Editorial

El artículo que abre este número trata de la cuestión del contenido de nitratos de los alimentos y de las reglamentaciones sobre su ingestión. Dos clases de experimentos, aparentemente contradictorios, han dado lugar a algunos malentendidos entre los responsables de la elaboración de políticas. Por una parte, las frutas y las verduras tienen efectos beneficiosos, bien conocidos y documentados, sobre la salud, entre los que se incluye la reducción del riesgo de ciertos tipos de cáncer. Por otra parte, los nitratos (contenidos en las frutas y verduras) se han relacionado con la formación endógena (intragástrica, para ser más precisos) de un tipo determinado de compuestos químicos cancerígenos (N-nitrosocompuestos). La aparente contradicción se resuelve al observar que en la segunda clase de experimentos no se emplean las frutas y verduras como 'productos de entrada', sino que se administran a los animales dosis muy elevadas de nitratos. Tanto en las investigaciones epidemiológicas como en otros experimentos, se deduce que, cuando se consumen frutas y verduras, no se forman los compuestos cancerígenos debido a la actividad de otros agentes, como la vitamina C, que se encuentran en dichos alimentos. Por ello, los expertos de la Organización Mundial de la Salud, que estudiaron recientemente esta cuestión, establecieron los límites superiores para la ingestión diaria de nitratos pero, conociendo los efectos positivos de las frutas y verduras sobre la salud, y la ausencia de pruebas que las relacionen con la formación de compuestos cancerígenos en el cuerpo, no derivaron límites para la ingestión de nitratos a partir de frutas y verduras. Podría ser necesario que las reglamentaciones recientes de algunos Estados Miembros y de la UE, que se revisarán próximamente, tomen en cuenta estas consideraciones.

El segundo artículo expone que las tecnologías de energía renovable, y especialmente las tecnologías fotovoltaicas, pueden ofrecer una alternativa rentable para la electrificación rural, especialmente si se la compara con la extensión de la red eléctrica a áreas remotas y escasamente pobladas. Los beneficios socioeconómicos y medioambientales de las tecnologías fotovoltaicas pueden justificar la intervención en las áreas importantes de normalización, acceso a créditos, provisión de formación adecuada, etc. Aunque la electrificación eleva los estándares de vida, no hay prueba de impacto directo significativo sobre las actividades generadoras de ingresos. La electricidad puede ser condición hasta cierto punto necesaria, pero no suficiente para el desarrollo. El crecimiento se ha beneficiado por la electrificación rural cuando se ha promovido por un sector agrícola dinámico.

El tercer artículo sugiere que la llegada de la sociedad de la información tiene profundas implicaciones para las empresas y, si se proporciona el marco adecuado, puede ser una buena oportunidad para las regiones menos favorecidas. El argumento básico es que estos desarrollos tecnológicos pueden hacer que la producción en masa y la economía de escala sean menos importantes y que la distancia sea un obstáculo menos insuperable. Los dos aspectos en los que la política podría garantizar un marco adecuado, serían la provisión de una infraestructura de elevada calidad, a nivel local, y no sólo entre los grandes centros de la actividad económica internacional; y el apoyo a las instituciones "puente" que estimulen la creación de redes entre las PYME y las empujen hacia lo que se está denominando "cibereconomía".

El cuarto artículo sostiene que las empresas europeas son muy fuertes en el diseño y fabricación de productos y sistemas complejos de elevado coste y con un alto componente de ingeniería. Un ejemplo de tales sistemas es el de las comunicaciones móviles, en las cuales Europa ha tenido mucho éxito a la hora de promocionar la tecnología GSM. El artículo defiende que puede aprenderse mucho del ejemplo del GSM, respecto a la importancia de la acción colectiva coordinada para establecer normas comunes y crear grandes mercados.

El último artículo indica que las políticas sobre medio ambiente basadas en normas medioambientales cada vez más exigentes han tendido a ser satisfechas por la adopción de enfoques 'end-of-pipe'. Este artículo sugiere que una estrategia de desarrollo tecnológico bien gestionada puede contribuir a que las PYME se orienten hacia formas de trabajo más respetuosas con el medio ambiente, si esta estrategia va inmersa, desde el principio, en el proceso de diseño y ejecución, y no añadida al final como un apéndice. Además, tal reformulación de las consideraciones medioambientales será la fuerza impulsora de la innovación, dado un uso adecuado de los instrumentos económicos.

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