Dirección estratégica de redes organizacionales

AutorGustavo Matías Clavero y Mario Arias Oliva
CargoUniversidad Autónoma de Madrid y Universidad Rovira i Virgili

1. INTRODUCCIÓN

Las redes organizacionales buscan la

interacción de organizaciones, siendo

considerados por lo tanto sistemas en

red. Los agentes de esa interacción en red serán

todas las organizaciones y, dentro de

ellas, sus partes. Lo que se intercambia a

través de los sistemas, como veremos ha sucedido

siempre y sucede ahora en todas las

redes, es información y conocimiento, y por

tanto, poder. Sí ha cambiado el que estos

contenidos eran antes adjetivos y ahora empiezan

a ser sustantivos en la llamada sociedad

de la información y/o del conocimiento.

Como resultado, estamos ante una transformación

de los tipos de relaciones, que en la

actualidad pasan desde el estadio descrito

por el prefijo inter a otro distinto precedido

por el trans.

1.1. Cuatro ámbitos entre el intery el

trans

Por tanto, aunque la literatura que se

repasará tiende a identificar organizaciones

con empresas, muchas de las afirmaciones

tanto valen para la empresa como para la

familia, el Estado o el Mercado, que son los

otros cuatro ámbitos básicos de relación

(redes) en la sociedad (o sociedades) que nos

ha tocado vivir. Y ello con independencia de

que alguien vea categorías distintas en las

redes de tipo jerárquico o de mercado, puesto

que entendemos que el mercado puede ser

también una jerarquía.

Hablaremos por tanto de las organizaciones

(o redes) como las principales instituciones

económicas de nuestros días, junto a la

empresa y la familia. Los cuatro son ámbitos

en los cuales los individuos o nodos primarios

ejercen su racionalidad; es decir, relacionan

recursos con preferencias u objetivos. En la

percepción de unos y otras u otros tanto la

teoría de redes como otras anteriores de sistemas

y estructuras han observado que ya

median no sólo criterios individuales, sino

también conformados por las estructuras

grupales o sociales.

Entre los polos teóricos del conflicto (que

va desde la competencia elemental a la guerra)

y la cooperación (en su escala más básica

o en la que se orienta a la integración de mercados,

estados, empresas o familias), polos

en los que ahora se interpone el de la llamada

coopetición

, los individuos hacen circular

?como siempre cabe suponer que han

hecho? sus intereses y sus ideas. Utilizan

esos cuatro ámbitos de relación (las redes)

para ejercer su poder; es decir, para tratar de

127 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

* Universidad Autónoma de Madrid.

** Universidad Rovira i Virgili.

Dirección estratégica de redes

organizacionales

GUSTAVO MATÍAS CLAVERO*

MARIO ARIAS OLIVA **

imponer la voluntad propia sobre la ajena. El

resultado de ese campo de fuerzas suele ser

múltiples consensos de las ideas y de los

intereses, consensos que regulan y permiten

producir y reproducir la producción económica

y la de poder, la de bienes y servicios y la

de títulos de propiedad o de poder de disposición

sobre los mismos. Desde Marx para acá,

el capital bien entendido no es una cosa o

mercancía, sino que nace de una relación

social de poder.

1.2. Desde lo material a lo inmaterial

En el ejercicio de una práctica tan enrevesada

y multidimensional como la del poder,

pueden dintinguirse tres fuentes y tres instrumentos

(Weber1, Boulding 2, Galbratih3,

Anisi4, Matías5) Las fuentes serían personalidad,

propiedad y organización, aunque son

distintos los nombres recibidos por cada una

en cada autor. Las tres se pueden presentar

en cada momento simultáneamente, y entonces

el resultado del poder es acumulativo,

aunque de hecho en su evolución histórica ha

tendido a pasar desde la primacía de una a la

de otras.

En los instrumentos, que reúnen características

similares en su comportamiento, se

distinguen otros tres: amenaza, compensación

y condicionamiento social de las ideas.

Son los poderes condigno, compensatorio y

condicionado, en términos de Galbraith.

No estamos ante seis tipos de poderes, sino

en su caso ante seis partes o factores del poder,

que es unitario a través de su diversidad.

Cualquier fuente o instrumento necesita y

normalmente va asociado a los demás. Pero,

obviamente, cuando predomina una de las

fuentes o instrumentos se puede admitir para

mayor simplicidad que estamos ante ese tipo

de poder. Por ello mismo, aunque frecuentemente

se habla de muchos otros tipos de poder

(económico, político, mediático, social, religioso,

intelectual, profesional son algunos de

ellos) realmente cada uno es un tipo de manifestación

del poder. Según ese criterio tipológico,

más correcto sería admitir que hay tantos

tipos de poder como categorías utilicemos para

su observación. Así, por ejemplo, desde la perspectiva

de las funciones del poder, podríamos

utilizar la categoría seguida por la clásica división

de poderes desde Montesquieu y admitir

tres tipos: legislativo, ejecutivo y judicial. Pero

no con menor rigor podríamos hablar también,

desde un enfoque laboral, del poder agrícola,

obrero, comercial... y enumerar a cada una de

las principales profesiones. O del poder de los

antiguos estamentos, al igual que de las ulteriores

clases sociales.

