Algunos ejemplos históricos e ideológicos de estupidez política
Autor | Alfredo Ramírez Nárdiz |
Páginas | 79-126 |
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Algunos ejemplos
históricos e ideológicos
de estupidez política
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1. Estupidez en la independencia
hispanoamericana
En 1788 Hamilton escribía en El Federalista
que para navegar por el río Misisipi había que pedir-
le permiso a España. Apenas treinta años más tarde
su país le compraba la Florida a los españoles, que
no tenían más remedio que venderla por las buenas
o perderla por las malas. Así es como se pasa de ser
un imperio de proyección planetaria a no ser nadie.
¿Fue este cambio causado por la estupidez?
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TEORÍA GENERAL DE LA ESTUPIDEZ POLÍTICA
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El cambio no sólo afecto al poder de la metró-
poli, sino especialmente a los territorios americanos:
¿En el año 1800 qué ciudades eran más populosas,
prósperas y dotadas de unos edificios más impo-
nentes? ¿Méjico y Lima o Boston y Nueva York? No
hay muchos edificios de piedra de la época colonial
inglesa que puedan visitarse en las principales ciu-
dades de la Costa Este de los EEUU. Sin embargo,
¿qué ciudades son más prósperas hoy en día? ¿Las
estadounidenses o las hispanoamericanas?
Lo cierto es que, con todos sus defectos y de-
bilidades y sin olvidar que en 1800 España y sus
territorios de ultramar eran una monarquía absoluta
propia del Antiguo Régimen, el Imperio Español a
principios del siglo XIX era una potencia si no pun-
tera, sí digna de respeto. Capaz de organizar y coor-
dinar una expedición de vacunación de ámbito mun-
dial como lo fue la de Balmis contra la viruela. ¿Qué
son en el presente las repúblicas hispanoamericanas
y la monarquía europea herederas de aquel imperio?
¿Qué han sido durante los últimos doscientos años?
Decirlo abiertamente casi resulta ofensivo para los
implicados.
La desintegración del Imperio Español perju-
dicó a todos sus miembros, europeos y americanos.
La historia de los estados resultantes de uno de los
2 ALGUNOS EJEMPLOS HISTÓRICOS E IDEOLÓGICOS DE ESTUPIDEZ POLÍTICA
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suicidios políticos más espectaculares de todos los
tiempos es la historia del desastre. De un lado del
océano repúblicas permanente o periódicamente fa-
llidas. Del otro una monarquía disminuida, melan-
cólica y apartada de la gran historia. Golpes de esta-
do por doquier. Dictaduras asesinas en todas partes.
Guerras civiles sin fin. Caos, incompetencia y mise-
ria la mayor parte de las veces. Caudillos ridículos,
líderes políticos absurdos, corrupción, corrupción,
corrupción. Con apenas unas pocas excepciones y
durante periodos de tiempo no muy largos, los dos
siglos que siguen a la destrucción del Imperio po-
drían ser resumidos como la sucesión de un montón
de señores que no han parado de tomar decisiones
que les han perjudicado a todos empezando por a
ellos mismos. ¿Cómo se le llama a eso desde la teoría
sostenida en este texto? Estupidez.
Para ser verdaderamente justos, no habría que
comparar el estado de cosas entre los años 1800 y
2021. Si se hace tal cosa, y se valora el presente, hay
varios países que no salen tan mal parados: España
es un país desarrollado; Uruguay, Chile o Costa Rica
también lo son en Hispanoamérica; salvo Venezue-
la, Cuba y Nicaragua, no hay ninguna dictadura ex-
plícita; etc. Pero hágase la comparación entre 1800
y 1850. Si se compara la situación de los EEUU y
del Reino Unido con el mismo margen de tiempo,
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