La financiación ilícita de partidos políticos en Italia

AutorCristina Callejón Hernández
Páginas899-931
Capítulo veintiocho
La financiación ilícita de partidos políticos en Italia
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Contratada Predoctoral FPU de la Universidad de Jaén
Sumario: I. Introducción; II. Tipos penales italianos: 1. Bien jurídico protegido; 2. Conducta
típica: 2.1. Financiación pública de partidos políticos; 2.2. Financiación socie-
taria oculta de partidos políticos; 2.3. Financiación por parte de personas fí-
sicas; 3. Objeto material; 4. Elemento subjetivo; 5. Consumación; 6. Formas imperfec-
tas de ejecución; 7. Pena; III. Ilícitos administrativos relativos a la financiación
legal de partidos políticos: 1. Omisión de declaración conjunta ante la Cámara de
los Diputados; 2. Otros ilícitos administrativos; IV. Financiación ilícita de partidos
políticos. Derecho Penal vs. Derecho Administrativo.
I. INTRODUCCIÓN
La corrupción es uno de los grandes problemas que sufrimos en la actuali-
dad. Afecta muy especialmente, como no puede ser de otra manera, a los partidos
políticos. Es tan alto el volumen de corrupción a nivel general que parece que los
ciudadanos ya no nos sorprendemos cuando los medios de comunicación infor-
man de una nueva trama corruptiva.
La corrupción está minando la confianza de la ciudadanía en el mundo po-
lítico y resulta muy complicado encontrar algún partido político español libre de
ella. La malversación, el blanqueo de capitales o la prevaricación son algunos de
los múltiples ejemplos del panorama político actual. Sin embargo, este problema
no es característico únicamente de España, sino que también afecta a otros países
del entorno, como es el caso de Italia. Precisamente a eso se destina este escrito, a
realizar una síntesis acerca de un tema muy concreto: la financiación ilegal de los
partidos políticos en Italia.
No les falta razón a quienes afirman que la corrupción política se ve favoreci-
da, particularmente, por la larga permanencia en el tiempo de un partido político
en el poder, al igual que por la presencia de acuerdos entre Gobierno y Oposición
para el reparto de algunos beneficios materiales 1.
1 DELLA PORTA, A. – VANNUCCI, A. Corruzione Politica e Amministrazione Pubblica.
Bolonia, 1994., pág. 480.
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Esta idea es absolutamente cierta. Cuanto más tiempo pasa un partido políti-
co en el poder, mayor es la oportunidad de corrupción que se le presenta. La au-
sencia de cambios políticos determina una mayor seguridad a la hora de realizar
actividades ilícitas. Es por este motivo que la alternancia de partidos políticos en
el poder cada cierto tiempo ha de valorarse positivamente, pues una misma perso-
na o un mismo conjunto de personas que perduren años y años en un puesto de
gran poder supone un gran riesgo de corrupción.
Sin embargo, la segunda parte de la idea apuntada es aún más aberrante que
la primera, quiere decirse, la existencia de acuerdos entre el partido mayoritario y
la oposición para llevar a cabo actividades ilícitas de las que ambos puedan bene-
ficiarse. De nuevo, topamos con el gran muro del carácter oculto de la actividad
corrupta. La existencia de este tipo de acuerdos, que englobaría a un gran núme-
ro de representantes de la política de un país, dificultaría sobremanera la posibili-
dad de detección de los mismos, con la subsiguiente impunidad de todos los que
se han visto implicados en el juego.
Y es que, efectivamente, existe un vínculo entre la corrupción y el coste de la
política y ello porque el poder se conquista con votos y el dinero puede ser per-
fectamente destinado a adquirirlos de forma directa, para influir en los medios de
comunicación, para elaborar estrategias políticas sobre la base del análisis de las
preferencias de los electores o para realizar propaganda de captación de votos 2.
Esto es lo que está sucediendo en el panorama político tanto en España como
en Italia. Los políticos no dudan en destinar los recursos públicos a afianzar su
posición de poder y ello con independencia de los beneficios o perjuicios que
puedan causar al conjunto de la población. Múltiples acuerdos son adoptados
para asegurar la permanencia en el poder y muchos de ellos pasan por realizar
dotaciones económicas que quizá no son tan convenientes para los ciudadanos
pero sí sirven a los intereses del político.
