Ética y biotecnología

AutorJesús Terán
CargoCatedrático de Teología de la Universidad de Deusto

Los conocimientos y progresos técnicos, adquiridos en el campo de la biología y medicina, en los últimos decenios, han puesto en manos del hombre poderosos medios de control y de manipulación del ambiente vital y de la vida. Estos progresos biomédicos plantean nuevas preguntas y cuestionan principios y valores morales vinculados a una determinada visión de la existencia humana. Las nuevas tecnologías médicas inciden frecuentemente sobre conceptos y valores que atañen a la propia autocomprensión del hombre y de la organización de la vida humana.

Ante los recientes progresos, que con cierto asombro estamos viendo, uno se plantea la pregunta de quien puede dar las respuestas adecuadas para una justa aplicación de los mismos. ¿Los biólogos que hoy día disponen de un potencial de manipulación extraordinario? ¿Los moralistas, que tal vez, se fundamentan en unos contenidos éticos tradicionales, que hoy cuestiona la moderna biología? Por lo tanto, ¿debería evolucionar la ética en sintonía con la evolución de las ciencias de la vida?, y si la biología demuestra un día, que el hombre puede ser artífice de su propia evolución, dejando de ser una realidad 'predada' por la naturaleza, ¿quién decidirá el ritmo y la orientación de la misma? o ¿en nombre de qué criterios?

Las nuevas tecnologías todavía en proceso de desarrollo, suscitan expectativas, al mismo tiempo, de esperanza y de temor. De esperanza porque se cree que en un futuro próximo será posible la erradicación de enfermedades genéticas, terapia génica somática y germinal. El 26 de junio de 2000 fue una fecha histó- rica para la humanidad. Bill Clinton y Tony Blair, junto a los científicos Francis Collins y Craig Venter, dieron la sensacional noticia de la culminación del primer borrador de la secuencia del código genético humano. De temor, porque estos conocimientos y técnicas pueden conducir a una mayor manipulación de los individuos, a la pérdida de libertad y dignidad personales.

El tema es complejo, y se percibe la necesidad de abordarlo en un clima de máxima serenidad y profundidad, huyendo de los sensacionalismos injustificados, como de las posturas simplificadoras, incapaces de percibir las trascendencias del proceso biotecnológico aplicado a la vida humana. La bioética hay que situarla en este contexto.

Van Rensselaer Potter, padre del neologismo 'bioética', la concibe como una nueva disciplina que combina el conocimiento biológico con el conocimiento de los sistemas de valores humanos...

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