Sin embargo, la función social del poder es

organizar las relaciones, aunque debido a ello

también podemos decir que el poder ordena (o

desordena), estructura (o desestructura),

jerarquiza, corrompe... y así con otros muchos

efectos o atributos. En cualquier caso, el poder

surge o se realiza en la relación, y por ello no

está exento tampoco de combinar las diversas

fuentes (personalidad, propiedad, organización)

y los diversos instrumentos (amenaza,

compensación e ideas). Así, por ejemplo,

Susan Strange6 atribuye al poder cuatro

caras, que en realidad representan de forma

INFORMES Y ESTUDIOS

128 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

1 WEBER, MAX, Economía y sociedad, México, Fondo

de Cultura Económica, 1984, páginas 44, 50, 166, 170,

172, 696, 699, 856, 887, 947 y 1.090.

2 BOULDING, KENNETH E., Three Faces of Power, Sage

Publications, Newbury Park, 1991, páginas 9, 11, 15-17,

20 y 24.

3 GALBRAITH, JOHN KENNETH, La anatomía del poder,

Barcelona, Plaza & Janes S.A., 1984, página 35 y

siguientes.

4 ANISI, DAVID, JERARQUÍA, Mercado, Valores. Una

reflexión económica sobre el poder, Madrid, Alianza,

1992, páginas 11-14, 33.

5 MATÍAS, GUSTAVO (1993), Aproximación al análisis

del poder en economía, Tesis Doctoral, UAM.

6 STRANGE, S. (1988),State and Markets: An Introduction

to International Political Economy. New York: Basil

Blackwell, páginas 24-29.

resumida las fuentes e instrumentos anteriores.

En sus posibles representaciones geométricas

(un plano de dos dimensiones o una

pirámide de tres), el poder organizador se nos

presenta con la producción como base y resultado

de lo que ahora conocemos como economía.

Pero frente a esa idea del poder que brota

de la relación multipolar, Strange añade el

concepto de otro poder referido o analizado

antes también por numerosos estudiosos: el

poder estructural, superior al primero por

cuanto se deriva de la capacidad de crear marcos

de relación, que condicionan o regulan las

relaciones sociales. En uno el poder se produce,

en el otro se reproduce y amplifica.

La estructura, que tantas definiciones ha

merecido, es así lo que más dura, algo tan

inmaterial como resultante de una serie de

interacciones o relaciones, algo tan actuante

en el presente como capaz de influir en el curso

futuro de los acontecimientos. En este sentido,

el mundo no será ya, como nunca lo ha

sido, la totalidad de los hechos, sino de las

relaciones (Wittgenstein )7.

1.3. Infraestructuras y

superestructuras: cuatro estadios

Por tanto, decir que, gracias a las organizaciones,

caminamos desde el poder meramente

relacional al marcadamente estructural

es similar a decir que en las sociedades

actuales tiende a predominar la organización

como fuente y la persuasión como instrumento,

aunque sigan presentes la personalidad y

la amenaza, la propiedad y la compensación.

Pero no es decir mucho si no avanzamos en la

definición y cuantificación de los factores facilitadotes.

De ahí que nos interese conocer las infraestructuras

(materiales) y superestructuras

(inmateriales), pues ambas tienen la misma

función (facilitar las relaciones entre los

actores o unidades de análisis que adoptemos),

aunque unas operan desde el marco

físico y las otras desde el marco institucional.

En este sentido, la historia de las estructuras

económicas y sociales (la historia de las

redes) ha de ser la historia de sus infra y

superestructuras.

A las infraestructuras podemos identificarlas

como caminos, calzadas romanas,

redes de carreteras o autopistas, hidráulicas,

de puertos marítimos, aéreos, o ahora crecientemente

como redes de telecomunicaciones.

Las superestructuras las podemos ver

como valores, normas, ideas, organizaciones,

etcétera. Pero ambos ámbitos tienen en

común la función de facilitar las relaciones de

los actores y, por tanto, de configurar la

estructura del sistema, los rasgos más permanentes

que nos permiten comprender y

explicar la realidad. Esas relaciones de las

que emana la estructura se reflejan principalmente

en el poder, que siempre es poder

de los sujetos o actores de dichas relaciones,

de las cuales surgen las organizaciones privadas

y públicas, así como en general los principales

marcos institucionales: los estados y los

mercados.

La organización de esos marcos se realiza

principalmente en la actualidad desde la nueva

economía, que es por ello economía de las

redes de la información y del conocimiento.

Economía en la que podemos apreciar ya con

claridad el más importante conjunto de redes

de infraestructuras del nuevo orden global

(los teléfonos, ordenadores y medios conectados

y convergentes en Internet), así como el

conjunto de redes más cardinales de superestructuras

actuales (los dos centenares de países

que confluyen en el sistema de la ONU y

de sus organizaciones especializadas).

Por eso la nueva economía ?más intensiva

que la anterior en información e instituciones

? reduce los costes de transacción y, con

ellos, los de reproducción y llega a institucionalizar

la búsqueda de este objetivo. Adquie-

GUSTAVO MATÍAS CLAVERO Y MARIO ARIAS OLIVA

129 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

7 WITTGENSTEIN, LUDWIG, Tractatus logico-philosophicus.

re así cierto automatismo, por lo que se ha

hablado de la tendencia a la autocracia monetaria

en el gobierno de las sociedades desarrolladas

(Matias, 1993). Esos atributos son

precisamente los que añaden o aportan a las

personas o personalidades las propiedades o

las organizaciones, desde la perspectiva de

las fuentes, o complementan la amenaza con

la compensación o las ideas, desde la óptica

de los instrumentos.

