Los grupos de interés

AutorGregorio Albardíaz García-Portillo
Cargo del AutorProfesor Asociado de Ciencia Política y de la Administración, Universidad de La Laguna
Páginas311-345

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A manera de justificación

Abordar el conjunto de colectivos que constituyen los grupos de interés en Canarias sería una tarea para la que se necesita un espacio más amplio que el de un capítulo de un libro dirigido a estudiantes universitarios, motivo por el que el contenido del presente estudio se centra en aquellos que actualmente tienen mayor relevancia social, económica y político-administrativa: las organizaciones sindicales y las asociaciones empresariales, aunque las primeras sean merecedoras de un tratamiento específico por el insustituible rol social que desempeñan. Esta decisión viene reforzada por el hecho de que el movimiento asociativo, en general, no atraviesa por uno de sus mejores momentos en Canarias, especialmente el de carácter vecinal, que tras perder el protagonismo que tuvo durante la transición política se encuentra inmerso en una fase de reflujo por la influencia que sobre las asociaciones de vecinos ejercen los partidos políticos desde el poder municipal. También el en su día vigoroso movimiento pacifista, aglutinado en torno a la lucha contra el ingreso de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la defensa de los insumisos condenados a penas privativas de libertad, se encuentra muy debilitado tras la entrada en dicho pacto militar y la posterior instauración del ejercito profesional en España que puso fin a la insumisión, lo que no impide que halla vuelto a resurgir a raíz del envío de tropas españolas a la guerra de Irak o con la aparición de un incipiente movimiento antiglobalización.

El movimiento ecologista en sentido amplio ha fracasado, de momento, en sus intentos de convertirse en una opción política electoral, pero algunasPage 312 de sus actuaciones en defensa del medio ambiente y de los espacios naturales han tenido gran trascendencia pública porque lograron movilizar importantes sectores sociales, como sucedió con las campañas Salvar el Rincón, en Tenerife, o Salvar Veneguera, en Gran Canaria, o más recientemente con Todos somos Vilaflor, asimismo en Tenerife. Las asociaciones ecologistas también juegan un papel relevante como grupo de presión en defensa de espacios amenazados por la especulación urbanística que en ocasiones propician las propias Administraciones públicas canarias, para lo que utilizan los cauces legales contra estas actuaciones, como vienen haciendo, por ejemplo, Atan en Tenerife, El Guincho en Lanzarote o Ben Magec-Ecologista en Acción en el Archipiélago en su conjunto. En el ámbito de las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) tienen un gran protagonismo social las vinculadas a la labor social de la Iglesia Católica, como Caritas o Proyecto Hombre, y las relacionadas con la sanidad, como Cruz Roja, que, junto a las auspiciadas por los colectivos sanitarios, realizan una tarea humanitaria imprescindible en relación con el fenómeno de la inmigración desde los países africanos. En el terreno deportivo destacan por su relevancia social el Club Deportivo Tenerife y la Unión Deportiva Las Palmas, que aún siendo entidades privadas, han obtenido importante financiación de Ayuntamientos, Cabildos y Gobierno de Canarias en inversiones para sus instalaciones deportivas y en publicidad. Existen otros grupos de interés en Canarias, como las fundaciones, los vinculados al mundo de la cultura o al movimiento feminista, entre otros, que en ocasiones pueden tener mayor relevancia social que los citados anteriormente, pero que insistimos su estudio global resulta del todo inviable en este capítulo, que, por ello, se limitará al análisis de las organizaciones sindicales y empresariales isleñas.

1. Las Organizaciones Sindicales Canarias

Los sindicatos, en general, pasaron de ser «los parientes pobres de la democracia», asfixiados por la penuria de medios y agobiados por su dependencia de los partidos políticos, a recibir acusaciones de estar integrados en un «sistema» que les prima por aparcar sus originarios planteamientos de transformación social. Los ideólogos radicales que formulan estas acusaciones no han logrado comprender el hecho de que la actual estrategia reformista de los sindicatos, centradas más en la negociación que en la confrontación (FÜHRER, 1996), les ha sido impuesta por los propios trabajadores durante el largo camino recorrido desde la transición política, en cuyo transcurso tu-Page 313vieron que conseguir la autonomía sindical tras una costosa desvinculación de los partidos políticos afines y asumir paulatinamente un importante protagonismo social participando en numerosos pactos político-sociales y en las Instituciones Públicas. Resulta por ello necesario abordar de manera sucinta los antecedentes y la evolución de los sindicatos para poder entender la actual realidad sindical canaria, básicamente caracterizada por la coexistencia de dos sindicatos catalogados como más representativos en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Canarias (CAC), Comisiones Obreras Canarias (CCOO) y Unión General de Trabajadores Canarias (UGT), una representativa organización sindical nacionalista, la confederación Intersindical Canaria (IC), y numerosas organizaciones sindicales sectoriales o gremiales.

