Guías y protocolos de actuación

AutorJorge González Fernández
Páginas115-140
MANUAL DE ATENCIÓN Y VALORACIÓN PERICIAL EN VIOLENCIA SEXUAL GUÍA DE BUENAS PRÁCTICAS 115
CAPÍTULO 6
GUÍAS Y PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
Jorge González Fernández
En capítulos anteriores veíamos como el estudio médico legal de la violencia
sexual era ampliamente abordado a lo largo de la historia por todos los grandes
tratadistas, si bien inicialmente el mayor, y en la práctica único interés, residía en
la obtención de pruebas que corroborasen o desmintiesen la versión de la mujer
denunciante. Con el paso del tiempo se han ido introduciendo pautas que acer-
caban la actuación del profesional a las necesidades de la víctima, hasta que en
los primeros años de este Siglo XXI la atención pericial centrada en la persona
se ha convertido en una obligación ética por la que el médico interviniente –bien
sea clínico o legal– debe procurar el mayor bienestar de la perjudicada durante el
reconocimiento, con el objetivo de limitar los efectos traumáticos que tienen la
agresión sexual y todo el proceso subsiguiente.
Fue a partir del año 2003, con la aparición de la Guía de la Organización
Mundial de la Salud para la Atención Médico Forense a Víctimas de Violencia
Sexual (1), cuando numerosos países comenzaron a elaborar sus propias normas
comunes de actuación, que incluyen todos los pasos para el cuidado de la salud de
la persona agredida y para asegurar una constatación de los hechos que permita su
resarcimiento a través de la Administración de Justicia. Contrasta el gran desarro-
llo de estas líneas de actuación en países tan dispares como Estados Unidos, Cana-
dá, Irlanda… Sudáfrica y la India, con la ausencia en nuestro país de unos Proto-
colos Médico Forenses unicados y coordinados, más allá de los breves apartados
incluidos en las Guías de intervención ante situaciones de violencia sobre la mujer.
Estos protocolos internacionales se orientan con una clara disposición hacia
la atención sensible y compasiva, y prestan un especial cuidado hacia los grupos
vulnerables. Algunos engloban la atención a las víctimas de violencia sexual den-
tro de la denominada violencia de género o por razón de su sexo, mientras que
JORGE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ
CAPÍTULO 6 GUÍAS Y PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
JORGE GONZÁLEZ FERNÁNDEZ COORDINADOR116
otros optan por una diferenciación que dé una mayor visibilidad a este problema
concreto. También puede observarse como en determinados países la atención a
las víctimas se realiza desde el campo de la Medicina o de la Enfermería Forense,
mientras que en otros se practica una asistencia médica ginecológica de la que se
extraen las consideraciones médico-legales.
Veremos a continuación las principales Guías y Protocolos procedentes tan-
to de nuestro entorno como de otros de países menos próximos cultural y geográ-
camente, con una breve descripción de las particularidades de cada uno de ellos.
1. GUIDELINES FOR MEDICO-LEGAL CARE FOR
VICTIMS OF SEXUAL VIOLENCE (1)
En el año 2003 la Organización Mundial de la Salud publicó unas directrices
bajo el título «Guidelines for medico-legal care for victims of sexual violence».
Se trata de un trabajo de 144 páginas, dividido en 8 capítulos, de los que el
número 4 se dedica a la «Evaluación y examen de las víctimas adultas de violencia
sexual», incluyendo cuestiones de gran interés como las relacionadas con el con-
sentimiento, la historia clínica y de la agresión, el examen físico y el registro y la
clasicación de las lesiones; el capítulo 5 aborda las «Muestras forenses» descri-
biendo técnicas para una toma eciente; el capítulo 7 se dedica al «Abuso sexual
infantil»; también resultan de gran interés los dos primeros capítulos por contener
un acercamiento al conocimiento de este tipo de delitos.
El objetivo de estas directrices es mejorar los servicios profesionales de sa-
lud para todas las personas (mujeres, hombres y niños) que han sido víctimas de
violencia sexual al proporcionar:
Trabajadores de la salud con los conocimientos y habilidades necesarios
para la gestión de las víctimas de violencia sexual;
Normas para la prestación de servicios de atención médica y forenses a las
víctimas de violencia sexual;
Orientación sobre el establecimiento de servicios de salud y forenses para
víctimas de violencia sexual.
Da una serie de recomendaciones para el profesional, que deben ser aplica-
das para conseguir el mayor bienestar de la víctima:
Saludar al paciente por su nombre. Utilizar su nombre favorito. Hacer del
paciente el centro de toda la actuación médica.
Presentarse al paciente y explicarle el papel que se desempeña y el puesto o
cargo que se ocupa (ej.: médico (a), enfermero(a), trabajador(a) sanitario(a).

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