Por ejemplo, una forma de permanecer en el poder y que se está realizando
en el momento presente consiste en subvencionar medios de comunicación, de
forma que se destinan recursos públicos que podrían ser más útiles para otras
partidas más necesarias. Los medios de comunicación subvencionados otorgarán
las informaciones con un punto de vista sesgado y negar este hecho sería bastante
ilusorio. De hecho, los Estados dictatoriales poseen el absoluto control sobre los
medios de comunicación y deciden lo que se emite y lo que no. Miles y miles de
recursos que podrían dirigirse a otra meta más provechosa para la ciudadanía.
Otra de las consecuencias de la corrupción es que produce deslegitimación
y desconfianza en los sujetos políticos implicados, lo que redunda en una reduc-
ción de las aportaciones voluntarias de los militantes y ello debilita las fuentes
legales de financiación autónoma 3.
2 VANNUCCI, Alberto. “Corruzione, partiti e competizione política: osservazioni sul
caso italiano”. Quaderno di Scienza Politica, 1997, págs. 123-124.
3 Ibídem, pág. 125.
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Obviamente, esto no puede ser de otra manera. En el momento en que
un militante queda decepcionado con el devenir del partido, por actuaciones
ilícitas, reducirá o suprimirá las donaciones que hasta el momento venía hacien-
do. Esto supone, en contrapartida, que esa donación que constituye un método
legal de financiación de un partido político, habrá de ser necesariamente sus-
tituida por cualquier otro medio que implique la obtención de recursos para
seguir financiando la política. En el momento en que la actividad ilícita resulte
más sencilla que la lícita, la corrupción campa a sus anchas arrasándolo todo a
su paso.
En todos los partidos políticos existen políticos corruptos y políticos honra-
dos. No se debe caer en el error de tachar a uno u otro partido de corrupto. Los
partidos no son corruptos, los corruptos son las personas que los componen.
El problema se presenta cuando una nueva trama de corrupción salpica a
alguno de ellos. La actividad corrupta cala en la confianza de los ciudadanos y
estos dejan de realizar aportaciones porque pierden la fe en el partido. El hecho
de que los partidos políticos, al menos en el caso de España, no estén respondien-
do contundentemente a este problema, dificulta sobremanera la solución. Pocos
políticos dimiten y pocos políticos son obligados a dimitir en proporción con las
grandes tramas de corrupción que recorren los pasillos de todos ellos.
Si la ciudadanía no aprecia una clara respuesta por parte del partido, la des-
confianza y la pérdida de fe reducirá el número de afiliados y, a su vez, el número
de aportaciones. Y los políticos obtendrán los recursos de una forma o de otra. De
esta manera, la corrupción sigue aumentando, convirtiéndose en un problema de
difícil solución, al disponer de un sinfín de aliados y pocos insurrectos.
Se ha afirmado que los propios criterios de socialización o de selección del
personal político del partido favorece la entrada de sujetos dispuestos a introdu-
cirse en el mundo de la ilegalidad, surgiendo un político caracterizado por una
figura fuerte, en consonancia con los recursos adicionales que extrae de las activi-
dades de corrupción, cuyo éxito lleva a abandonar la política a otros compañeros
más honestos, con lo que la corrupción se va extendiendo 4.
Probablemente mirando los intereses del partido, se captarán miembros
más dispuestos a hacer cualquier cosa por el bien del mismo. Ello puede suponer
perfectamente el abandono de los políticos más honrados para dedicarse a otro
puesto de trabajo, aunque todo dependerá de los intereses del partido y del polí-
tico en cuestión.
En este escrito se expondrán las conductas típicas relativas a la financiación
ilegal de partidos políticos en Italia, si bien se ha afirmado con rotundidad que
el problema de la financiación ilícita no se soluciona con una norma que regule
la forma de financiación de un partido político, al igual que la obtención de un
subsidio por desempleo tampoco puede luchar contra el delito de hurto y ello
4 VANNUCCI, Alberto. Corruzione, partiti e…”, Ob. Cit., págs. 125-126.

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