Plan estratégico de protección al consumidor para el período de 1998-2001

Páginas59-83

Page 59

Introducción

El Plan Estratégico de protección al consumidor para el período 1994-1997 en el marco de la Unión Europea, aprobado en marzo de 1994 por la Conferencia Sectorial de Consumo, ha constituido un instrumento fundamental para el desarrollo de una adecuada cooperación entre las Comunidades Autónomas y la Administración General del Estado en este campo durante el aludido cuatrienio. Las atribuciones que otorgan tanto la Constitución como los diferentes Estatutos de Autonomía, ampliados en algún caso por la Ley Orgánica de Transferencias de Competencias a las Comunidades Autónomas, obligaba a las Administraciones Publicas a establecer un sistema de actuación en colaboración que evitase disfunciones innecesarias y perjudiciales para los consumidores y usuarios en España, en el ejercicio de una Política de Consumo que, por otra parte, puede ser ejercida plenamente por cada una de aquellas. El favorable resultado de la experiencia en este sentido, de una parte, y la circunstancia del vencimiento de la efectividad del Plan, de otra, han evidenciado la oportunidad de elaboración de un nuevo Plan, para un período equivalente, con el mismo objetivo de que la política de consumo enfrente debidamente el reto de ofrecer respuesta a las necesidades de los consumidores en todo momento y, por tanto, en función de la evolución de dichas necesidades.

A efectos de elaboración del Plan se ha considerado como base, de una parte, la que ofrece el propio Tratado de la Unión Europea, después de la reforma de Maastricht, al articular con carácter propio la política de protección al consumidor, mediante las reformas introducidas en el artículo 3 s) y el 129 A, y la política que sobre esta base se está desarrollando.

Estos cambios, deben ser tenidos en cuenta al plantearse el establecimiento de próximos objetivos en cuanto a la política referente a los consumidores españoles, pues desde el ingreso de España en la Unión Europea esta política tiene que articularse y ejecutarse en sintonía con las pautas y compromisos que emanan de este marco supranacional, tanto por razón de la vinculación que la pertenencia al mismo supone como por el efecto sinergia que comporta la actuación armónica con las políticas de los restantes miembros de la Unión, que, en definitiva, son intervinientes en el mismo mercado, donde los bienes y servicios que en él se ofrecen puede circular por todos los Estados miembros, y han de cumplir unos requisitos homogéneos para ello. Otro principio a seguir es el que resulta del carácter abierto y competitivo del mercado interior, con la particularidad de que la evolución de éste viene incidiendo en el aumento de la gama de productos y servicios, con el efecto positivo de ampliación de oferta y, por consiguiente, de las posibilidades de elección, aunque con la característica de hacer más complejo el mercado, precisamente por su amplitud. El escenario en este aspecto está experimentando una importante mutación debido a la globalización de los mercados, al desarrollo social y al de las tecnologías de la información y comunicación, con clara incidencia en la relación de consumo.

En virtud de estas connotaciones, el Plan hace frente a estas realidades mediante la determinación de los instrumentos necesarios para que las actuaciones a llevar a cabo sean coherentes con el objetivo apuntado de atender las necesidades de los consumidores de manera eficiente y en la perspectiva de lograr una mayor calidad de vida.

En todo caso, esta óptica debe hacer compatible la satisfacción de dichas necesidades con los intereses de los agentes económicos, en el entendimiento de que la política de protección a los consumidores debe estar estrechamente relacionada con el desarrollo del mercado y que las acciones que se lleven a cabo con el objetivo de compensar la situación de inferioridad de la demanda tiene el efecto indisociable de adecuar y regular la oferta, creando reglas de juego en las que las empresas tengan que competir lealmente y con transparencia.

Ambos tipos de intereses, los comerciales y los de los consumidores, dan al mercado su adecuada dimensión, y en consecuencia la coordinación de actuaciones y el equilibrio de mercado se imponen.

Page 60

Como es obvio, al igual que ocurrió con el anterior, el Plan ha sido establecido de forma conjunta entre la Administración General y las Administraciones Autonómicas, toda vez que ambas están implicadas competencialmente en la función de desarrollo de esta política y la integración de sus actuaciones, a través de la fórmula de cooperación, comporta una indudable economía de recursos, en virtud de la potenciación de resultados que genera tal integración, y la consiguiente garantía de eficiencia que la sincronía de esfuerzos conlleva.