Así, en las sociedades actuales, los principales

marcos de relación del poder estructural

?es decir, sus principales variables estructurales

? los encontramos en el Estado y el

Mercado. A través de ambos se organizan y

estructuran las relaciones de la emergente

sociedad global. En ambos marcos relacionales

circula la autoridad o capacidad de ejercer

el poder, de ordenar la sociedad a través de

las relaciones sociales. Claro que, quizá por el

orden de percepción por los actores, se ha tendido

a identificar Estado con Autoridad. Pero

lo cierto es que este atributo del poder también

rodea crecientemente al Mercado.

1.4. De la sociedad agraria a la

industrial

La organización de las infraestructuras y

las superestructuras que facilitan tales relaciones

de poder ha generado en la historia la

evolución de los modelos oreganizativos

sociales y tecno-económicos.

Estas categorías organizativas son claramente

diferenciadas (sociedad agraria industrial,

postindustrial, de la información y del

conocimiento) por efecto de los facilitadores

materiales e inmateriales de las relaciones

que se dan en ellas, como vemos para las

infraestructuras en el cuadro adjunto.

La sociedad agraria y la industrial, tan

diferenciadas por una revolución que tardó

un siglo en llegar a los principales países y en

realidad todavía no ha penetrado en la mitad

de la geografía terrestre, se diferenciaban en

menos de lo que se parecían: sus valores, instituciones

e infraestructuras configuraban

redes trenzadas por una materia más o

menos modificada por la energía, en una

sociedad de tracción animal y en la otra de

tracción mecánica o industrial.

El paso de la sociedad industrial a la postindustrial

significó una diferenciación de

mayor calado y menor reconocimiento social y

político. Cuando la mayoría de la renta y el

empleo ya dependía de actividades inmateriales,

todavía los países líderes mundiales

como EEUU y la URSS u otros países europeos

rivalizaban por la hegemonía en indicadores

como los de producción de acero, electricidad,

maquinaria pesada y otros con claras

implicaciones en la productividad y renta por

habitante.

1.5. La sociedad potsindustrial:

¿servicios?

La carrera por el liderazgo sería ganada

definitivamente por EEUU, aunque no sólo

por sus posiciones en todos esos indicadores, y

menos todavía por acumular recursos de energía

como factor paradigmático que movía la

INFORMES Y ESTUDIOS

130 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

INFRAESTRUCTURAS Y REDES

? Sociedad industrial ? Carreteras, puertos, etc.

? Sociedad postindustrial ? Autopistas, aeropuertos, etc

? Sociedad de la información ? Teléfono, radio, TV, PC, Internet.

? Sociedad del conocimiento ? Sistemas de eBusiness, eGoverment, e-...

sociedad industrial (también es sabido que la

URSS y otros países atrasados disponían de

mayores reservas energéticas), sino sobre todo

por liderar la transformación de aquélla en

una sociedad con hegemonía de los servicios

intensivos en información y susceptibles de

ser movidos por sus tecnologías: la sociedad

potsindustrial del teléfono, la radio, la televisión,

el ordenador, el fax, etcétera; es decir, las

primeras tecnologías de la información (TI).

Son, pues, los servicios informativos como

finanzas, comercio, actividades profesionales,

educación, sanidad y administraciones

públicas los que organizan a partir de la

información esa sociedad potsindustrial. Servicios

que es ya burdo caracterizarlos por su

heterogeneidad, no ser agricultura ni industria,

su menor competencia, su mayor intensidad

en empleo o, como hacen los más avezados,

por su intangibilidad. Lo que realmente

explica todo ello y resulta más novedoso es la

mayor intensidad que tienen los servicios en

contenidos de información y conocimiento.

Pero cuando los servicios todavía no bien

categorizados ni medidos alcanzaban entre el

60% de la renta y el empleo en los países más

avanzados, llegaría la revolución digital con

su unificación de códigos, transformando de

nuevo primero algunos servicios y luego el

conjunto de la economía.

1.6. La sociedad del acceso a la

información

En este contexto es cuando surge el término

sociedad de la información, bien que siempre

ha estado presente en toda actividad

humana, aunque no haya sido nunca tan

necesario ni valorado como hasta ahora. Pero

el marco al que se aplica realmente nos indica

que esa sociedad es la que se organiza en

torno al acceso a la información.

No es de extrañar que los primeros indicadores

que la caracterizan nutran precisamente

la oleada ya citada de tecnologías de la

información, que siglo y medio después de

surgir tras el telégrafo (caso del teléfono)

todavía no han sido utilizadas nunca por

media humanidad. La unificación de códigos

para enviar a distancia información y romper

así barreras espaciales y temporales (el alfabeto

para el texto, la frecuencia acústica para

el sonido, los lúmenes para las imágenes,

etcétera) daría lugar a otras muchas convergencias

arrastradas por la tecnología, empezando

por la propia convergencia del teléfono,

el ordenador y los medios en lo que se conoce

como Internet.

