Estigmas y falsas creencias del empresario hacia las personas con discapacidad

AutorRicardo Moreno Rodríguez
Páginas171-177

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Nuestra organización es una organización que aglutina a 46 organizaciones de discapacidad física y orgánica, entendiendo a las personas con discapacidad orgánica aquellas que han sufrido a lo mejor algún trasplante, alguna circunstancia derivada de la ibrosis quística, enfermedad renal, y que están distribuidas por todo el territorio en la Comunidad de Madrid.

La exposición va a versar sobre el estigma y las falsas creencias del empresario hacia las personas con discapacidad a la hora de ser contratadas.

FAMMA es una organización, como decía, de 46 empresarios, que pertenecemos además también a la confederación COCEMFE, al CERMI Comunidad de Madrid, del cual ostento la presidencia, al consejo asesor de personas con discapacidad, al de promoción de la accesibilidad, y luego trabajamos sobre el sistema de calidad FQM.

Yo voy a intentar hacer una presentación previa de la organización, y hablarles de un contexto general para que entiendan al final de la exposición el periplo por el que pasan las personas con discapacidad antes y después de acceder a un trabajo.

Por hacer un poco de historia me gustaría remontarme al año 1975, donde ya se plantea un cambio de rumbo en nuestro país y pasamos de una dictadura a una democracia, y que empieza a fraguarse en el tejido asociativo en general, que después da paso a los partidos políticos y a la creación de sindicatos.

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Pero si observamos el panorama que tenemos, la actualidad nos lleva a que de la desafección de la parte política estamos volviendo al asociacionismo, y a la inversa, en el año 75, cuando ya hubo una democracia, pasó todo lo contrario: del asociacionismo a la creación de partidos políticos, se trabajó porque los barrios tuvieran buenas infraestructuras, buenas dotaciones, que los vecinos vivieran en buenas condiciones, entre ellos también las personas con discapacidad, y de ahí derivó a los problemas que las personas con discapacidad han tenido siempre, y sobre todo al apoyo incondicional, por supuesto, a las familias, que siempre han querido buscar una solución al colectivo de las personas con discapacidad, porque sufrían ambas partes, las personas usuarias, afectadas, y las familias, de la problemática de la exclusión que la administración establecía hacia las personas con discapacidad, queremos pensar y creemos que es así, que debido a una falta de conocimiento y una falta de información, que al final en el contexto general lo más fácil era excluir, no hacer nada, que empezar a ver de qué manera estructurábamos políticas de empleo, políticas sociales, políticas de integración, etc.

Dicho eso, ya que nos encontramos en la creación y en la consolidación de un tejido asociativo, el mismo empieza a querer defender sus derechos, sus intereses, y prioriza sobre todo una parte de lo que es la parte asistencial para después, una vez que esa parte asistencial, que les va a permitir por entonces unas mínimas cotas de autonomía personal, ahora trabajamos porque las cotas de autonomía personal sean la prioridad y sean, digamos, el 100% de la relevancia de lo que verdaderamente importa al colectivo para poder llegar a todas y cada una de las áreas donde quiere participar, y quiere participar de manera inclusiva, es decir, quiere participar en el empleo, en la cultura, en el ocio, en el deporte, quiere tener también un acceso al ámbito sanitario, así, sucesivamente, a cualquier área que les pueda afectar, como cualquier ciudadano, que también quiere entrar en la sociedad de manera normalizada.

Por, tanto se empieza a empujar para crear un marco legal de protección para las personas con discapacidad, y ahí se crea la Ley 13/1982, la mal llamada ley de integración social del minusválido, ahora diríamos personas con discapacidad, la vulgarmente conocida como la LISMI, que establece obligaciones tanto para la Administración como para la empresa privada. Indudablemente yo creo que habréis oído hablar de esto, que la empresa privada tiene la obligación de reservar un 2% de puestos en las empresas, y la Administración por entonces era un 2%, ha ido en aumento, dependiendo de la Comunidad Autónoma, porque esto ha sido regulado en función de las distintas órdenes...

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