La educación familiar paradigma del cuidado

AutorDavid Reyero
Cargo del AutorUniversidad Complutense de Madrid
Páginas255-264
LA EDUCACIÓN FAMILIAR
PARADIGMA DEL CUIDADO
D毘肥皮 R碑美碑備飛
Universidad Complutense de Madrid
Diversas situaciones que no tengo pretensión de abordar han convertido la
familia en un espacio sobre el que resulta complicado teorizar sin pisar alguna
sensibilidad. Todos sabemos que existe eso que llamamos familia pero no todos
estaríamos de acuerdo en su definición. La pretensión de este breve escrito es
bordear las dificultades de su definición y atender directamente a la considera-
ción de la familia entendida como una institución básica para comprender los
más habituales mecanismos humanos de la reproducción biológica y transmi-
sión cultural. En nuestras sociedades esa institución está comúnmente formada
por unos padres y unos hijos.
En torno a esta institución de la cual me consta que quedan aún algunos
ejemplares, trataré de establecer una conversación con algunos autores que han
tratado el asunto. De esa manera pretendemos construir un discurso que sea útil
al pensamiento sobre tema tan relevante.
Participarán en este breve ensayo un desconocido cartujo y el señor Gilbert
Keith Chesterton al que no he podido evitar referirme debido a la importancia
que sus escritos tienen en mi pensamiento desde hace ya algunos años, también
nos acompañarán los señores C.S. Lewis y Alasdair MacIntyre y quizás se in-
corpore algún otro más.
La presencia del cartujo, J. L. Legaza, será sólo inicial pero sustanciosa y
me servirá de pretexto para lanzar el tema de fondo que no es sino el tema de
central de toda educación al menos desde Sócrates. Dice Legaza:
“Para conocerse a sí mismo estorba la idea que cada uno tenemos de
nosotros. La gran sorpresa, a veces alucinante, inaudita y, si cabe, des-
corazonadora es cuando descubrimos quienes somos. Hasta entonces
nos hemos estado descubriendo en las criaturas, lo que ellas piensan o
hacemos que piensen de nosotros, la interpretación que hacemos de no-
sotros mismos desde la experiencia de los demás. La lectura interesada
con que nos desciframos en medio de los acontecimientos” (Legaza,
1988, 9-10).

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