1.7. La sociedad del conocimiento:

el e-business

En la sociedad del conocimiento, a diferencia

de los tres anteriores estadios, va a primar

el al uso que los agentes hacen de todas

sus posibilidades tecnológicas para elevar su

racionalidad en cualquier actividad. Es lo que

ha tenido en cuenta la iniciativa e-Europa, al

dar prioridad a las aplicaciones de tecnologías

de la información relacionadas con el comportamiento,

o mejor del e-comportamiento.

La sociedad del conocimiento se define así

desde sus primeras mediciones por el comportamiento

de sus individuos, por sus hábitos,

formas de hacer, formas de trabajar, por sus

organizaciones, modelos económicos, etcétera.

Es la nueva economía de los e-comportamientos,

de la transformación social y cultural.

Esa sociedad apenas ha comenzado, lo

que no obsta para que apreciemos el carácter

vertiginoso de sus cambios, pues apenas

podemos atribuir diez años de duración a la

sociedad de la información, otros 25 a la postindustrial

y cerca de dos siglos a la industrial,

frente a los cerca de 150 siglos de la

sociedad agraria. Lo anterior era económicamente

poco mas o menos que el paleolítico,

desde el que nos hemos precipitado hacia lo

que desde hace diez años Gustavo Matias

denomina el infolítico, en el que se aprecian

tres tipos de mundos compuestos por redes

superpuestas: el fisico, el socio-económico y el

GUSTAVO MATÍAS CLAVERO Y MARIO ARIAS OLIVA

131 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

digital, que apenas acaba de aparecer con la

unificación de códigos informativos y que ocupa

crecientes espacios de los dos mundos

anteriores.

Dentro de un sistema capitalista como el

que en última instancia organiza las relaciones

sociales, esos tres mundos son diferenciados

por los tres tipos de capital (ahora podríamos

decir tres tipos de redes de relaciones

sociales que organizan la economía) de los

que depende dentro del mismo el desarrollo:

capital natural, capital «económico» y capital

social (humano, intelectural, emocional, institucional...).

Para percibirlas acaba de cambiar

en la última década hasta el paradigma

teórico acerca del desarrollo económico, consensuado

por la ONU con la etiqueta de «desarrollo

sostenible» entre la Conferencia de

Estocolmo en 1972 y la más reciente Conferencia

de Johannesburgo en el 2002, pasando

por la Cumbre de Río en 1992, que es donde

se lanzó ese nuevo concepto. Un concepto que,

para preservar el bienestar de las generaciones

presentes sin comprometer el de las venideras,

añade precisamente a la dimensión

medioambiental las dimensiones económica y

social, en claro paralelismo con la evolución

de las ideas acerca del capital, determinadas

por los mundos configurados a partir de las

redes de infraestructuras y superestructuras.

El primero es el mundo físico o geográfico,

construido sobre infraestructuras naturales o

dadas por la naturaleza. Es la principal fuente

de la economía material, la de la materia

movida por la energía física e integrada por

los flujos de renta de bienes. Las condiciones

geográficas aportan una de las dos hipótesis

con las que Adam Smith trata de explicar la

riqueza y pobreza de las naciones en su famosa

obra. Aunque es la menos conocida, otros

muchos economistas europeos del siglo XIX y

principios del XX, sobre todo franceses y alemanes,

basarían sus teorías en la geografía.

La localización como explicación básica del

desarrollo inspiraría a otros teóricos norteamericanos,

aunque parecía en crisis a finales

del siglo XX, hasta ser recientemente recuperada

(Sachs, Mellinger, Gallup, 2001; WDR,

2001; DAACS, 2001).

El mundo económico-político-social, el

organizado por las relaciones de poder y construido

sobre infraestructuras técnicas (modificadas

por el ser humano, pero con un notable

componente físico) y superesrtructuras

sociales como el Estado y el Mercado, aparece

superpuesto sobre al anterior mundo físico.

La emergencia y creciente complejidad de sus

instituciones contribuye en el mismo a elevar

la importancia de la economía inmaterial,

centrada en los servicios asociados a los bienes

(transportes, comercio, finanzas, etcétera).

Las instituciones favorecedoras del mercado

son la otra hipótesis de Smith, más exitosa en

su eco teórico y político que la de la geografía,

desarrollada desde finales del siglo XIX por el

institucionalismo y reforzada durante las

últimas décadas del XX por la nueva economía

institucional (Matías, 2000) mediante

una serie de escuelas que van desde los costes

de transacción, los derechos de propiedad a la

Public Choise y la más sociológica Lógica de

la Acción Colectiva.

En tercer lugar, encontramos el mundo

digital, que desde la emergencia de su revolución

altera sobremanera las relaciones entre

el anterior mundo físico y el social, al combinar

en sus aportaciones organizativas los efectos

de infraestructuras (convertidas paulatinamente

hacia infraestructuras de información)

y superestructuras (los contenidos que

circulan por las mismas), permitiendo realizar

una creciente parte de los intercambios sociales

mediante la información, sin necesidad de

que circulen físicamente personas y mercancías.

Estos flujos de información, digitalizada

en códigos binarios de ceros y unos, forman

parte del conocimiento y empezaron a revolucionar

durante el siglo XX los de renta, financieros

y valorativos, como hará con el resto de

los flujos de conocimiento. La sociedad postindustrial

devino así en sociedad de la información,

tras la cual se otea la sociedad del conocimiento.

Este mundo digital aporta algo más

que un perfeccionamiento de los mercados y

INFORMES Y ESTUDIOS

132 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

una cierta superación de la geografía: además

de cambiar en cantidad y cualidad las relaciones,

altera la propia racionalidad humana. La

nueva racionalidad surgiría, como la inteligencia

de red a la que se refieren cada vez más

Tapscott (1995) y otros autores, de la generalización

de las prácticas de cooperación, como

otro fruto maduro y adicional al de la propia

capacidad expansiva de las nuevas redes de

información en el tiempo y en el espacio, así

como de los diversos procesos de convergencias

generados por lo digital (Terceiro, Matías;

2001). Una red de equipos distribuidos que

actúan como clientes y servidores cada uno

con respecto a los otros. Se trata de un fenómeno

que Drucker (1988) llama networked

organization, Senge (1990) learning organization,

Davidow y Malone (1992) virtual corporation,

Keen (1991) relational organization,

Peters (1994) crazy organization, Mills (1991)

cluster organization, Savage (1990) human

networking, Ackoff (1994) democratic corporation,

Quinn (1992) intelligent enterprise, Hammer

y Champy (1994) reengineered corporation,

y Hamel y Prahalad (1994)el nuevo paradigma

estratégico del futuro.

2. FACTORES DETERMINATES DE LA

APARICIÓN DE LOS SISTEMAS

INTERORGANIZACIONALES

Por todo ello, las Tecnologías de la Información

y la Comunicación (TIC) se han convertido

actualmente en instrumentos fundamentales

en los diseños de estructuras y

estrategias organizativas. Los Sistemas de

Información (SI) que tradicionalmente se han

desarrollado en las empresas, se limitaban a

gestionar la información dentro de los límites

de la empresa, condicionando todas y cada

una de las variables organizativas. Pero la

evolución tecnológica ha provocado la aparición

de SI usados por más de una organización,

siendo estos sistemas denominados Sistemas

Inter Organizacionales (SIO). En consecuencia,

la aparición y desarrollo de los SIO

ha sido provocada y determinada por dos factores:

la evolución de las TIC y el nuevo entorno

organizativo, en parte como hemos visto

debida a la misma.

Asistimos a un cambio rápido de las condiciones

del entorno, caracterizado actualmente

por la globalización, el aumento de la competencia,

la calidad en su concepto «integral»

(Gasalla, 1993), la responsabilidad ambiental

y social y las propias tecnologías de la

información y la comunicación.

Las TIC presentan una doble dimensión:

como parte del entorno de la empresa, y como

instrumentos necesarios para adaptarse. Las

Tecnologías de la Información y la Comunicación

han pasado de ser un recurso de las

empresas a ser parte de su entorno (Browning,

1990). El aumento de su capacidad y la

disminución de costes, provocan la aparición

y desarrollo de los SI como eje vertebrador de

las organizaciones. Si a ello sumamos la aparición

de los estándares tanto en software y

hardware como en redes de transmisión de

datos, obtenemos la lógica consecuencia de no

limitar los sistemas de información a una

sola organización, apareciendo los Sistemas

de Información que comparten datos entre

dos o más organizaciones, o Sistemas Interorganizacionales.

Para hacer frente a estas nuevas condiciones,

las organizaciones deben de desarrollar

los mecanismos de adaptación inmediata a

los cambios continuos en el entorno, adoptando

estrategias de «Turbomarketing» (Kotler,

Stonich P., 1991). La flexibilidad organizativa

es la clave de la adaptabilidad, y para

lograr ésta será necesario el aumento de la

interrelacion entre empresas, permitiendo de

esta manera detectar y reaccionar adecuadamente

a los cambios en el entorno, y concentrarse

en sus «core activities», donde añaden

mayor valor. Para ello, será necesario el disponer

y compartir información fiable y a

tiempo. Las redes de ordenadores, y los sistemas

de información que integran tanto la

información corporativa como la de terceras

organizaciones (clientes, proveedores, etc.),

GUSTAVO MATÍAS CLAVERO Y MARIO ARIAS OLIVA

133 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

se han convertido en un instrumento fundamental

para crear formas organizativas que

se adecuen a las actuales condiciones. Este

aumento de la interrelación existente entre

organizaciones, reviste muy diversas formas,

como «outsourcing», los sistemas JIT, las

cadenas de valor extendidas, las «joint ventures

», o las alianzas estratégicas. Los Sistemas

Inter Organizacionales facilitan este

tipo de estructuras flexibles y ágiles, capaces

de detectar y reaccionar rápidamente a los

cambios del entorno para satisfacer las crecientes

necesidades de los clientes (Druker,

1991).

2.1. Sistemas interorganizaciones:

conceptos básicos

Una vez estudiadas las causas básicas que

han provocado la aparición y el desarrollo de

los Sistemas Interorganizacionales, vamos a

analizar las características básicas de éstos.

A lo largo de los últimos años, muchos han

sido los términos utilizados para definir este

tipo de sistemas:

? Redes de comunicaciones

? Sistemas distribuidos

? Redes de transacciones

? EDI, Electronic Data Interchange

? Redes de información

? Telecomunications Based Systems

? Sistemas totales

? Etc.

