Introducción general

AutorMaría Orozco Sáenz
Páginas15-19

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El lanzamiento del primer satélite artificial realizado por la extinta Unión Soviética en 1957 supuso el inicio de las actividades espaciales estatales. Ésta, junto con los Estados Unidos, se embarcó en una frenética competición en la recién comenzada conquista del espacio ultraterrestre que fue posible gracias a los desarrollos tecnológicos y científicos necesarios junto a un enorme esfuerzo económico.

El desarrollo de las actividades espaciales estatales estuvo acompañado por la reglamentación internacional de las mismas. Las Naciones Unidas, a través de la estructura institucional especializada y creada en la misma época, se convirtieron en el foro idóneo para establecer los principios jurídicos que regirían dichas actividades. La Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de sus Resoluciones, dio luz al Derecho del espacio ultraterrestre, una nueva rama del Derecho internacional con el objetivo de regular la acción del hombre más allá de la atmósfera terrestre. La actividad legisladora en el inicio de las actividades espaciales fue también frenética. En menos de diez años, fueron cinco los Tratados y Convenios emanados de las Naciones Unidas destinados a establecer unas normas jurídicas que deben regir las actividades del hombre en el espacio ultraterrestre. El Tratado del Espacio de 19671marca el inicio de esta actividad reguladora. Recoge, a través de su articulado, toda una serie de principios que serán desarrollados en textos posteriores. Dichos principios regirán las actividades que los Estados realicen en el espacio ultraterrestre con fines pacíficos, en beneficio de la humanidad y bajo el respeto del Derecho internacional, incluyendo la Carta de las Naciones Unidas.

Fue también la Unión Soviética la primera potencia en enviar con éxito un hombre al espacio ultraterrestre. El primer vuelo orbital realizado por Yuri Gagarin en 1961 supuso el nacimiento de los vuelos espaciales tripulados. Nace así la figura de los astronautas, cosmonautas o taikonautas. A partir de entonces, han sido alrededor de 500 personas las que han viajado al espacio exterior. Una vez más, rusos y estadounidenses encabezan las operaciones espaciales tripuladas. El objetivo principal de los programas tripulados de ambas potencias era llegar a la Luna. Como consecuencia de ciertos accidentes de graves consecuencias para uno y otro Estado, las Naciones Unidas promulgaron el Acuerdo sobre

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el rescate de astronautas2un año antes de que el primer ser humano pisara la Luna. Pese a la gran importancia que tiene la figura del astronauta, llama la atención a los juristas las escasas referencias que se hacen al mismo en los distintos textos legales que regulan las actividades espaciales. No en vano, son los astronautas los que realizan los programas espaciales de sus Estados y los que se preparan para realizar actividades profesionales fuera de la atmósfera en condiciones no exentas de peligro y con consecuencias desconocidas para sus organismos. En efecto, el Acuerdo sobre el rescate de astronautas establece la obligación de socorrer y devolver a los astronautas accidentados al país de su nacionalidad. Nada se dice sobre los derechos, deberes y responsabilidades de los viajeros del espacio. Como veremos a lo largo del presente estudio, no existe una regulación específica de los vuelos tripulados. Al ser parte de los programas espaciales de los diferentes Estados, los participantes en estos vuelos ejercen sus funciones bajo el ámbito de aplicación de las normas internas de sus propias organizaciones y agencias sin que se tengan en cuenta las características propias de esta profesión.

El Convenio sobre responsabilidad de los Estados,3el Acuerdo sobre el registro de objetos espaciales,4y finalmente el escasamente ratificado Convenio sobre la Luna5completan el denominado Corpus Iuris Spatialis que sigue plenamente vigente en la actualidad.

Desde aquella época hasta nuestros días, las actividades espaciales han evolucionado exponencialmente. Lo que en los años sesenta o setenta del siglo XX parecía ciencia ficción, como es la vida permanente fuera de la atmósfera, hoy en día es una realidad que sigue, a su...

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