Exploración del impacto de género relacionado con los recortes en servicios sociales originados durante la crisis

AutorJuana María Serrano/Roberto Moreno/Santiago Gutiérrez
Páginas29-44

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1. Introducción

Las peligrosamente llamadas políticas de austeridad y de re-ajustes llevadas a cabo en España en los últimos años han recogido, entre otras muchas medidas, fuertes recortes presupuestarios y de reajustes estructurales en relación al mantenimiento y potenciación del sistema de protección social. De forma especial y en lo que se presenta en este análisis, es reseñable el adelgazamiento del sector público en lo referido a los recortes en prestaciones y servicios de atención y cuidado a personas y en los servicios sociales de forma más amplia. Ello ha supuesto un aumento de la desigualdad y ha agravado muchas situaciones y problemáticas sociales llevando a la extrema vulnerabilidad a muchas personas.

En este punto se hace necesario reseñar las singularidades de España dentro de un contexto comparado con respecto a los datos de desigualdad, ya que éstos se

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explican no solo por las consecuencias que se derivan de la crisis económico-financiera, si no que previamente a este contexto en etapa de bonanza económica, ya existían límites para reducir la desigualdad. Durante el crecimiento, los indicadores de desigualdad permanecieron estables y tras los procesos de mejora de los años previos y su paulatina convergencia con los datos medios de la Unión Europea, fueron aumentando de forma muy notable con el desarrollo de la crisis hasta situar a España en las primeras posiciones del ranking de desigualdad en el conjunto de países de la UE.

Se considera por tanto que es necesario advertir de la existencia en España de determinantes explicativos de las cifras de desigualdad. Desde una perspectiva comparada y citando lo recogido por diferentes corrientes éstos atienden a: la singularidad del mercado de trabajo, los cambios en la estructura de hogares, las actitudes de los españoles frente a la desigualdad y de forma especial las limitaciones de la intervención pública para corregir, a través de las políticas de impuestos y prestaciones, las diferencias de renta entre los hogares españoles. (Ayala & RuizHuerta, 2015).

Ante este marco, en el desarrollo del presente trabajo, se pone el foco en la tendencia de desatención y minusvaloración del Sistema de Servicios Sociales por parte de las políticas públicas, cuestión que , en un contexto de crisis, tuvo un momento de especial inflexión con el proyecto y aprobación de la Ley 27/2013 de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (LRSAL)en el cual se propuso la modificación de la denominación de «servicios sociales» por «evaluación e información de situaciones de necesidad social y la atención inmediata a personas en situación o riesgo de exclusión social», omitiéndose las funciones de prevención y la promoción que suponen importantes elementos de desarrollo para la atención social. Esta Ley ponía de manifiesto la desaparición, en muy pocos años de los Servicios Sociales, tal y como son entendidos actualmente y especialmente de la red básica de atención social. Con todo ello se advierte que los derechos sociales y los Servicios Sociales se entienden desde esta línea política dirigidos hacia el asistencialismo, la caridad y la beneficencia.

En 2016 se dibuja un hito que permite mantener la expectativa de un posible cambio de tendencia, se hizo pública una sentencia del Tribunal Constitucional ( 8 de marzo de 2016) declarando la inconstitucionalidad de la Disposición Transitoria Segunda de la LRSAL, en lo relativo a la prestación de los Servicios Sociales, lo que supone una posible reversibilidad en las previsiones iniciales de destrucción directa del sistema, aportando un atisbo esperanzador en la recuperación de los mismos. (Disposiciones primera, segunda y tercera y a la disposición adicional 11ª).

Ante esta realidad, se evidencia que las consecuencias que se desprenden de la falta de dotación y recursos a los sistemas públicos de Servicios Sociales, entre otros, tienen una incidencia diferenciada si ponemos el foco en los condicionamientos de género que siguen perpetuando un reparto desigual en la atención a las personas y a los problemas y necesidades que se dan en las familias, así como en los entornos sociales.

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De forma histórica, ante periodos de crisis o coyunturas económicas, los efectos que subyacen de las mismas, tienen una influencia diferenciada entre hombres y mujeres, teniendo en cuenta la posición diferenciada que ocupan unos y otras y siendo en la mayor parte de los casos desigual y desequilibrada en lo que se refiere el acceso a los recursos económicos ( el empleo, la tierra, los recursos naturales o el crédito), en el reparto y usos del tiempo y trabajos y de forma especial en el acceso a los espacios de poder, sobre todo los económicos, donde se toman las decisiones que afectan al modelo productivo, la sostenibilidad del Estado de Bienestar y a la ciudadanía en general( Gálvez & Rodríguez, 2011), lo que nos hace entender esta realidad producida, re-producida y perpetuada al amparo del sistema patriarcal predominante en nuestras sociedades.