El término Sistemas Interorganizacionales

trata de englobar a todos ellos, definiendo

éstos como sistemas de información usados al

menos por dos organizaciones (Suomi, 1992).

Con esta definición, podemos calificar como

sistemas interorganizacionales desde una

conexión electrónica entre dos empresas para

compartir una información específica, a un

complejo sistema informático de reservas de

vuelos de compañías aéreas accedido por miles

de empresas desde todas las partes del mundo.

Los Sistemas interorganizacionales son sistemas

de información en red usados por dos o

mas organizaciones con el objetivo de realizar

una función específica (Cash, 1993).

Los sistemas interorganizacionales pueden

ser implementados en todo tipo de industrias

para establecer vínculos electrónicos

entre organizaciones (Holland, 1995). Dependiendo

de el número de participantes y la

relación existente entre ellos, podemos

hablar de mercados electrónicos (Malone y

Rockart, 1992) en el caso de que existan

transacciones posibles entre todos y cada uno

de los participantes en el sistema, los cuales

acceden libremente; y jerarquías electrónicas

(Konsynski, y McFarlan, 1990) en el caso de

que exista un acceso restringido, usando la

información del sistema grupos reducidos

integrados en esa «jerarquía electrónica».

Gráficamente, los esquemas corresponderían

con las siguientes estructuras:

INFORMES Y ESTUDIOS

134 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

Fuente: Holland, 1992.

Mercado electrónico Jerarquía electrónica

Dentro de estos sistemas existen diferentes

grados de automatización: desde los sistemas

en los que los procesos son iniciados y

ejecutados por los ordenadores de empresas

diferentes, hasta los que requieren obligatoriamente

la interacción humana para realizar

cualquier intercambio de información.

Una vez descrito de manera básica que es

y que formas puede tener un SIO, paremos a

realizar algunas consideraciones técnicas.

Los SIO, se basan en las TIC. El diseño de un

SI para satisfacer las necesidades de una

organización, presenta metodologías relativamente

conocidas. Pero en el caso de diseño

de SIO, el diseño resulta extremadamente

complejo. Los niveles de seguridad, fiabilidad,

privacidad e integridad deben ser superiores

a los de los SI tradicionales. Además,

surge el problema del control, mantenimiento

técnico o diseño y financiación del sistema.

Por ello, al hablar de SIO podemos definir

tres posibilidades respecto a la creación,

mantenimiento y control ejercido sobre el sistema:

? Organizaciones que poseen el control y

gestión del sistema que comercializan

productos/servicios a los demás participantes

del sistema, y que con anterioridad

a la creación del mismo realizaban

la misma actividad.

? Organizaciones que controlan y gestionan

el sistema sin ninguna relación

comercial con las empresas participantes,

y que únicamente limitan y basan

sus actividades en proporcionar este

tipo de servicios.

? Alianzas entre distintas organizaciones

que comercializan productos/servicios

entre ellos y/o con terceras organizaciones,

que en ocasiones emergen

como una empresa independiente para

crear y mantener el sistema .

La organización que posee el control sobre

el SIO determina múltiples factores no solo

inherentes al SIO, como la evolución del sistema

o los beneficios organizativos derivados

de éste, sino que puede afectar a la situación

y estructura del mercado o la situación competitiva

de la empresa en el sector.

2.2. Implicaciones organizativas

Los SIO tienen efectos considerables sobre

las organizaciones, pues alteran los límites

organizativos, y en algunas ocasiones, llegan

a modificar totalmente la estructura del mercado

en el cual la empresa esta operando.

Todos estos cambios presentan riesgos y

oportunidades, los cuales atisbaremos en este

punto.

Los límites tradicionales de la organización

se modifican, pudiendo existir un efecto

expansivo o contractivo (Meier, 1995).

Expansivo en el caso de que el intercambio

electrónico a través de estos sistemas permita

ampliar el número de agentes externos a la

organización, ampliando mercados, y por tanto,

los límites organizativos existentes. Este

es el caso de American Airlines, Citibank y

MCI, que comparten los datos de sus clientes

como una manera de obtener ventajas,

ampliando de esta manera su alcance organizativo

(Konsysnsky y McFarlan, 1990). Pero

los SIO pueden tener los efectos contrarios.

Los costes de transacción determinan los

límites de la organización. Los SIO reducen

considerablemente la búsqueda, negociación

y control de los costes de transacción. Ello

provoca el aumento de funciones de negocio

realizadas por otras organizaciones externas

mediante outsourcing, reduciéndose de esta

manera los límites organizativos clásicos.

Este es el caso de las empresas de automóviles,

como Ford, Volkswagen o Chrysler, que

hacen del outsourcing un objetivo específico

para la reducción de costes, añadiendo organizaciones

externas hasta 2/3 del valor del

coche creado (Lorenz, 1993).

Los SIO buscan flexibilidad, pero en ocasiones

se producen efectos perversos. Si una orga-

GUSTAVO MATÍAS CLAVERO Y MARIO ARIAS OLIVA

135 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

nización basa varios de sus procesos en un SIO,

los costes de cambio de éstos aumentan notablemente,

con lo que pierde la capacidad de

realizar modificaciones, perdiendo flexibilidad.

