislación de las ferias comerciales

AutorAinhoa Rodriguez Oromendía - Azahara Muñoz Martínez - Demetrio González Crespo
CargoUniversidad Nacional de Educación a Distancia - Universidad Autónoma de Chile - Universidad Nacional de Educación a Distancia
Páginas449-466

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I Evolución histórica de la actividad ferial

Siempre ha existido la necesidad de intercambio comercial a lo largo de la historia y las ferias han representado un papel fundamental en dicho proceso1.

En sus inicios las ferias se asocian principalmente con el Antiguo Egipto, la Civilización Griega y el Imperio Romano, cuando los comerciantes ambulantes se reunían con los productores locales en bazares y mercados. Fueron los romanos los que empezaron a establecer las ferias en lugares permanentes, ya que anteriormente no disponían de una ubicación estable (UFI) y además introdujeron la moneda como valor de cambio, lo que reforzó el aspecto transaccional de las ferias2.

A finales del siglo V d.C. se desintegró el Imperio Romano de Occidente y la actividad comercial europea desapareció completamente hasta el siglo VII. En tiempos del emperador Carlomagno, durante el Sacro Imperio Romano-Germánico, renació el comercio y las ferias resurgieron en las rutas comerciales de caravanas más importantes, o en las que se reunían multitud de personas para celebrar sus festividades religiosas. Estas ferias se extendieron por Europa rápidamente3.

Durante los siglos VII y VIII podemos destacar en Europa Central las ferias de Babiera, Sajonia y Champaña4. En Francia también hay que destacar la feria de Saint Denis, organizada para comercializar principalmente vino y miel y que gozaba de gran concurrencia en el siglo VII.

A partir del siglo XII se crean numerosas ferias en Europa Occidental: en Inglaterra, en el siglo XIII tienen lugar cuatro de las llamadas grandes: Northampton, Saint Ives, Boston y Wincherter. En Francia las más importantes fueron la

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feria de Saint Germain y sobre todo las seis grandes ferias de Champagne: Lagny, Bar-sur-Aube, Provins, dos anuales y Troyes. Y en Alemania, las ferias más relevantes fueron Leipzig (desde el año 1165 d.C.) y Frankfurt (desde el año 1240 d.C.). Otras ferias destacables que aparecieron en Europa fueron la de Brujas (Flandes), Colonia (Alemania), Frankfurt, Ginebra, Lyon, Brie (Francia), Génova (Italia) o Stoubridge (Inglaterra)5.

En España, hay varias ferias que han gozado de cierto renombre. Entre otras, se pueden citar las de Jerez de la Frontera, concedida por Sancho VI en 1286 y que tenía carácter bianual, la feria de Burgos que Alfonso XI concedió en 1339, la de Segovia, las de Palencia, Toledo, Madrid, Villalón, etc.

Pero sin duda, la feria más importante en España fue la de Medina del Campo (el primer documento que la menciona data de 1421); las primeras ordenanzas de aposentamientos de feriantes datan de 1421 y fueron dictadas por Doña Leonor, entonces Señora de Medina; en 1491, los Reyes Católicos dan a esta feria la consideración de Ferias Generales de Reino6y en 1563, la cuantía de lo que se contrató en esta feria ascendió a 53 millones de maravedises y algunas letras se giraron por valor de 135 millones de escudos.

En relación a otras áreas geográficas más lejanas, hay que destacar la feria de Kinsai (China) que tuvo su máximo apogeo durante la Edad Media europea, la Gran Feria Azteca que conocieron los conquistadores españoles en lo que hoy es la actual ciudad de Méjico y la feria Nizhny Novgorod en Rusia central7.

Se produjeron varios hechos negativos al final del siglo XV, que iniciaron la decadencia de las ferias francesas. Este hecho no repercutió al mismo tiempo en toda Europa; por el contrario, se constata un auge considerable de las ferias alemanas (Hamburgo, Leipzig y Frankfurt). Pero a finales del siglo XV, la fuerte decadencia de las ferias francesas acabó repercutiendo en todas las ferias europeas, incluidas las alemanas.

A finales del siglo XV, se produce a su vez un hecho fundamental: el descubrimiento de América, lo que provoca que se inicie en Sevilla una intensa actividad comercial, mediante la creación de instituciones como la Casa de

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Contratación de Indias (creado en 1503) y el Consulado o Universidad de Cargadores (creado en 1543). En 1572 se construyó la Lonja, sede en la que se tenían que llevar a cabo las transacciones, por lo que podía considerarse como una "feria permanente". En la actualidad en este edificio está ubicado el Archivo de Indias.

Desde el siglo XVII hasta el XIX se produce un gran desarrollo industrial y las ferias sufren una transformación muy importante, pasando de ser lugares donde se producen intercambios comerciales a ser medios para la promoción de los avances tecnológicos de un país y medios para promover la actividad comercial en el extranjero8.

