Estudio de la criminalidad relacionada con los bienes culturales

AutorEmilio Javier Verón Bustillo
Páginas55-122

Page 55

1. Vulnerabilidades del patrimonio cultural

Antes de estudiar la criminalidad que atenta contra el patrimonio cultural universal, se hace necesario analizar si existen puntos débiles en cuanto a su protección. En este sentido, se formula la siguiente relación lógica: a mayor vulnerabilidad 133 de los bienes culturales mayor riesgo de que sufran incidentes.

En cuanto a vulnerabilidad, nos referimos a la falta de protección ante una amenaza determinada, principalmente debido a la ausencia de barreras físicas, aunque no se puede descartar de otro tipo. Por otra parte, en cuanto a incidentes, nos estamos refiriendo a la posibilidad de que estas piezas sufran cualquier tipo de ataque: actos vandálicos, robos, seísmos 134, etc.

Pero en algunas ocasiones, se antoja harto complicado elevar la protección de un bien. Por una parte, porque puede que se encuentre sumergido a decenas de metros bajo el mar; por otra parte, también es posible que el bien permanezca expuesto al público con fines distintos al de su admira-

Page 56

ción como una mera obra de arte 135 –como ocurre en el caso de los bienes pertenecientes al patrimonio eclesiástico–, etc. Más adelante, se ofrecerán ejemplos concretos en estos sentidos.

Es necesario, por tanto, comprobar si un análisis adecuado de las vulnerabilidades, riesgos o amenazas podrían contribuir a mejorar la protección de los bienes culturales, dependiendo de si se tratan de bienes pertenecientes al patrimonio eclesiástico, museístico, arqueológico u otros.

A Problemática con el Patrimonio Eclesiástico

Como es bien sabido, la Iglesia Católica es titular y responsable de una gran parte 136 del patrimonio cultural. En el pasado, los mejores artistas representaron, normalmente por encargo, los misterios de la fe, no sólo con el fin de decorar los edificios sagrados, sino también para hacer más sencillo y cercanos los conceptos teológicos del cristianismo.

Existen dos grandes problemas cuando se habla de la protección de los bienes eclesiásticos: En primer lugar, la dispersión en la que se encuentra este patrimonio 137, 138; en segundo lugar, la prioridad para la Iglesia es el

Page 57

valor educativo y evangelizador de estos objetos a través de la imagen, por encima de su valor artístico, lo que agudiza su escasa protección y seguridad, exponiéndolos a un mayor riesgo. Sin embargo, esta falta de concienciación en cuanto a la protección no es compartida por un sector de la Iglesia que considera, además, que algunos de sus representantes tienen por conveniente y satisfactorio el que los bienes que posee su diócesis sean expuestos al público sin demasiado rigor en su seguridad 139.

Visto lo anterior, la protección del patrimonio eclesiástico está motivada por las siguientes razones: De un lado, por su importancia (por su significado, su volumen, valor histórico documental y económico 140); de otro

Page 58

lado, por su vulnerabilidad (expuesto al robo, al vandalismo, a la persecución religiosa, etc.) y, por último, por su función social y evangelizadora 141

(por su aspecto cultural-espiritual).

B Los puntos débiles del Patrimonio Arqueológico

El patrimonio arqueológico se encuentra disperso por la geografía nacional y, en muchas ocasiones, sólo los expertos e investigadores conocen el lugar exacto en el que se sitúan estos bienes puesto que en la gran mayoría de los casos se encuentran enterrados o sumergidos bajo el agua. El gran problema que supone el expolio de antigüedades no sólo consiste en la posesión de un bien de incalculable valor en manos inapropiadas sino también que, al ser extraído de su lugar de origen por personas que no son expertas en esta materia, se pierde mucha información de interés arqueológico 142, 143.

En este sentido, se precisa la distinción de dos tipos de yacimientos arqueológicos: terrestres y subacuáticos.

Muchos yacimientos arqueológicos terrestres se encuentran ubicados en lugares ya deshabitados y que han albergado grandes civilizaciones. Por tanto, su gran punto débil es la gran dispersión y exposición de los múltiples vestigios históricos que existen tanto en España como en otros países

Page 59

con una gran riqueza cultural, lo que dificulta que la Administración pueda garantizar su protección 144.

