Galicia: el agua y la transparencia simbólica

AutorJosé Antonio Fernández de Rota y Monter
Páginas53-56

José Antonio Fernández de Rota murió en el verano de 2010.

Page 53

Un capítulo fundamental en la tarea investigadora del profesor Lisón, es Galicia. A Galicia ha dedicado buena parte de su vida, mediante un extenso trabajo de campo en busca de interioridad y un notable cúmulo de obras dedicadas, de lleno, al análisis e Interpretación de sus datos y su experiencia allí vivida. Como profesor de una Universidad gallega, quiero rendir homenaje en mi breve intervención, al valor de esta ingente tarea. Carmelo Lisón ha ganado día a día la confianza de sus interlocutores. Ha sabido romper la suspicacia o prevención con que el hombre del campo suele recibir a los forasteros. Su tertulia en la oscura cocina familiar, su reunión con el grupo de vecinos hacía asomar a los labios la evocación de las más secretas vivencias de sus interlocutores. Le acompañaban en sus viajes y le permitían contemplar en directo escenas vedadas al profano. Quienes le conocían por primera vez, pronto caían en la cuenta del extraordinario conocimiento del tema que el forastero, visitante, «periodista» -para algunos- tenía. Se había convertido en un sabio popular que había apren-dido y seguía aprendiendo de todos ellos. En una de las ocasiones en que entrevisté, diez años después, a una entrevistada de Carmelo Lisón, me diría: «ese señor sí que sabía preguntar». La especialista popular y el estudioso especializado y aceptado hablaban un mismo idioma, donde las respuestas exigían ciertas preguntas, donde la anticipación y las implicaturas conversacionales fluían con espontaneidad entre uno y otra. No pretendo en este breve espacio, realizar una síntesis imposible de una investigación tan profunda, esclarecedora y certera. Me limitaré tan solo a ofrecer un ejemplo transparente. Un ejemplo que al estilo antropológico, nos permita ver a través de él, el relieve y colorido del fondo. Para ello, ningún ejemplo tan paradigmático, como hablar, a partir de Carmelo Lisón, del agua.

Para la mayoría de los peninsulares no gallegos, parece difícil evocar Galicia sin pensar en las aguas. Galicia es sus rías que penetran tierra adentro en costas recortadas llenas de frondosos bosques, praderías y huertas. Pensar en Galicia es evocar su lluvia frecuente, su mansa llovizna que inunda días enteros la campiña. Hablar de Galicia es hablar de sus nieblas y jugosos rocíos, imaginar sus riachuelos umbríos, poblados de molinos. Es difícil no pensar en el abrazo de Galicia y de su agua, incluso en los días de radiante sol sobre las tierras fecundadas por el agua. Pero es un poco más difícil aún, si el visitante y entusiasta estudioso, viene como Carmelo, de las tierras áridas y desérticas del Monegro aragonés...

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