En este período se inicia el desarrollo de las Exposiciones Universales a las que se les asignó un papel de promoción institucional y cuyas funciones eran principalmente dar a conocer a nivel tanto nacional como internacional los nuevos productos de la industria de un país y atraer al gran público. En este sentido hay que mencionar La Gran Exposición de Londres de 1851 celebrada en el Cristal Palace, considerada la primera exposición mundial, que reunió a 14.000 expositores y a más de 6 millones de visitantes, y la de París de 1855 que tuvo casi 24.000 expositores y reunió a más de 5 millones de visitantes9.

Este desarrollo tuvo una notable influencia en la tradición ferial americana. La Gran Exposición de Londres de 1851 fue modelo y punto de inicio para la organización de la primera Feria Internacional americana en Nueva York, en 1853, (UFI) y la creación de otras similares en París, San Francisco, Filadelfia, Chicago, y otras más pequeñas como la Exposición Internacional de Barcelona, en 188810.

A su vez, las ferias se van transformando de "ferias-mercado" a "ferias de muestras", lo que significa que los contactos y las ventas son realizados sin mover las muestras expuestas durante la feria11. Esta novedad fue aplicada por primera vez en la feria general de Leipzig en 1894, por lo cual es considerada la

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primera feria moderna12; después se extendió a París, Lyon, Milán y a otras ciudades importantes. En España, la ciudad pionera fue Valencia. Estas ferias de muestras, con una elevada inversión y una amplia gama de bienes de consumo, dominaron la escena ferial en Europa hasta finales de la década de los cincuenta y primera mitad de los sesenta (UFI).

Después de la Segunda Guerra Mundial, se produjo una explosión industrial que provocó el desarrollo de las nuevas tecnologías con motivo de la aplicación de los adelantos de la industria de guerra. Este hecho provocó que las ferias tuvieran un nuevo enfoque mediante la celebración de los salones especializados, en los que se presentaba la oferta de un solo sector industrial. En Europa, esta nueva orientación se inició en la década de los cincuenta; España siguió este camino en los primeros años de la década de los sesenta, siendo las primeras ferias especializadas las relacionadas con el sector de la confección, hogar, náutica, embalaje, etc.

Por tanto, el desarrollo industrial ha ayudado a promover la creación de los salones o ferias especializadas y a su vez, a la reducción de la importancia de las ferias generales en los países desarrollados. En el contexto de la economía occidental, y como medio de adaptación a las nuevas circunstancias de la industria ferial, la mayoría de las ferias generales se han ido convirtiendo en ferias plurisectoriales13; tal es el caso de las ferias de Hannover, Barcelona o Valencia.

En el siglo XXI, el factor que más está condicionando la evolución de las ferias es su creciente internacionalización, ya que éstas cada vez son un elemento más importante para el incremento de los intercambios comerciales entre distintos países; en este sentido podemos destacar algunos hechos que están acentuando progresivamente el proceso de globalización: el final del sistema comunista y la fructífera transformación del sistema económico planificado hacia una economía orientada al mercado, prepararon el camino para intensificar el comercio e incrementar el intercambio de información; la creación de regiones de cooperación económica como la UE, ASEAN, MERCOSUR, NAFTA o CUFTA, posibilitan un mayor intercambio de bienes, servicios e ideas; y la liberación del mercado chino, que está apoyando este desarrollo14.

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II Definición y características de las ferias
2.1. Definición de feria

Desde el punto de vista etimológico, la palabra feria procede del latín (feria, feriae; pero se utilizaba principalmente en plural: feriae, feriarum). Los romanos la utilizaban para designar los "días festivos" o "días de vacaciones" refiriéndose al cese en esos días de toda actividad civil para dedicarla al culto religioso y a los festejos que lo acompañaban (UFI).

El alemán también asumió en su léxico esta vinculación de las ferias a las fiestas religiosas, dado que además de Markt o Jahrmarkt (mercado anual), la feria también se denomina Messe, que proviene del latín missa. De hecho, para concluir el servicio religioso se pronunciaban las palabras "ite, Missa est" y se iniciaba de esta manera la apertura del mercado.

Independientemente de la religión, los mercaderes intercambiaban mercancías a la salida de los templos, aprovechando la aglomeración, el ambiente festivo y la euforia religiosa, lo que incrementaba el ánimo de gasto. Al ir tan unidas estas dos acciones, se desarrolló en latín el verbo feriari, que significaba comprar y vender en la feria.

En los primeros tiempos del cristianismo, se entendió que era impropio nombrar los días de la semana con los nombres paganos de los dioses-astros, aunque se mantuvo el sábado y el domingo, pero éste también se llamó Feria Prima, es decir, la primera fiesta litúrgica dedicada al culto. Los demás días pasaron a denominarse...

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