Familia y sociedad: una teoría acerca de su génesis y de la lógica que rige sus relaciones

AutorRafael Satrústegui y Caruncho
Páginas65-100
FAMILIA Y SOCIEDAD: UNA TEORÍA ACERCA
DE SU GÉNESIS Y DE LA LÓGICA QUE RIGE
SUS RELACIONES
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Resumen: El presente trabajo toma uno de los problemas clásicos de la
dialéctica marxista, el dilema con el que, con frecuencia, topa el hombre
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sociedad. La tarea se afronta sin renunciar a los postulados esenciales del
Iusnaturalismo-Deista, lo que ha permitido emprender la búsqueda de
criterios morales que nos indiquen cómo resolver semejantes coyunturas.
Para ello se examinan las actitudes, conductas y leyes que el ser humano
ha desarrollado desde su génesis, poniéndolas en relación con las circuns-
tancias ambientales de sus autores.
Palabras Clave: instintos, evolución, dialéctica, familia-sociedad, tensión,
moral.
Abstract: The present work approaches one of the classical problems of
the marxist dialectic, the dilemma with which the man encounters as a
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task is tackled without renouncing the essentials of the Deist-Iusnaturalism,
a fact that permits to undertake the research of moral criteria indicating
how to resolve such junctures. In order to do so, attitudes, behaviour and
laws developed by the human being from his genesis will be studied, rela-
ting them with the environmental circumstances of its performers.
Keywords: Instincts, evolution, dialectic, family-society, tension, morality.
Rafael Satrústegui y Caruncho
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1. INTRODUCCIÓN
Con este trabajo se pretende contribuir a descubrir la lógica que or-
questaría las relaciones humanas en sus distintos niveles gregarios. A tal
efecto se expondrán los extremos de una teoría que se aspira a que sea
capaz de salvar las carencias que el que suscribe aprecia en las escuelas
de pensamiento que han monopolizado esta cuestión, la clasicista, la
contractualista y la marxista.
La clasicista, cuya estela fue iniciada por Aristóteles1, reconoce la
existencia de las dos instancias gregarias que nos ocupan, a las cuales
alcanza a dotar de una lógica bastante satisfactoria. Sin embargo, peca de
contemplar a la naturaleza humana bajo una óptica decididamente está-
tica, como si se tratase de una obra fortuita y perfectamente ensamblada,
ajena a la mediación de largos procesos evolutivos capaces de imprimir
vocaciones contradictorias en su alma. Tal es la impresión que nos deja
el legado fundamental de esta escuela sobre este particular, el principio
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todas las inquietudes humanas sean encauzadas por las unidades gregarias
inferiores tanto como les sea posible.
La Escuela Contractualista, con reminiscencia epicúreas2, tiene el
acierto de subrayar que el elemento distintivo del hombre viene dado
por su capacidad para producir una voluntad racional que determine su
porvenir, dando así un justo lugar a la razón entre las causas directas de
las formas gregarias que adopta el hombre, pero hace aguas a la hora de
comprender que las facultades dianoéticas que posibilitan el proceso
decisorio, no son más que otra de las instancias por medio de las cuales
el logos ha tenido a bien que se cumplan sus designios.
Por último la Escuela Marxista, cuyas raíces más esenciales se hun-
den en la obra de Heráclito de Éfeso, recoge la discordia como una ley
intrínseca al cosmos que no ha hecho excepciones en lo tocante a la natu-
raleza humana. Sin embargo se desliga de los sabios dogmas Heracliteos
y de su más destacado seguidor moderno (Hegel) con gran temeridad
cuando resuelven que es posible escapar al fatal designio del logos, no
mediante la yuxtaposición y síntesis de las instancias contradictorias,
1 Aristóteles, La Política, Alianza Editorial, Madrid, 2007, p. 74.
2 Carlos García Gual, Epicuro, Alianza Editorial, Madrid, 2011, pp. 204 y ss.
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Familia y sociedad: una teoría acerca de su génesis y de la lógica que rige sus relaciones
que en este caso serían la familia y la sociedad, sino mediante la simple
y llana erradicación de la familia por la sociedad.
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escuelas, sin perder sus virtudes, en la presente obra se ha convenido en
adoptar como premisa la dialéctica materialista en un sentido amplio.
Por esto se entiende, de una parte, que todos los procesos psíquicos que
desembocan en la formación del deseo racional o voluntario son el re-
sultado de una suerte de desarrollo evolutivo, que se extiende a lo largo
del tracto vital de un individuo, fruto de la interacción que los sentidos
externo e interno mantienen con el medio material (sin dar una especial
preeminencia a la materia de naturaleza crematística).
Pero además, siguiendo la estela de Freud, se hace extensible el
imperio de la dialéctica materialista al ámbito de las pasiones primitivas
(también conocidas como instintos o deseos involuntarios). Elementos
que son de suma importancia en tanto que entrañan las vocaciones inna-
tas del hombre, delimitando el elenco de objetos que son susceptibles de
atraer su atención, suscitando la producción de conceptos simples y la
adopción de juicios racionales que culminen en la formación de la ante-
dicha voluntad. Sobre estos instintos, se sostiene que lejos de ser conce-
bidos como el resultado de un proceso súbito como podrían postular los
creacionistas, o al instante de producirse una percepción sensible como
sostenemos que puede suceder en la formación de conceptos simples y
juicios racionales, habrían sido labrados por los hados a lo largo de un
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una serie de situaciones típicas, que se fueron presentando en las sucesi-
vas generaciones del linaje humano a lo largo de miles de años. De suerte
que aquellas situaciones que más se prolongaron en el tiempo dieron lugar
a la formación de sedimentos anímicos de un mayor calado, intensidad y
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Aún quedaría por añadir un importante matiz en lo tocante a la génesis
de los instintos, que tiene la propiedad de tender puentes entre la dialéctica
materialista y ese poso “volitivo” que caracteriza a la Escuela Contractua-
lista. Este matiz ya fue bosquejado por el propio Freud cuando trató de
dar explicación acerca de la superación del Complejo de Edipo3. Consiste
3 Las vivencias del yo parecenperderse para la herencia, pero si se repiten con
la suciente frecuencia e intensidad en muchos individuos que se siguen unos a otros

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