El cambio de los límites y la perdida de

flexibilidad son algunos de los posibles

efectos, pero la principal razón de implantar

un SIO para una organización será la

obtención de ventajas competitivas. Las

ventajas competitivas pueden provenir de

los factores recogidos en el siguiente cuadro.

Mediante el primer bloque, de eficiencia

relativa, la empresa puede reducir sus costes,

y de esta forma, obtener las consiguientes

ventajas competitivas, con aplicaciones realizadas

mediante los SIO como las recogidas en

la siguiente tabla.

Respecto al segundo bloque, poder de

negociación, la organización puede aumentar

o mejorar su situación competitiva usando el

SIO para modificar su posición negociadora,

con medidas como las señaladas en la tabla.

El problema que los SIO presentan cuando

proporcionan ventajas comparativas, es su

sostenibilidad a lo largo del tiempo. Al igual

que las estrategias basadas en TIC presentan

la desventaja de no ser sostenibles a lo largo

del tiempo, el uso estratégico de un Sistema

Interorganizacional va a proporcionar efectos

importantes a corto plazo, pero no a largo plazo.

La tecnología de un SIO puede ser fácilmente

reproducida, por lo que los competidores

reaccionarán creado su propio sistema

para competir en igualdad de condiciones,

buscando si son necesarias alianzas estratégicas,

para desarrollar el sistema. A pesar de

la existencia de «swichting cost», la ventaja

no será permanente, pero puede permitir a la

empresa que utilice este sistema en primer

lugar la obtención de una posición preponderante

en el sector. Por ello, en muchas ocasiones,

la implantación de un SIO en una organización

pasa a ser de una fuente de ventajas

competitivas a una necesidad estratégica

para poder seguir operando en un sector. En

el siguiente punto, presentamos un marco

para explicar la evolución de los Sistemas

Interorganizacionales, basándonos en quien

crea y mantiene el sistema, y si este representa

una ventaja competitiva o una necesidad

competitiva.

2.3. Evolución estratégica de los

sistemas interorganizacionales

Para estudiar la evolución estratégica de

los sistemas interorganizacionales, tomamos

un marco de referencia basándonos en dos

INFORMES Y ESTUDIOS

136 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

Adaptado de Johnston y Vitale, 1988.

factores básicos (Meier, 1995), teniendo en

cuenta que el adoptar un SIO tendrá importantes

impactos en las estrategia y estructura

organizativa, modificando la interacción

existente entre ambas (Chandler .D., 1962).

Los dos factores básicos son:

? Impacto estratégico del Sistema Interorganizacional

Como en apartados anteriores hemos recogido,

la implantación de un SIO aporta

importantes ventajas estratégicas mediante

el aumento de la eficacia interna y la modificación

del poder de negociación. Resaltando

también que es difícil mantener las ventajas

obtenidas a lo largo del tiempo, por la facilidad

existente para copiar las tecnologías usadas

por la competencia, y aplicarlas e incluso

mejorarlas mediante «benchmarking». Ello

puede provocar que un número cada vez

mayor de empresas del sector adopte nuevos

sistemas o se integre en los ya existentes, lle-

GUSTAVO MATÍAS CLAVERO Y MARIO ARIAS OLIVA

137 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

Elaboración propia a partir de Johnston y Vitale, (1988) y O'Callaghan, (1991).

gando en ocasiones a un punto en el cual el

uso de un SIO deja de ser una fuente de ventajas

competitivas para pasar a ser una necesidad

estratégica. El SIO pasa a ser una

herramienta exigida por clientes o proveedores

para hacer negocios, sin la cual no se puede

operar en el sector. Por ello, atendiendo

este factor de impacto estratégico del SIO,

tenemos dos posibilidades:

? SIO como estrategia de mejora competitiva

? SIO como necesidad estratégica

? Desarrollo y gestión del Sistema Interorganizacional

Dentro de los SIO, existen organizaciones

que actúan únicamente como usuarias del sistema,

no realizando ninguna labor de gestión

y/o control del sistema. En el extremo opuesto,

se encuentran organizaciones que únicamente

tienen como actividad principal la creación,

control y mantenimiento de un SIO, siendo

esta su actividad principal, la provisión de

este tipo de servicios a otras organizaciones.

Así pues, podemos encontrar diferentes tipos

de organizaciones dentro del SIO:

? Organización ?o varias organizaciones?

dedicada a una actividad determinada,

que desarrolla ella misma su propio SIO

para la obtención de ventajas competitivas.

? Organizaciones de servicios relacionados

con las TIC, total o parcialmente

ajenas a las actividades relacionadas

con el SIO que crean, gestionan y controlan

éste, teniendo como actividad

principal la provisión de servicios que

un SIO proporciona, dependiendo de las

necesidades concretas de un sector y/o

organización.

Atendiendo a estos dos criterios, aplicación

estratégica y desarrollo y gestión del

SIO, tenemos las posibilidades recogidas en

el siguiente cuadro:

Estrategia de diferenciación: en este caso,

el SIO se usa como ventaja estratégica, y es

desarrollado dentro de la empresa como una

actividad de apoyo a la principal. En este

caos, los SIO pueden ser utilizados como

poderosas herramientas para diferenciarse

de los productos y servicios existentes y obtener

ventajas competitivas, especialmente si

INFORMES Y ESTUDIOS

138 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

la empresa es una de las primeras del sector

en operar mediante estos sistemas.