1.1. Breves antecedentes sindicales canarios

El golpe de Estado del general Franco contra el legítimo Gobierno de la II República, salvo escasos focos minoritarios y aislados de resistencia rápidamente sofocados, triunfó en Canarias desde el inicio de la guerra civil en julio de 1936. Las autoridades militares suprimieron los derechos de asociación y huelga, ilegalizaron todos los sindicatos vinculados al Frente Popular, confiscándoles sus bienes, y encarcelaron o asesinaron a sus cuadros dirigentes. Esta desproporcionada represión impuso un largo período de silencio entre los trabajadores canarios que, en unión de los empresarios, fueron encuadrados obligatoriamente en la Organización Sindical Española (OSE), conocida popularmente como el sindicato vertical. En mayo de 1961 comenzaron en Tenerife una serie de conflictos de gran repercusión social, con una huelga que los panaderos saldaron favorablemente a sus intereses tras una importante manifestación, seguida en enero de 1962 de otra protagonizada por los estibadores portuarios que acabó con fuertes subidas salariales pero con el despido de sus lideres, y finalizaron con las protestas que lecheras y ganaderos de La Laguna y La Esperanza llevaron a cabo en marzo de 1962 para tratar de poner fin a la importación de leche a precios inferiores a los del mercado interior. En apoyo de este último conflicto fueron realizadas acciones propagandistas en Las Palmas de Gran Canaria por el movimiento nacionalista Canarias Libre (CL), cuyos fundadores habían creado, en 1960, al margen de la OSE el primer despacho laboralista de Gran Canaria, donde se canalizaron las luchas obreras que protagonizaron en la isla los trabajadores portuarios, guagueros y aparceros durante la década de los sesenta.

El nuevo sindicalismo de CCOO comenzó a organizarse en Gran Canaria a principios de los sesenta, en los barrios obreros de Guanarteme, La Isleta yPage 314 Arenales. Las primeras fueron creadas en la empresa Cinsa de Telde, en 1962, tras una huelga política en protesta por la detención de los dirigentes de CL, y durante 1963 se formaron en las empresas Tirma, Rumbo Fosforera, Unelco, Silos, Guaguas, Factorías de Pescado y Talleres. En 1965, se constituyó la primera dirección estable de CCOO en Gran Canaria, comenzó a publicarse Tierra Canaria como órgano de la oposición sindical que difundía las luchas obreras de la época, y se produjo la fusión del sindicalismo liderado por CCOO con el grupo cultural Latitud 28, formado en la Escuela Luján Pérez en 1963 y reforzado con el popular Club Victoria de la Isleta. Esta fusión, por los numerosos intelectuales y artistas que participaron en el proyecto, supuso la etapa más imaginativa y dinámica del movimiento sindical de la época al producirse una alianza real de las fuerzas del trabajo y de la cultura.

En mayo de 1966 fue promulgado el nuevo Reglamento de elecciones para los cargos representativos de la OSE, que al introducir el sufragio igual, libre y secreto lanzaba un reto a la oposición sindical democrática para que participara en las elecciones al sindicato vertical. El reto fue aceptado por el nuevo sindicalismo surgido durante la dictadura, que, junto a CCOO, englobaba a la Unión Sindical Obrera (USO) y a diversos colectivos cristianos, y en las elecciones de 1966 centenares de enlaces sindicales y jurados de empresa de la OSE fueron copados por sindicalistas democráticos cuyo principal objetivo era la desaparición del sindicalismo oficial y el retorno de libertad sindical (LUDEVID, 1976). A principios de 1966 surgió en Canarias un movimiento sindical clandestino en el que participaban CCOO, las Juventudes Obreras y cristianos progresistas que también participó en las elecciones con las candidaturas unitarias y democráticas, consiguiendo parcelas de poder en la OSE, como la Presidencia provincial del Sindicato de Comercio de Las Palmas, desde donde propició acciones espectaculares para la época como la manifestación del 1º de Mayo de 1966 o la ocupación del edificio sindical en 1967 para celebrar la Asamblea Libre de Obreros y Campesinos. Desde una perspectiva histórica, la ocupación parcial por vía electoral de la OSE fue una apuesta audaz de la oposición sindical democrática que practicó una...

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