La Educación Sexual en la formación inicial del profesorado. Desarrollo de la tolerancia en el alumnado de Educación Primaria como competencia social y cívica dentro de los Derechos Humanos

AutorElena Peña Calzado
Cargo del AutorUniversidad Pablo de Olavide
Páginas70-80
70
CAPÍTULO 6. LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LA FORMACIÓN INICIAL DEL
PROFESORADO. DESARROLLO DE LA TOLERANCIA EN EL ALUMNADO DE
EDUCACIÓN PRIMARIA COMO COMPETENCIA SOCIAL Y CÍVICA DENTRO DE
LOS DERECHOS HUMANOS
Elena Peña Calzado
Universidad Pa blo de Olavide
1. Introducción
La presencia de personas del colectivo LGTBI no se limita a un contexto de ocio adulto. La
orientación sexual, así como la identidad y expresión de género, es una parte intrínseca del
desarrollo de la personalidad de cada individuo que se puede encontrar y experimentar en todas
las situaciones de la vida cotidiana y, por lo tanto, en el ámbito escolar. En la Comunidad
Autónoma de Andalucía, después de muchos años de lucha y esfuerzo, la legislación intenta
acercarse a la realidad social de estas personas con la Ley 8/2017, del 28 de diciembre, para
garantizar los derechos, la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI y sus
familiares (Junta de Andalucía, 2018). En esta Ley vienen recogidas las actuaciones educativas
que deben ser llevadas a cabo para que la praxis docente se ajuste al trato de no discriminación.
2. Saliendo de la cisheteronormatividad: colectivo LGTBI
El aumento de visibilidad y de leyes que amparan el bienestar del colectivo, así como la facilidad
de acceso a la información, ha hecho que, durante los últimos años, oigamos y veamos en
distintos círculos de nuestra vida, más cercanos o lejanos, comentarios irrespetuosos y discursos
de odio hacia estas personas, infringiendo y pasando por alto distintas leyes, derechos humanos
y, en lo que a nosotros nos concierne, contenidos transversales del currículo de la educación
básica.
La sociedad Andaluza actual sigue teniendo un sesgo católico en lo que respecta a la sexualidad.
Este hecho se manifiesta también en la escuela y en la formación que en ella se recibe sobre
educación sexual. Por ello, cuando debatimos con personas que defienden la “ideología de
género”, “pin parental”, “matrimonio natural” o “familia natural” siempre se acaba señalando la
educación sexual como una forma de incitación del pecado. Por el contrario, la escuela no hace
más que velar por el pleno desarrollo de las personas que cursan su escolarización obligatoria. La

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