Gobernanza universitaria

AutorJavier Fernández Fernández
Páginas119-154
119
6
GOBERNANZA UNIVERSITARIA
CAPÍTULO
1. NUEVA GOBERNANZA UNIVERSITARIA
«El tema universitario es así uno de los más debatidos en todo el mundo. Su interés es general
y no exclusivo de quienes pertenecen a la Universidad» (Latorre, 1964, pág. 13). Quizá sea
verdad; solamente hace falta asomarse a la realidad y comprobar que día tras día, todo el
mundo habla y comenta acerca de la universidad.
Para Corominas y Sacristán (2011, pág. 59), «no debe sorprender (…), que la universidad
sea objeto de atención constante y creciente en los medios de comunicación y por parte de
personas e instituciones que pretenden que el sistema universitario se configure y gestione
de acuerdo con sus intereses o los de los sectores que representan. Predominan propuestas
esquemáticas y reiteradas que con frecuencia no surgen de un análisis riguroso de la realidad
ni son razonadas, sino meramente enunciadas por personas supuestamente expertas que tien-
den a sintonizar con los intereses de las personas e instituciones con que colaboran».
Vamos a profundizar en el análisis acerca de la financiación de la universidad pública, pero
sin sustraernos a referirnos también a la gobernanza universitaria, fuente de debate actual,
no solo en el panorama universitario español, sino una cuestión abierta en otros ámbitos de
la sociedad.
Hablamos de gobernanza, y lo hacemos aun teniendo presente la afirmación de Maassen
(2012, pág. 16) en referencia a que «todavía no está muy claro si las nuevas formas de gober-
nanza en la gestión pública aumentan la efectividad, eficiencia y calidad que se espera que
estas aporten», o las de Aghion et al. (2008) y Shattock (2003), estos últimos citados por
Corominas y Sacristán (2011, pág. 75), para quienes «buen número de trabajos científicos
muestran que no existe una relación directa entre la forma de gobierno de una universidad y
su calidad académica y científica».
Uno de los objetivos en materia universitaria de la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía
Sostenible, era precisamente el de facilitar la gobernanza universitaria impulsando medidas
que garantizaran el ejercicio de las funciones de gobierno y dirección, la revisión de los proce-
dimientos internos de dirección y gestión, y la implementación de buenas prácticas, conforme
a los criterios internacionalmente reconocidos de calidad y eficiencia en la gestión.
Pero, qué es gobernanza.
© 2018: Instituto Nacional de Administración Pública, Javier Fernández Fernández, McGraw-Hill Education.
Financiación de la universidad pública en tiempos de crisis. Los Consejos Sociales
120
Kehm explica que para este término, que fue acuñado por el Banco Mundial, actualmente
no hay una definición unificada y ampliamente aceptada de buena gobernanza, y que incluye,
entre otras, nociones de transparencia, eficiencia, participación, responsabilidad, estado de
derecho y de justicia (Kehm, 2012, pág. 20). No obstante, Zurbriggen (2011b, pág. 43), aporta
la definición de lo que para Pierre y Peters (2000) y Meuleman (2009) significa gobernanza;
estos la definen como «la totalidad de las interacciones entre otros organismos públicos, el
sector privado y la sociedad civil, destinadas a resolver los problemas sociales o la creación de
oportunidades de la sociedad».
Ramió (2009, pág. 20) defiende que «la gobernanza no es un fin, sino un medio para
alcanzar la creación de un alto valor público. Una buena gobernanza relacional implica
abandonar mitos y axiomas no contrastados científicamente, implica transformar la admi-
nistración pública para que abandone su diseño tradicional y sea capaz de trabajar en
red pero dominando esta red», donde las instituciones públicas deben asumir su papel de
liderazgo.
Del Campo (2014, págs. 414, 416 y 418) explica gobernanza como una nueva forma de des-
cribir y entender las relaciones entre el Estado, el mercado y la sociedad, y, citando a Kooiman
(1993), como un nuevo modo de gobernar, combinación de dirección política y coordinación
social, diferente a las lógicas de las jerarquías y de los mercados. También a las jerarquías y a
los mercados se refiere Kehm (2011, págs. 12 y 16-17), y tanto del Campo como Kehm sitúan su
origen en la misma época: a finales de los años setenta como parte de las reformas conserva-
doras de Margaret Thatcher.
Maassen (2012, pág. 101) cita a Reed, Meek y Jones (2002), y expone que la gobernanza es
un concepto relacional del que se puede considerar que incorpora el liderazgo, la gestión y la
administración, y la RAE (2001) la define como «arte o manera de gobernar que se propone
como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promovien-
do un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía».
La nueva gobernanza o gobernanza moderna implica, pues, la incorporación de actores
sociales y de mercado —empresas— en los procesos de decisiones públicas; es decir, se trata
de una gobernanza más horizontal y menos jerárquica, donde se incrementan los elementos de
autogobierno y cogobierno.
Guerrero (2012, pág. 29) afirma que la forma de gobierno determina quién decide, y
bajo qué responsabilidad, lo que se gasta e invierte, por lo que no es algo irrelevante la forma
en que está gobernada una universidad pública, puesto que incide dramáticamente en su
eficacia y eficiencia.
Ferlie, Musselin y Andresani (2012, pág. 149) exponen que «la nueva gestión pública pre-
tende conseguir que el sector público sea más reducido, eficiente y orientado a los resulta-
dos», y el Consejo de Universidades y la Conferencia General de Política Universitaria (2010,
pág. 21) tampoco son ajenos a la necesidad de redefinir el modelo para diseñar universidades
acordes a los requerimientos sociales, y defienden reflexionar de forma urgente acerca del
actual modelo de gobernanza universitaria para encontrar el diseño idóneo que les garantice
estar posicionadas en lugares acordes a la relevancia de la economía española en el contexto
internacional.
© 2018: Instituto Nacional de Administración Pública, Javier Fernández Fernández, McGraw-Hill Education.
Gobernanza universitaria 121
En esta línea se están proponiendo nuevos modelos que lleven a una gobernanza dife-
rente, basados, entre otros aspectos, en la forma en que se eligen los órganos individuales y
colegiados tanto de las universidades como de las escuelas y facultades que las componen.
De esta manera, Becerra (2010), uno de los periodistas especializados en universidades más
reconocidos, recoge esquemáticamente los distintos modos de elección de rector, así como el
nuevo modelo propuesto.
Tres modelos de elegir al rector
Personal docente
e investigador
Estudiantes Claustro RectorPersonal de
administración
y servicios (PAS)
• Nuevo modelo propuesto
Propone
tres
candidatos
a rector
Formada por
personalidades
ajenas a la
universidad
• LOU (2001)
Sufragio universal ponderado
Requisitos:
ser catedrático
% % %
• LRU (1983)
Elección indirecta Elección directa Designación
Personal
docente
Estudiantes
Eligen al
claustro
Elige al
rector
Requisitos:
ser catedrático
PAS
Eligen al claustro
Eligen al rector
Elige a la Junta de Gobierno
Requisitos: ser catedrático
y tener experiencia en gestión. Sin
limitación temporal en su mandato
Sistemas
vigentes
Eligen al claustro
y al rector
Figura 6.1. Modos de elección de Rector. Fuente: Becerra (2010).
© 2018: Instituto Nacional de Administración Pública, Javier Fernández Fernández, McGraw-Hill Education.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR