Evolución histórica

AutorMacarena Hernández Bejarano
Páginas21-85
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Capítulo 1
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
1. LA CREACIÓN DE LOS MONTEPÍOS OFICIALES
Las primeras intervenciones públicas orientadas a la protección de la
población se sitúan a f‌inales del s. XVIII cuando el Estado, consciente
de la precaria situación económica en la que quedaban las familias de
los fallecidos a su servicio –funcionarios y militares–, comenzó a preo-
cuparse por ellos y a otorgarles cierto amparo.
Para ello no se sirvió de las técnicas privadas de protección colectivas
utilizadas por gran parte de la población española para el remedio y
auxilio de sus necesidades básicas –como las Cofradías, las Cofradías-
Gremios o las Hermandades de Socorro–, puesto que su sistema orga-
nizativo y su espíritu religioso resultaban contrarios a las ideas ilus-
tradas de la época1. En su lugar, creó un nuevo sistema de protección
sometido a su control: los Montepíos2.
Aunque los Montepíos desarrollaron su actividad protectora tomando
el modelo asociativo y las experiencias de sus predecesoras las Her-
mandades, impusieron nuevas reglas que las diferencian de aquellas:
se suprimió por completo el carácter religioso y la pertenencia volun-
taria de sus miembros –aspectos propios y característicos de las Her-
mandades– por el carácter laico y la participación obligatoria de sus
miembros.
1
La Real Orden de 27-7-1767 suprimió todas las cofradías y hermandades gremiales
(en las que imperaba el espíritu religioso) siendo sustituidas por los Montepíos. Vid.
Trinidad Jiménez P.: “Asistencia y previsión social en el siglo XVIII” en la obra colectiva
“4 siglos de acción social: De la benef‌icencia al bienestar social”, Seminario de historia
de acción social, edit. Siglo XX de España, S.A., Madrid 1988, op.cit., pág. 109.
2
Vid. Rumeu de Armas A.: “Historia de la Previsión Social en España”, edic. El Albir,
S.A., Barcelona 198, págs. 394-395 cit. también por Maldonado Molina F.J. en: “Las
mutualidades de previsión social como entidades aseguradoras”, Colección Crítica del
Derecho, Direct. J.L. Monereo Pérez, Edit. Comares, Granada 2001, pág. 10.
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MACARENA HERNÁNDEZ BEJARANO
Se mantuvo la aportación económica de sus integrantes, previa de-
tracción o descuento de una parte del sueldo. Al quedar despojado de
cualquier motivación religiosa, los f‌ines de estas aportaciones se en-
caminaron a sufragar los auxilios y medidas de protección que en los
Montepíos se reconocían para sus integrantes y familiares.
Como aspectos novedosos incorporaron el control estatal y la partici-
pación o respaldo económico –aunque no siempre– del Estado3. Pre-
cisamente fue esta participación estatal en la creación, en el someti-
miento a su control jurisdiccional y, en mayor o menor medida, en la
aportación económica de los mismos lo que les valió el calif‌icativo de
“Montepíos de iniciativa of‌icial”.
Los primeros que se crearon se dirigieron a los cuerpos Militares –de-
bido al interés de Carlos III de proteger a sus súbditos y de atraer a la
carrera militar al mayor número posible de personas–
4
. El Montepío
militar fue el primero que se creó (1761). Años después le sucedieron
nuevos Montepíos que incorporaron otros Cuerpos militares no inte-
grados en el Montepío militar, como el Montepío del Real Cuerpo de Ba-
tallones de Marina –1785–, el Montepío del Cuerpo de Of‌iciales de Mar
de la Real Armada –1789– o el Montepío del Cuerpo de Of‌iciales de Mar
de la Real Armada –1794–, entre otros, así como diferentes Montepíos
de carácter civil, como el Montepío de Ministerios (1763), establecido
para Consejeros, Magistrados y empleados de la Administración civil y
de justicia o el Montepío de las Reales Of‌icinas (1764), que incorporaba
a empleados de las Secretarías de los Consejos y otras Reales Of‌icinas;
el Montepío de Corregidores y Alcaldes Mayores (1783); el Montepío de
Correos y Caminos (1785), que comprendía a todos los empleados de
las Of‌icinas de Caminos y de los correos de Gabinete, etc.
5
.
Fuera de estas agrupaciones de protección colectiva dirigidas a los
empleados públicos y suprimidas las f‌iguras asociativas privadas de
etapas anteriores, la mayoría de la población intentaba obtener auxilio
frente a riesgos como la enfermedad a través de la asistencia benéf‌ica
3
Vid. De la Villa Gil L.E.: “Estudios sobre Seguridad Social de los Funcionarios Pú-
blicos” Colección Alcalá, 1ª edic., septiembre de 1971, Madrid, págs. 117-118.
4
La preocupación de Carlos III por los asuntos militares adquirió tal dimensión que los
dos tercios del presupuesto del Estado español se dedicaban al gasto del ejército y de la
Marina. Vid. Balduque Marcos L.M.: “El ejército de Carlos III. Extracción social. Origen
geográf‌ico y formas de vida de S.M.”, Universidad Complutense, Madrid, 1993, pág. 145.
5
Vid. Herráiz de Miota C.: “Los montepíos militares del siglo XVIII como origen del
sistema de clases pasivas del estado”, Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Socia-
les nº 56, págs. 177 a 182; Trinidad Jiménez P.: “Asistencia y previsión social en el siglo
XVIII” en la obra colectiva “4 siglos de acción social: De la benef‌icencia al bienestar
social”, op.cit., pág. 115.
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LA PROTECCIÓN SANITARIA EN LOS REGÍMENES ESPECIALES DE SEGURIDAD SOCIAL DE LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS
privada en cualquiera de sus dos manifestaciones, es decir, la bene-
f‌icencia a título individual, expresada como el deber de todo cristia-
no de practicar la caridad y socorro al prójimo menesteroso, o bien a
través de las acciones benéf‌icas desarrolladas por la Iglesia mediante
sus propios establecimientos de benef‌icencia (hospitales y hospederías
monásticas)6. En cambio, las clases acomodadas acudían a la asisten-
cia domiciliaria y a la medicina privada7.
Esta situación de desprotección en la que se encontraba el grueso de la
población impulsó la f‌igura de los Montepíos que intentó ser imitada
por el resto de la población llegándose a crear Montepíos que agrupa-
ban a personas de distinta condición profesional y social (Montepíos
generales, de artesanos, labradores, de empleados, de gente humilde
–alguaciles, criados, abundando los de carácter profesional– aboga-
dos, procuradores, escribanos, médicos, etc.)8 y que proporcionaban
una cobertura muy variada (protección frente a la vejez, el paro, la
invalidez o auxilios económicos en calidad de préstamo)9.
Sin embargo, a diferencia de los Montepíos de iniciativa of‌icial, el Es-
tado no participaba en su f‌inanciación. Esta falta de sostén económico
fue notablemente acusada por muchos de ellos, que desaparecieron
al poco tiempo de constituirse debido a las dif‌icultades económicas
para garantizar su supervivencia. Solo subsistieron aquellos constitui-
dos para estamentos y grupos profesionales que podían permitirse el
abono periódico de unas cuotas elevadas10.
6
Jiménez Sala M. cita como ejemplo el Hospital de las Cinco Llagas de Astorga cuya
f‌inalidad fue la de: “recoger toda clase de enfermos pobres, asistirlos hasta su curación, y si
fallecieren, sufragar los gastos de entierro y funeral”. Vid. en: “Historia de la asistencia social
en España en la Edad Moderna”, Instituto Balmes de Sociología, Madrid, 1958, pág. 161.
En el mismo sentido vid. también Ortiz Díaz J.: “Hacia una reordenación de la sanidad
pública española: el problema hospitalario”, Revista de Administración Pública nº 51,
año 1966, págs. 154-157; López Alonso C.: “La acción social medieval como precedente”
en “4 siglos de acción social: De la benef‌icencia al bienestar social”, op.cit., pág. 63.
7
Vid. Ortiz Díaz J.: “Hacia una reordenación de la sanidad pública española: el pro-
blema hospitalario”, op.cit., págs. 154-157; López Alonso C.: “La acción social medieval
como precedente” en “4 siglos de acción social: De la benef‌icencia al bienestar social”,
op.cit., pág. 73.
8
Vid. Rumeu de Armas A.: “Historia de la Previsión Social en España”, op.cit. págs.
430-487.
9
Vid. De la Villa Gil L.E.: “La Previsión Social Mutualista de los Funcionarios Públi-
cos del Estado”, Revista de Administración Pública nº 40, enero-abril, 1963, Madrid,
pág. 128. Del mismo autor “Estudios sobre Seguridad Social de los funcionarios públi-
cos”, op. cit., pág. 116.
10
Vid. Rumeu de Armas A.: “Historia de la Previsión Social en España”, op.cit págs.
431-487; Trinidad Jiménez P.: “Asistencia y previsión social en el siglo XVIII” en la obra
colectiva “4 siglos de acción social: De la benef‌icencia al bienestar social”, op.cit., pág. 110.

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