Dada la amplitud el tema planteado, se expone aquí un análisis que pretende visibilizar una parte de esta realidad social partiendo de la necesidad de explorar las consecuencias diferenciadas por género como elemento necesario que nos permita conocer la composición desagregada de la realidad, con el fin de realizar aproximaciones prácticas fundamentadas y con ello contribuir a la composición general de una situación compleja en su extensión y sus condicionantes multifactoriales.

Para ello se partió de las siguientes hipótesis:

— la minusvaloración de los Servicios Sociales conlleva una serie de consecuencias que recaen fundamentalmente en las mujeres

— desde que se ha producido una reducción en la Red pública de Servicios

Sociales se han reducido una serie de prestaciones y servicios que redundan fundamentalmente en los colectivos más desfavorecidos y específicamente en las mujeres.

2. Justificación y objetivos

En el contexto Europeo se están llevando a cabo políticas de recortes sin tener en cuenta la perspectiva de género, es decir, la diferente posición en la que se sitúan (se sitúa a) hombres y mujeres y esto acentúa las desigualdades, incidiendo en el aumento de discriminación hacia las mujeres y las causas que de ello subyacen en cuanto a la referencia de la desigualdad en su contexto más general, ya que ésta situación tiene un impacto mucho mayor y diferenciado en las mujeres que viven en el sur de Europa: Grecia, España, Italia, Portugal, e Irlanda tal y como refleja un informe elaborado por el Lobby Europeo de Mujeres (EWL, 2009).

Por ello, se advierte de la necesidad de introducir análisis específicos sobre las situaciones que configuran dicho escenario de crisis, sus consecuencias y retos para el afrontamiento y de ello se desprende el interés por poner el foco en los elementos y riesgos de los recortes en servicios sociales. Así, para el trabajo que se expone se identificaron los siguientes objetivos:

— Analizar el impacto diferenciado por género de los recortes producidos en materia de Servicios Sociales y Dependencia durante la crisis.

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— Indagar sobre las implicaciones que genera la falta de dotación de recursos a la Red pública de Servicios Sociales de forma específica para las mujeres.

2.1. Recortes sociales y su incidencia en el Estado de Bienestar desde un enfoque de género

Es importante destacar que, especialmente, durante los años comprendidos entre 2012-2014 en España se llevaron a cabo medidas políticas drásticas que supusieron fuertes recortes presupuestarios en materia de Servicios Sociales y Dependencia a través de las competencias de gestión de las comunidades autónomas.

Utilizando el poder del lenguaje se aludía, siguiendo la línea marcada por Europa, a políticas de “austeridad y de re-ajustes” financieros, cuando en realidad se estaba llevando a cabo una desarticulación de los sistemas de protección social y del ya cuestionado Estado del Bienestar, asunto que ya se venía debatiendo desde periodos anteriores (“Debilitamiento del Estado de Bienestar”, “Cuestionamiento del Estado de Bienestar”, “Estado del malestar” abordado por diferentes autores/ as como Fernández y Marín (2003)o Navarro (2007) entre muchos otros).

Siguiendo a Ayala y Ruiz-Huerta (2015) las conexiones entre la crisis y los Estados de bienestar, no se pueden examinar sólo a través de los indicadores agregados de gasto. Para conocer la efectividad de los regímenes de bienestar y efectuar comparaciones rigurosas entre países, sería necesario estudiar la estructura y calidad de las diversas prestaciones, los criterios de elegibilidad, el eventual establecimiento de obligaciones, el grado de adecuación de los servicios prestados por parte de funcionarios o trabajadores en el sector público, así como su número y su preparación, los cambios organizativos o de gestión o los indicadores de resultados de los servicios provistos a los ciudadanos. El impacto de la crisis sobre los servicios de bienestar no se ha limitado a los cambios en esas cifras sino al contexto en el que se desarrolla el gasto. Las medidas de austeridad y control del endeudamiento adoptadas en los países del sur de Europa y, en general, en los países de la Unión Monetaria están implicando, en primer lugar, una limitación creciente para que los gobiernos puedan llevar a cabo políticas anticíclicas de forma...

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