Hacia estrategias prácticas

AutorRosa Mª Satorras Fioretti
Cargo del AutorProfesora titular de Derecho Eclesiástico del Estado, Universidad de Barcelona
Páginas167-179

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1. La Global reporting initiative (GRI)

Organismos de diferente269 índole reconocían hace ya años que la RSE no podía quedar únicamente plasmada para los Stakeholders en las cuentas anuales de resultados270 (entre otras cosas porque los aspectos concretos que cada empresa valora y toma en consideración son diferentes), surgiendo a tal efecto diversas propuestas para que las empresas plasmasen esta información para conocimiento de los grupos de interés. De los muchos modos que surgieron, destaca de manera muy especial la propuesta de la GRI (Global Reporting Initiative).

La GRI es una iniciativa constituida en 1997 conjuntamente entre la organización no gubernamental estadounidense CERES (Coalition for Environmentally responsable Economies) y el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), cuyo objetivo era el fomento de la «calidad, el rigor y la utilidad de las memorias de sostenibilidad». La iniciativa ha sido ampliamente respaldada por parte de representantes de empresas, de organizaciones asesoras no lucrativas,Page 168 de auditorías271, de sociedades de inversión y de sindicatos. La idea era alcanzar el consenso en torno a una guía mundial unificada para la elaboración de dichas memorias, con el fin de lograr, por un lado, su aceptación general y por el otro, dar seguridad jurídica a las empresas de cualquier lugar del planeta, pues siguiendo todas unos mismos criterios se clarifica el significado de unas memorias no obligatorias que cada cual hacía según su buen saber y entender. Las principales ventajas que incorpora su empleo generalizado son la credibilidad272, la comparabilidad273 y la consistencia274.

La primera «Guía para la Elaboración de Memorias de Sostenibilidad» del GRI se publicó como un borrador en el año 1999 y, tras un período de pruebas de un año, se editó la primera guía en junio de 2000; a continuación se inicia un proceso de corrección, que culminará -tras analizar y valorar las numerosas observaciones y puntualizaciones que hicieron multitud de partes interesadas a lo largo y ancho del mundo- en la publicación de una nueva Guía, la segunda, del año 2002.

En noviembre de 2004, el GRI elaboró otra guía, esta vez hecha a medida de las PYMES cuya versión en castellano se presentó un año más tarde bajo el título "En cinco pasos, Guía para comunicar políticas de Responsabilidad Social Corporativa en las PYMES". La guía se proponePage 169 como un manual flexible que permite en 5 pasos -tal como reza su propio título- orientar a las PYMES en el área de la sustentabilidad incorporando criterios sociales y ambientales. Finalmente se ha publicado una tercera versión de la Guía GRI, la ya conocida como G3, en el año 2006.

Tal como reza la Guía GRI de 2002, este documento posee diversas utilidades; por una parte, cualquier organización la puede tomar como mero material de referencia, o decidir irla aplicando de forma progresiva, o bien se puede optar por la elaboración de la propia memoria "atendiendo a un nivel más exigente de «conformidad», que se apoya en la transparencia para equilibrar la necesidad de flexibilidad en la elaboración de memorias con el objetivo de conseguir una mayor comparabilidad entre los informantes"275.

Asimismo, en la última versión por el momento -la G3- y a modo de justificación inicial de su propia utilidad, se dice que "una memoria de sostenibilidad deberá proporcionar una imagen equilibrada y razonable del desempeño en materia de sostenibilidad por parte de la organización informante, e incluirá tanto contribuciones positivas como negativas. Las memorias de sostenibilidad que se basan en el Marco de elaboración de memorias del GRI presentan los resultados que se han obtenido dentro del correspondiente período informativo, atendiendo a los compromisos, la estrategia y el enfoque directivo adoptado por la organización" 276.

A su vez, la propia Guía fija que las memorias de sostenibilidad pueden ser utilizadas, entre otros, para los siguientes propósitos:

  1. ) Estudio comparativo y valoración de hasta qué punto se han respetado las leyes, normas, códigos, pautas de desempeño e iniciativas voluntarias en la realización de prácticas en materia de sostenibilidad.

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  2. ) Demostración de cómo una organización influye en -y es influida por- las expectativas creadas en materia de desarrollo sostenible.

  3. ) Comparación del desarrollo de las prácticas sostenibles en el seno de una misma organización a lo largo del tiempo, así como entre las distintas organizaciones que lo están llevando a cabo.

    Resulta evidente (de acuerdo con los postulados presentados por ARCHEL DOMENCH277), que nos encontramos ante el intento más serio realizado hasta la fecha para lograr un conjunto de prácticas homogéneas en su realización, así como a la hora de informar sobre ellas, en los aspectos de derechos sociales y medioambientales de las organizaciones, todo ello basado en las grandes reglas directrices de lo que sería la más pura tradición contable en materia de normativización.

    La propuesta que realiza la GRI no está ni mucho menos cerrada, y la mayor prueba de ello es el hecho de que esté en continuo proceso de revisión, lo que comporta sucesivas y nuevas redacciones cada poco tiempo, aparte de que el propio documento reconoce que su tendencia es justamente esa, la de evolucionar constantemente e irse adaptando a la empresa de cada momento. Algo similar ocurre con otra propuesta, complementaria a la GRI, pero de mucho menor calado, que es la realizada por la Federación Europea de Expertos Contables (FEE, 2000), sobre el marco conceptual para la divulgación de información medioambiental, basada también en unos principios o hipótesis básicas desde los que partir.

    Pese a estos importantes esfuerzos unificadores, continúan en el tintero bastantes cuestiones por resolver, que deberán seguir siendo objeto de estudio y de análisis por parte de la doctrina; quizá la más relevante de ellas sea la definición aún no consensuada por el momento sobrePage 171 lo que se entiende por «desarrollo sostenible»278, tanto en su vertiente medioambiental (eco-eficiencia) como social (eco-justicia)279.

    Otro de los grandes temas que nos quedan pendientes sigue siendo la necesidad de dar una fuerte credibilidad a los resultados plasmados en las memorias de sostenibilidad que, o pasan por una verificación externa por parte de expertos independientes, o es imposible esperar que la sociedad crea en la buena voluntad de las empresas que los presentan.

    La copiosa incorporación de datos y elementos no estrictamente monetarios en los informes de sostenibilidad dificulta sobremanera la implantación, consolidación, reflejo y valoración real de todas estas prácticas; por eso, es menester -como primera medida de actuaciónla formación de un buen cuerpo auditores especializados en técnicas de análisis y evaluación de este tipo de datos no tangibles, a la vez que se constituyen equipos de trabajo multidisciplinares capaces de verificar los datos contenidos en las memorias de sostenibilidad, así como de cuantificarlos en valores económicos de mercado; y todo lo anterior, a la par que se van unificando y normalizando los modelos informativos ad hoc.

    Si el principal objeto de las memorias de...

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