Espín Cánovas, Diego: Capacidad jurídica de la mujer casada

AutorTeresa Puente Muñoz
CargoProfesor Adjunto de Derecho Civil
Páginas1089-1094

Espín Cánovas, Diego: Capacidad jurídica de la mujer casada, Salamanca, 1969.

Page 1089

La reforma de 1958 y la Ley de 1961 vinieron a completar la equiparación ante la Ley del hombre y la mujer soltera.

La equiparación de la mujer casada no solamente no se logró con el régimen instaurado por estas normas, sino que, insertadas éstas en el .sistema tradicional del Código, que no desaparece, vinieron a complicar el régimen jurídico de la mujer casada, hasta el punto de que junto a problemas tradicionales en tema de su capacidad, surgen otros cuya solución lleva a la doctrina a considerar la conveniencia de una nueva reforma del régimen jurídico de la capacidad de la mujer casada.

Los efectos de la reforma han sido analizados por la doctrina a través de una serie de interesantes trabajos, a los que viene a unirse el

Espín analiza en primer lugar someramente el régimen jurídico de la capacidad de la mujer a través del Derecho histórico... Siempre es curioso recorrer la trayectoria de la incapacidad de la mujer, porque los fundamentos de la misma responden a un condicionamiento social que, a su vez, es consecuencia, como se ha dicho repetidamente, de una educación de la mujer deformada a través de largos siglos de cultivo de su «imbecilidad».

Sobradamente conocida es la vejatoria situación de la mujer en el Derecho romano, sometida a tutela en atención a su «ligereza», ligereza de juicio -«levitas animi»- que, sin embargo, dice Gayo, es «una razón de apariencia más que de verdad». Y se ha resaltado siempre la proyección del cristianismo en la condición de la mujer, aunque en el terreno jurídico no fuera demasiado estimulante de una equiparación que sólo muy cerca de nuestros días comenzaría a reconocerse.

Es especialmente aleccionador, porque tuvo tan gran influjo en los demás Ordenamientos jurídicos, el régimen de la condición de la mujer en el Código civil francés. El Código civil francés mismo sufrió las consecuencias de la intervención en la redacción de Napoleón, quien, aun no teniendo ninguna autoridad moral, como es bien conocido, para imponer su criterio sobre la familia y el matrimonio, sí que tenía la autoridad política que le permitió proyectar su opinión en el texto legislativo El primer cónsul decidió así la suerte de la mujer no sólo en el Derecho francés, sino en tantos otros como en el nuestro, cuando no había podido en la vida real decidir la suerte de sus propias mujeres,Page 1090 su propio matrimonio, su propia familia. Creo que fue Bertrand Russell quien escribió una vez que el hombre tiene de la mujer aquella opinión que ha llegado a formarse a fuerza de convivir con la propia...

Como quiera que fuese, en este momento histórico se da la gran paradoja de que bajo principios revolucionarios va a iniciarse -como dice Espín- el Derecho privado moderno bajo un signo de sujeción de la mujer al marido, que resucita bajo nueva forma la primitiva sujeción de la «manus» en Roma.

Lógicamente la reacción daría lugar a la aparición de un movimiento feminista que se acentuaría después de la primera guerra mundial. El movimiento feminista pretende llegar a la equiparación absoluta de los sexos.

Va a permitirme el señor Espín que califique de divertido su escándalo ante la afirmación de «Jorge Sand», de que no sólo era absurdo el deber de obediencia de la mujer al marido, sino que también lo era el deber de fidelidad. Durante muchos siglos el marido «protegido» por la benignidad o la desigualdad de trato de las leyes -pensemos en el régimen legal del adulterio-, sin escándalo de nadie, dejaría de cumplir con reiterada frecuencia con el «deber de fidelidad a la mujer».

Lo cierto es que habremos de llegar a fecha muy reciente para encontrar en las leyes el resultado de una lucha iniciada desde hace tantas décadas en favor de la equiparación de los sexos. En la desigualdad de trato ante la Ley del hombre y la mujer coincidían todos, conservadores y liberales, retrógrados y extremistas. No deja de ser curioso.

Recoge Espín muy...

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