Explorando las barreras de la segregacion ocupacional. Un estudio comparativo entre mujeres maquinistas de tren y mecanicas de vehiculos de automocion.

AutorBallesteros Donce, Esmeralda
CargoMONOGRAFICO

[en] Gender barriers at work: a comparison between women train drivers and women garage mechanics in Spain

Sumario: 1. Introduccion 2. Ocupaciones de dominacion masculina 3. Breve caracterizacion de las ocupaciones analizadas: mecanicas y maquinistas 4. Barreras para la incorporacion de mujeres como maquinistas y mecanicas 4.1 Acceso 4.2 Integracion, permanencia y desercion 5. Discusion 6. Bibliografia. Anexos.

  1. Introduccion

    En las cinco ultimas decadas, el mercado de trabajo espanol ha experimentado fuertes cambios, uno de los cuales es la progresiva incorporacion de las mujeres al empleo. En 1980, la tasa de actividad femenina se situaba en un 27,1 por ciento (Puy, 2000: 150). Transcurridas casi cuatro decadas, ese mismo indicador practicamente se ha duplicado (52,4 %, EPA 1T/2018). Esta positiva tendencia es efecto de diversos factores: cambios en la legislacion laboral, equidad en el acceso a la educacion (MEC, 2016: D8), mejoras en las oportunidades de empleo y un cambio de mentalidades que se refleja en el deseo de autonomia de las mujeres mediante la insercion en el empleo y la modificacion cultural de subalteridad en la trayectoria laboral de las trabajadoras (Prieto, 2007: 21-22). No obstante, ello no significa que se haya alcanzando un marco igualitario.

    La segregacion ocupacional persiste con fuerza, especialmente en algunos nichos de empleo. De forma que, se pueden identificar diversas ocupaciones que permanecen, o bien dominadas por varones, o bien dominadas por mujeres, y este diagnostico no es privativo de ningun pais (Hegewisch et al, 2010: 5; Ibanez, 2008: 94). En terminos agregados, los varones siguen reinando en ramas de actividad economica con mayor reconocimiento socio-profesional; mientras los empleos considerados 'masculinos' ofrecen salarios mas altos, derivados de su 'supremacia' en gestion o tecnica (Fagan, 2010: 7), las ocupaciones en las que ellas predominan presentan menos oportunidades de promocion (Rosenbaum, 1985; England, 2010) y retribuciones mas modestas (Levanon, England, y Allison, 2009).

    Entender por que persiste la segregacion ocupacional es un asunto importante, al menos, por dos razones. En primer lugar, no favorecer la igualdad de oportunidades en el empleo es una de las causas de la desigualdad entre mujeres y hombres, preocupa a gobiernos e instituciones sociales, pues este diagnostico esta asociado con una rigidez del mercado de trabajo y es causa de ineficiencia economica (Anker, 1997: 343). En segundo lugar, las mujeres siguen soportando un injusto estatus de subordinacion que remite, de manera conjunta, a la redistribucion--politicas economicas--y el reconocimiento--androcentrismo cultural--(Fraser, 2007: 25-26).

    En este articulo se presenta un analisis comparado entre dos ocupaciones extremadamente masculinizadas. La conduccion ferroviaria en Espana cuenta con tan solo un 1,5% de trabajadoras (3) y el empleo femenino en los talleres de reparacion de vehiculos se situa en un 14,5 %4. Diversas razones orientaban examinar de forma conjunta ambas ocupaciones. Por un lado, las caracteristicas de las empresas en el transporte ferroviario y la reparacion de vehiculos son muy dispares en el tamano y estilo organizativo y, sin embargo, el efecto de segregacion ocupacional es similar. Por otro lado, parecia interesante estudiar si las barreras que encuentran las mujeres para incorporarse a estos empleos y permanecer en ellos tenian elementos en comun.

    Las fuentes de informacion consultadas por las investigadoras han sido diversas --literatura especializada, estadisticas laborales, informes de empresa, etc.--, quiza el potencial mas valioso sea la produccion de un banco de documentos orales generado mediante la aplicacion de entrevistas en profundidad individuales, bajo un similar guion (tabla I).

    En este articulo hemos empleado el mismo material primario producido para la publicacion colectiva coordinada por Ibanez (2017) pero, en este caso, hemos vuelto sobre los testimonios buscando examinar mas en detalle 'las barreras' o dispositivos que impiden a las mujeres acceder a ocupaciones masculinizadas o, permanecer en ellas.

  2. Ocupaciones de dominacion masculina

    Desde los anos setenta del siglo XX, distintas disciplinas de las Ciencias Sociales van a prestar una progresiva atencion a la segregacion laboral por razon de genero y, en particular, se va a despertar un interes por identificar las barreras que las mujeres trabajadoras enfrentan cuando se postulan o acceden a ocupaciones dominadas por trabajadores varones. Los principales argumentos androcentricos para justificar la segregacion ocupacional pueden focalizarse en tres nucleos interconectados: 1) "las mujeres no pueden", 2) "las mujeres no quieren" y 3) "las mujeres no resisten".

