El espectro de las teorías éticas
| Autor | Michael Slote |
| Cargo del Autor | Universidad de Miami |
| Páginas | 17-29 |
EL ESPECTRO DE LAS TEORÍAS ÉTICAS
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Universidad de Miami
Puede que el título de este capítulo, “El Espectro de las Teorías Éticas”, no
transmita de forma inmediata lo que quiero conseguir con ello. Permítanme,
por lo tanto, que me explique. Cuando las teorías éticas, antiguas y modernas,
se clasifican y se comparan, se hace de una manera poco sistemática. Hoy, por
ejemplo, la gente cree que el consecuencialismo, la ética de las virtudes, y la
ética deontológica/Kantiana son las tres maneras principales de enfocar la ética
normativa. (Me referiré aquí a la ética normativa más que la ética aplicada o la
metaética). Se suele creer que éstos son los tres enfoques contemporáneos más
plausibles o de mayor influencia. Cuando se formula una taxonomía, realmente
no se trata de una taxonomía global o sistemática sino limitada a comparaciones
entre pares: por ejemplo, dicen que el utilitarismo es como el Kantianismo en
algunos aspectos pero que es diferente en algunos otros aspectos importantes;
que la ética de las virtudes se parece un poco al Kantianismo en este punto y al
utilitarismo en aquel otro. Se obtienen estas comparaciones por pares, pero no
se obtiene una taxonomía sola que incluya todas las perspectivas. Pero es posi-
ble formular una taxonomía o metafilosofía sistemática de las diferentes teorías
éticas indicando cómo se relacionan entre sí –lo llamo metafilosofía porque no
lo puedo llamar metaética, término que se reserva para otra cuestión. Aquí no
se trata tanto de trabajar la ética normativa como de entender lo que hacen otros
en el campo de la ética normativa. De modo que lo podemos llamar metafiloso-
fía aplicada a la ética normativa.
Ahora bien, si se quiere, se puede formular una taxonomía o metafilosofía
de un tipo bi-modal: por ejemplo, se puede clasificar todo en relación con la di-
ferencia básica entre racionalismo y sentimentalismo dentro de la ética norma-
tiva. Esto proporciona un esquema bi-modal y permite distinguir dos categorías
normativas, y tal vez más, porque pueden haber algunas teorías normativas que
quedan en medio. Un ejemplo de puntos de vista sentimentalistas es Hume,
por supuesto, o Hutchinson; un ejemplo de racionalismo sería Kant o Rawls. Y
cabe estirar algo la taxonomía y argumentar que algunas teorías caen en el me-
dio. Por ejemplo, si se examina el trabajo de Anthony Ashley Cooper, el tercer
Earl de Shaftesbury, quien se suele decir que fundó el sentimentalismo moral,
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