Extractivismo, derechos humanos y desafección política en Venezuela

AutorVladimir Aguilar Castro - Saúl Guaimara Rondón
Cargo del AutorPolitólogo y abogado - Abogado y politólogo de la Universidad de Los Andes (ULA), Venezuela, con maestría en Ciencia Política (ULA)
Páginas12-30
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EXTRACTIVISMO, DERECHOS HUMANOS Y DESAFECCIÓN
POLÍTICA EN VENEZUELA
VLADIMIR AGUILAR CASTRO
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
VAGUILAR21@HOTMAIL.COM
SAÚL GUAIMARA RONDÓN
UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
GUAIMARA29@GMAIL.COM
En esta maraña de los tiempos se debe seguir pensando en la intempestividad no sólo como
una forma de perturbar el tiempo lineal y homogéneo sino también como condición de la
acción política.
Jacques Derrida, Espectros de Marx.
1. Introducción
En la República Bolivariana de Venezuela se dan tres condiciones de manera simultánea:
primero, junto a Bolivia y Ecuador, se tratan de Estados con las últimas constituciones de
América Latina en reconocer e incorporar derechos humanos de tercera generación como
parte del catálogo de derechos fundamentales. Segundo, son países extractivistas donde
la materialización de los derechos humanos cabalga con la propiedad del Estado sobre los
recursos hidrocarburíferos que se encuentran en el subsuelo. Tercero, todo lo anterior
conlleva a que en la mayoría de los casos los derechos humanos riñan con la condición
extractiva del país, situación presente en Bolivia, Ecuador y especialmente en Venezuela.
En este artículo pretendemos dar cuenta de esta realidad, en el entendido que mientras el
modelo económico de nuestro país se sustente en actividades extractivistas habrá cada
vez mayor dificultad para el logro de la concreción de los derechos.
Como expresión de lo anterior, la desafección política sería el resultado de este déficit
democrático. Nuestra intención es mostrar que en Venezuela la necesaria construcción de
la democracia, al ser posterior a la consolidación del Estado debe trascender el
extractivismo, basando la emergencia de un nuevo modelo civilizatorio ya no en la idea
de recursos naturales sino fundamentalmente en la de fuentes de vida.
Extractivismo, derechos humanos y desafección política en Venezuela
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Al igual que Jean Luc Nancy (2010), asumimos la noción de democracia (a secas) como
un proyecto en construcción y no como un fin en sí mismo. La democracia como requisito
para el ejercicio de los derechos humanos en general, crea las condiciones necesarias para
el desarrollo de ciertas vocaciones que en el contexto venezolano tiene que ver con lo
ecológico e intercultural, entre otros.
2. ¿Qué entendemos por extractivismo?
De acuerdo con Alayza y Gudynas (2012), el extractivismo se define como “la extracción
intensa de grandes volúmenes de recursos naturales para ser principalmente exportados
(con poco o nada de valor agregado) y que, por lo general, deja importantes impactos
sociales y ambientales en los territorios” (p.5). Según Acosta (2012), extractivismo es
aquella actividad que remueve grandes volúmenes de recursos naturales que no son
procesados (o que lo son limitadamente), sobre todo para la exportación. El extractivismo
no se limita a los minerales o al petróleo. Hay también extractivismo agrario, forestal e
inclusive pesquero. Advierte el autor que es un error asumir que el extractivismo existe
solo cuando se extraen recursos minerales o hidrocarburíferos. Hay muchas experiencias
de prácticas igualmente extractivistas en la explotación de madera o en la agricultura de
monocultivo.
Acosta (2012) también comprende el extractivismo como un mecanismo de saqueo y
apropiación colonial pero, a diferencia del saqueo, el extractivismo se da con la anuencia
de la élite gobernante y de la indiferencia o impotencia de la población soberana de los
recursos naturales extraídos, y ciertamente, en cualquiera de los dos casos, tales recursos
han sido indispensable para el desarrollo industrial y el bienestar de los países del norte.
Venezuela, y en general los países latinoamericanos, a partir de la conquista ha estado
signada con la explotación para la exportación de los recursos naturales. La historia
republicana de la región ha estado marcada por la extracción, siendo en Venezuela el
petróleo - y anteriormente el cacao - el recurso que por antonomasia explica la extracción
pues por más de un siglo ha servido para generarle ingresos al Estado.
A pesar de las tendencias ideológicas, para los políticos ha quedado claro que la
explotación y extracción de recursos naturales es fuente para la generación de riqueza y
la renta nacional. Así, la propuesta ecuatoriana de Sumak Kawsay o buen vivir, la
nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia y la propuesta de superación del modelo
rentista de Chávez y ahora Maduro, todos llamados gobiernos progresistas, no han
logrado resolver el problema de fondo que es la histórica dependencia extractivista.

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