    1) Las mujeres no pueden hace referencia a los efectos de la division sexual del trabajo y sus resonancias en la percepcion subjetiva en la asignacion de competencias y habilidades entre mujeres y varones. De forma que, mientras los varones seran socializados para desarrollar la fuerza, el dominio de la tecnica y la actitud de liderazgo; las mujeres 'virtuosas' habran de cultivar la sensibilidad, la emocion y las destrezas en el hogar haciendo o supervisando la alimentacion, la crianza y el cuidado de los miembros del hogar (Kmec, McDonald, y Trimble, 2010; Waite y Berryman, 1985). La vigencia de estos imaginarios estereotipados sobre el esencialismo femenino y masculino sigue activa y condiciona las elecciones formativas y laborales de las personas (England, 2010).

    2) Las mujeres no quieren pondria al descubierto los conflictos de tiempo y las jerarquias sexuadas en la asignacion de roles. El confinamiento de las mujeres al espacio privado y domestico conllevaria una socializacion de la feminidad que determina la prioridad esencialista del hogar. De modo que incumplir o cumplir mal esa tarea, ante la eventualidad de las exigencias de un empleo, pondria en juego el dispositivo de violencia simbolica, exigiendo la renuncia de las trabajadoras a lo secundario (el trabajo extra-domestico) y el retorno a su espacio natural. Los impactos en los conflictos de tiempo, denominados perversamente como conciliacion de la vida familiar y laboral, siguen siendo un argumento que determina las elecciones laborales de las personas trabajadoras (Jacobs y Gerson 2004; Percheski 2008). En todo el mundo, las estadisticas constatan que las mujeres siguen dedicando la mayor parte de su tiempo al cuidado del hogar y la familia, lo que ilustra la vigencia de la ideologia de la division sexual del trabajo (Sayer, 2005).

    3) Las mujeres no resisten: La exigencia en tiempo y esfuerzo de los empleos 'rudos', empleos 'de hombres' seria el discurso que pretende mostrar la normalizacion de los espacios de trabajo sexuados. Cualquier transgresion de esta division creara inicialmente problemas de aceptacion e integracion de las mujeres trabajadoras en ocupaciones masculinizadas (Kanter, 1977; Moore, 1988; Pesce, 1988; Maume, 1999; McPherson, Smith-Lovin, y Cook, 2001; Taylor, 2010). La oposicion y el hostigamiento son una de las causas de desercion en el empleo para algunas trabajadoras (Torre, 2014).

    La segregacion tiene una naturaleza multicausal, cuyos factores son dinamicos en el tiempo y, por supuesto, no han desparecido: procesos de socializacion sexuados, falta de informacion de las organizaciones, falta de visibilidad de las mujeres trabajadoras en ocupaciones de dominacion masculina, existencia de barreras de acceso al empleo en determinadas ocupaciones y desconfianza hacia su competencia y permanencia. La segregacion ocupacional no solo implica ineficiencias en la asignacion de los recursos disponibles, sino que hace persistir un contexto de discriminacion hacia las mujeres, manteniendo ciertos empleos como un 'privilegio' de los varones.

  3. Breve caracterizacion de las ocupaciones analizadas: mecanicas y maquinistas

    La reparacion de vehiculos y la conduccion de trenes son ocupaciones muy masculinizadas, para las que se presume formacion tecnica, destreza en el manejo de herramientas y maquinaria especializada, ademas de fuerza. En ocasiones, pueden percibirse como oficios 'sucios', en tanto la manipulacion de sustancias lubricantes, como la grasa, dejan visibles restos materiales en las prendas de trabajo y en los cuerpos. Todas estas circunstancias se alejan mucho de las expectativas contempladas por la socializacion femenina tradicional. En nuestras sociedades, la vision estereotipada de genero atribuye a las mujeres determinadas competencias, como son el cuidado, el buen trato con las personas, la meticulosidad y la limpieza; y a los varones la fuerza fisica o el manejo manual de herramientas, maquinaria y tecnologia (Daune-Richards, 2000 y Caceres et al., 2004). Asi, los trabajos de limpieza en general, y la limpieza corporal en particular, son tipificados como femeninos. Por tanto, que una mujer ejerza determinadas profesiones rompe con el estereotipo negativo de genero que establece que las mujeres no estan dispuestas a ensuciarse en el desempeno de un trabajo, un estereotipo que ha funcionado como barrera importante en el acceso a muchas ocupaciones.

    Asimismo, existen determinados mitos en torno a la fisiologia de los varones y las mujeres y, se asume que la fuerza fisica viene dada por naturaleza en los primeros, pero no en las segundas. No se concibe que la fuerza se desarrolle y sea en buena medida fruto de una determinada construccion del cuerpo, que tanto mujeres como hombres pueden ejercitar. La socializacion de genero y la desaprobacion social evitan que las mujeres desarrollen su fuerza, lo que los lleva a pensar que no pueden alcanzarla (Brace-Govan, 2004).

    En muchas ocasiones, existe una mistificacion en torno a determinadas ocupaciones masculinizadas que funciona como barrera a la incorporacion de las mujeres, esto ocurre con muchas de las del sector de industria y la construccion (Thrane, 2004; Paap, 2006). Se supone que las...

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