Aplicación de SIO: en algunos casos, la

introducción de un SIO no es iniciada por la

empresa que ganará ventajas estratégicas,

sino por proveedor de servicios de tecnologías

de la información y la comunicación, que

desea realizar nuevas aplicaciones o utilizar

con ciertas modificaciones las ya existentes.

El principal problema que presenta el desarrollo

de un SIO por parte de una organización

externa, es que aunque posee un «stateof-

the-art» en aspectos tecnológicos, puede

adolecer de conocimientos sobre las necesidades

del sector y las demandas y características

concretas de las empresas participantes.

Cooperación entre competidores en el SIO:

cuando el SIO se convierte en una necesidad

estratégica, la colaboración con otras organizaciones

presenta menos riesgos que el desarrollo

de un sistema nuevo e independiente.

Si existe algún SIO funcionando, se tiende a

la cooperación, pues los recursos que son

necesarios para crear un SIO son importantes,

y por lo tanto, el riesgo en el caso de que

no resulte adecuado, demasiado alto. Por esta

razón, se tiende a la cooperación. Además,

desde el punto de vista de la empresa que ya

ha desarrollado el SIO, la existencia de otro

sistema, presenta una potencial competencia,

que en caso de tener éxito, repercutirá

negativamente en su posición competitiva,

por lo que también se ve impulsada a la cooperación.

Organizaciones proveedoras de SIO compiten

entre sí: cuando la necesidad estrategica

de integrar los SIO en la operativa de la

empresa crece hasta el punto de la existencia

de crear una demanda importante de estos

sistemas, la provisión de estos servicios se

convierte en un negocio atractivo, entrando a

competir en este negocio diversos proveedores

de servicios. En este caso, para el éxito de

un SIO que compita con otros, existen varios

factores determinantes: la existencia de una

masa crítica que haga atractivo el usar un

sistema determinado, la no dependencia de

ninguna empresa competidora del sector, y la

fiabilidad tecnológica.

Con este marco de usos estratégicos de los

SIO, la tendencia es pasar de una situación

en la que la organización desarrolla su propio

SIO para apoyar sus actividades principales

y obtener ventajas competitivas, es decir,

estrategia de diferenciación; a una situación

en la que el uso de un SIO es una obligación

para competir, una necesidad estratégica,

buscando un sistema con una masa crítica de

usuarios suficiente, que sea gestionado de

manera independiente, y con la suficiente

fiabilidad técnica, condiciones que se darán

en la situación de organizaciones proveedoras

de SIO compitiendo entre sí. Ejemplos de

esta evolución pueden ser los casos de los sistemas

de reservas de vuelos, como el caso de

sistema SABRE (Short y Venkatraman,

1992).

3. CONCLUSIONES

Los avances en las TIC hacen que no exista

ninguna razón para que los SI se limiten a

una sola organización. Por lo tanto, la construcción

de sistemas de información usados

por dos o más organizaciones, o sistemas interorganizacionales,

se están convirtiendo en

pilares fundamentales de las organizaciones.

Actualmente, todavía existen posibilidades

de ganar ventajas competitivas mediante el

uso de estos sistemas, pero las organizaciones

deben asumir que llegará un momento en

el cual se convertirá en un imperativo estratégico

el adoptar estas formas de coordinación

e interrelación entre organizaciones.

Estas formas de coordinación provocan cambios

dramáticos en las estructuras y estrategias

organizativas, modificando totalmente

las formas de organizarse existentes antes de

su implantación; y cambios sustanciales

incluso en el sector en el cual son implementados.

GUSTAVO MATÍAS CLAVERO Y MARIO ARIAS OLIVA

139 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

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GUSTAVO MATÍAS CLAVERO Y MARIO ARIAS OLIVA

141 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

INFORMES Y ESTUDIOS

142 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 46

RESUMEN: La sociedad de la información y del conocimiento es una realidad emergente que transforma el

entorno organizativo, lo mismo que el tecnológico y económico. Entre otras características del

nuevo entorno, las organizaciones deben de operar en mercados globales, con ciclos de vida de

los productos extremadamente cortos, y en condiciones de complejidad y cambio continuo como

hasta el momento no habían existido. El desarrollo de actividades en estas condiciones obliga

a las empresas a transformar radicalmente sus diseños organizativos, en los que la flexibilidad

es una de las claves de diseño fundamentales. La búsqueda de la capacidada de adaptación

provoca la aparición de nuevos diseños organizativos que combinen adecuadamente flexibilidad

y eficacia, como las redes organizacionales. Los métodos de organización tradicionales

deben de ser revisados y adaptados al nuevo «digitalismo«. Las organizaciones necesitan nuevas

estrategias que deben de implementarse con nuevas formas, transformando estructuras,

sistemas, habilidades directivas, cultura, etc. Las tecnologías de la información y la comunicación

como Internet, las redes de ordenadores, los sistemas de trabajo en grupo o los servicios

de telecomunicaciones móviles van a ser la base de las organizaciones en red. Tanto la estrategia

como el diseño de la organización se debe basar en las redes. En este trabajo analizaremos

tanto el contexto en el que las empresas desarrollan sus actividades como las implicaciones

estratégicas que los sistemas sobre los que se soportan las organizaciones en red presentan.

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