En cuanto a los yacimientos arqueológicos subacuáticos 145, suelen tratarse de pecios pertenecientes a embarcaciones de guerra o de comercio que transportaban tesoros o mercancías de gran valor. Su salvaguarda, al igual que ocurre con los yacimientos arqueológicos terrestres, es muy complicada y están expuestos a diferentes amenazas: el expolio ocasional come-tido por submarinistas durante sus actividades de recreo, el expolio intencionado cometido por empresas que cuentan con material especializado –entre ellos, buques cazatesoros–, daños provocados por las malas condiciones meteorológicas, etc. Al igual que ocurre con los yacimientos arqueológicos terrestres, a la Administración se le presenta una tarea muy difícil en cuanto a la total protección 146 de estos bienes.

C Otros aspectos a tener en cuenta

Pero, ¿son los bienes eclesiásticos y el patrimonio que se encuentra en los yacimientos arqueológicos los únicos expuestos a riesgos y amenazas? A continuación, se analizarán otros supuestos que nos permitirán determinar si existen también otros casos en los que los bienes culturales estén expuestos a peligros o amenazas:

– Bienes cuyos responsables son coleccionistas privados.

Los bienes culturales en manos de coleccionistas privados suelen estar más expuestos al no disponer los domicilios donde se encuentran de las medidas de seguridad idóneas. Además, cuando los propietarios sufren la sustracción de su domicilio de estos objetos, en muchas ocasiones, no poseen ninguna fotografía o imagen acerca de la apariencia física de la pieza, lo que dificulta su localización posterior y su investigación por parte de las FCS 147. Consecuencia inme-

Page 60

diata de esta situación es la dificultad en cuanto a la adopción de resoluciones jurisdiccionales en doble sentido: En reconocer la propiedad del bien sustraído o determinar qué ha de hacerse con todos aquellos bienes cuya propiedad no pudo acreditarse. Otras consecuencias evidentes son las derivadas de la ausencia de resarcimiento de las víctimas y el propiciarse episodios de picaresca en relación con la falsa atribución del bien por ánimo de lucro.

– Bienes adquiridos y expuestos en museos o galerías de arte.

Pese a que estos objetos disponen a priori de mayores medidas de seguridad, en ocasiones podemos observar en los medios de comunicación cómo obras de arte han sido robadas de estas entidades o incluso dañadas durante sus exposiciones, lo que evidencia una ausencia de la debida vigilancia y protección de estos objetos.

– Documentos históricos depositados en Bibliotecas o Archivos de titularidad pública.

En multitud de bibliotecas y archivos se encuentran depositados documentos de un valor histórico incalculable. A estos establecimientos suelen acceder historiadores e investigadores con el fin de completar algún estudio de investigación. El problema surge cuando los delincuentes fingen ser investigadores de arte 148 y consiguen

Page 61

acceder a estas dependencias con carnets falsos para robar documentos de gran valor histórico. Posteriormente estos individuos comercian con los objetos robados en el mercado negro o los mantienen en su poder como parte de su colección personal.

– Control de la circulación de bienes culturales realizado en las aduanas.

Las aduanas no disponen de personal suficiente para poder inspeccionar todos y cada uno de los contenedores que pretenden exportarse. Por este motivo, se basan en el análisis de riesgo que realiza un sistema informático para filtrar los casos más sospechosos. Este no es un procedimiento infalible y, por tanto, es posible que se produzca alguna fuga de objetos culturales sin que sean detectados por las aduanas.

– Venta de objetos culturales por internet.

La venta de bienes culturales por internet tampoco está libre de sospecha y no se realiza un control exhaustivo de todo lo que se expone a la venta. Por este motivo, es probable que tanto obras auténticas sustraídas como obras falsas sean expuestas para su venta con la ayuda de la web 149. En este sentido, una encuesta realizada por

Page 62

Interpol en 56 países 150 muestra el auge que ha cobrado el tráfico ilícito de bienes culturales por Internet, reconociendo que se ha convertido en un problema muy grave y en aumento, tanto para el país de comisión del delito como para el país de destino.

2. Análisis de la criminalidad

Una vez se ha expuesto las vulnerabilidades que existen en el sector público-privado relacionado con la protección del patrimonio cultural, a continuación se pasará a examinar si la criminalidad se aprovecha de estos puntos débiles para cometer delitos.

Durante siglos, principalmente mediante el período de la colonización, las civilizaciones colonizantes se caracterizaron por el afán de posesión del patrimonio perteneciente a otras culturas y justificaron su traslado desde su lugar de origen mediante supuestas pretensiones de adquirir conocimientos o incluso de salvaguarda 151. Pero es a partir del siglo XX cuando se hace más evidente la delincuencia que conocemos hoy en día relacionada con el patrimonio histórico y en donde el fin último de estos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR