La figura jurídica de hotel

AutorM.ª Teresa Otero Cobos
Páginas93-122
CAPÍTULO II
LA FIGURA JURÍDICA DE HOTEL
Hasta este punto hemos podido analizar el entorno en el que se desarro-
lla el turismo, la estructura empresarial que lo conf‌igura, prestando especial
atención al sector hotelero, y los límites legales que le afectan tanto directa
como indirectamente. Así, desarrollando este marco, hemos dado las prime-
ras pinceladas para que, acto seguido, estudiemos con mayor detenimiento
las innegables repercusiones que en el mundo jurídico tiene el turismo y el
fenómeno del hospitality 1, en especial, los establecimientos hoteleros.
Nuestra intención no va dirigida a profundizar en la historia de los es-
tablecimientos hoteleros. Esa información se puede obtener gracias a las
importantes y destacadas investigaciones que se han realizado desde los al-
bores del fenómeno del turismo hasta la evolución de la industria hotelera
como la conocemos en la actualidad 2. En todo momento, las referencias al
hotel se realizarán desde el sentido de negocio o empresa y no meramente
desde el punto de vista arquitectónico como edif‌icio o instalación, ni desde
cualquier otra perspectiva ajena al ámbito mercantil.
En nuestra investigación resulta más importante conocer las nociones
modernas de hotel, considerándolo como uno de los elementos esenciales de
nuestro estudio y sobre el que recae el peso de la contratación turística que
1 La hospitalidad o el hospitality da nombre a un fenómeno que se centra en la amalgama de
servicios dirigidos al turismo. Es un concepto que permite referirnos de una manera amplia a todos los
sectores vinculados al ámbito turístico, generalmente desde el punto de vista del consumidor. La activi-
dad principal a la que se asocia es a la industria hotelera, dada la evolución que ha sufrido en las últimas
décadas y a su conexión con el resto de ramas productivas.
2 Un recorrido por la historia del turismo puede consultarse en CEBALLOS MARTÍN, op. cit.; FER-
NÁNDEZ RODRÍGUEZ, Derecho administrativo del turismo, Madrid, Marcial Pons, 2016; MARLASCA MAR-
TÍNEZ, op. cit.
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analizamos en estas líneas. Si bien es cierto, que lo que hoy en día entende-
mos por hotel es el resultado de los conceptos que durante décadas se han
forjado sobre esta materia. La evolución de las estructuras hoteleras, antaño
identif‌icadas con las tradicionales posadas o mesones hasta los hoteles tal y
como los entendemos hoy en día, ha propiciado que también se encuentren
en constante cambio todos los elementos jurídicos que le afectan.
El régimen jurídico del turismo en general, y del sector hotelero en par-
ticular, se caracteriza por poseer una normativa poco homogénea y con im-
bricaciones en distintas materias, ya sean civiles, mercantiles o administra-
tivas. Si acudimos al ámbito estrictamente jurídico para identif‌icar la f‌igura
del establecimiento hotelero, debemos tener en cuenta las connotaciones de
Derecho administrativo que le afectan. Esta afección va desde la regulación
de las instalaciones del edif‌icio, el registro de clientes, control sanitario y de
seguridad, la autorización para la apertura y el inicio de actividad turística,
la inscripción en el registro de establecimientos y actividades turísticas o
el sistema de clasif‌icación y asignación de estrellas, respecto a las que ya
hemos tenido ocasión de realizar una breve alusión. Es por ello que en este
capítulo vamos a hacer referencias constantes a las normas de Derecho pú-
blico, siempre enlazándolas con nuestra disciplina mercantil para ofrecer un
concepto de hotel lo más ajustado a la realidad posible.
1. DELIMITACIÓN DEL CONCEPTO DE HOTEL
La f‌igura del hotel queda comprendida dentro del concepto genérico de
alojamiento turístico. A esta noción, nuestra doctrina, al igual que adelan-
tábamos en el capítulo anterior y siendo importante volver a traer a estas
líneas, lo def‌ine como aquella empresa o establecimiento que se dedica de
manera habitual y profesional, a proporcionar hospedaje o residencia, me-
diante precio, a las personas que lo demanden, con la posibilidad o no de
ampliar el servicio con otros complementarios.
El nexo común que no ha variado a lo largo de la historia, es la acción
de dar posada al peregrino o de acoger al extranjero 3. Sin embargo, la es-
tructura, edif‌icación o empresa que ha ofrecido ese servicio de alojamiento
tiene distintas modalidades o clasif‌icaciones. Normalmente, la ordenación
de la actividad según el tipo de establecimiento de alojamiento se realiza
principalmente desde el ámbito administrativo 4.
Centrándonos en la modalidad de hotel, debemos buscar un concepto
que incluya tanto la perspectiva administrativa, regulando las relaciones de
3 Vid. MARLASCA MARTÍNEZ, op. cit.
4 Aquí volvemos a recordar lo que ya describíamos en el capítulo anterior en relación a la división
de los establecimientos en grupos hoteleros y extrahoteleros, distinguiéndose en el primer grupo tres
modalidades: hoteles, hostales y pensiones. Y en los segundos a los apartamentos turísticos, campings,
albergues y alojamientos rurales.

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