La articulación del Plan ha considerado de manera especial: El avance en la apertura y competitividad que viene experimentando el mercado, con la consiguiente necesidad de garantizar su adecuado funcionamiento, reforzando la posición de los consumidores, a fin de que, como agentes activos y maduros, puedan ejercer en debida forma su derecho a elegir entre los diferentes productos y la mejor calidad, al menor precio. Dentro de esta dinámica, debe prestarse atención a la posición de los consumidores en sectores en los que ios servicios públicos se están transfiriendo al sector privado, ya que debe asegurarse que la liberalización se ajusta al objetivo perseguido de mejora de su funcionamiento y mantenimiento en un nivel asequible sin detrimento de su calidad.

Y especial atención también ha de dedicarse a innovaciones como la fabricación de alimentos mediante nuevas tecnologías (biotecnología), los nuevos servicios financieros y los nuevos canales de distribución, tales como las autopistas electrónicas.

Se ha tenido también en cuenta, la especial repercusión que tendrá la introducción del euro como moneda única, toda vez que esta circunstancia constituye un acontecimiento de particular trascendencia por su alcance político, económico y social.

La transición a este efecto representa una operación cuya complejidad e importancia exigen una atención y preparación extremas, pues es obvio que los consumidores no se adaptan de manera automática a una nueva moneda y es preciso tiempo y práctica. Por ello, preparar a los consumidores a una transición adecuada plantea un reto y un compromiso a las Administraciones de consumo a efectos de colaboración en esta tarea. Otro aspecto considerado ha sido el nuevo concepto de consumidor resultante del actual sistema económico, en cuanto que éste pasa por la potenciación de la adquisición de más productos incluso a veces de los que realmente se pueden utilizar, o por la renovación de éstos en plazos temporales mucho menores de los que podrían derivarse de su propia capacidad de duración; con las consiguientes connotaciones asociadas a la moda, la identificación con el grupo social de referencia, la persuasión y la publicidad, que tienen una especial incidencia en las sociedades económicamente desarrolladas, pero que en ningún caso deben sobrepasar los limites de la lógica.

La evolución en este sentido se matiza, a su vez, como consecuencia de las tendencias en el consumo como las que se concretan en el aumento del tiempo libre, la búsqueda de la comodidad, el auge de la variedad, la salud y la belleza como motivos para el consumo y el respeto por el medio ambiente, entre otras. En este contexto, sin embargo, el consumidor aparece mas concienciado, pues desarrolla su actividad de adquisición de bienes y utilización de servicios recurriendo a la información sobre la oferta y la comparación entre dichos bienes y servicios, impregnando su comportamiento como tal de mayor racionalidad, mayor búsqueda de variedad y una relación mas personalizada, a través de una oferta mas amplia. El marco descrito es el que ha presidido la configuración de las diferentes acciones de normativa, control del mercado, fomento del asociacionismo, acceso a la justicia, información, formación y educación y cooperación institucional e integración en otras políticas, en que se desagrega el Plan, con previsiones especificas coherentes con los aludidos presupuestos. Como consideración final, es importante hacer notar la especial circunstancia cronológica que concurre en el Plan al comprender un período que enlaza dos siglos. Es obvio que esta particularidad debe superar el frío dato material de cómputo temporal y adquirir su propia connotación de progreso en el devenir histórico con el compromiso que ha de resultar del traspaso de umbral tan significado como el de cambio de siglo. En una coyuntura tan especial cobra todo su sentido el propósito de dedicación y esfuerzo que comporta el desarrollo del Plan.

Page 61

Unión europea

La imbricación de la política española de protección al consumidor con la política europea determina que una de las fuentes de actuaciones con repercusión en el Plan sea la Unión Europea. Y el contexto, en este sentido, cobra todo su valor si se considera, a su vez, el marco que supone la Organización Mundial del Comercio a la que España pertenece, como es sabido, y a la que aporta sus posiciones precisamente en el conjunto de la contribución europea.

En esencia, la integración en dicha Organización supone la incardinación en un esquema que comporta:

* Un sistema basado en normas, justo, equitativo y más abierto.

* La liberalización y supresión progresivas de los obstáculos arancelarios y no arancelarios al comer cio de mercancías.

* La liberalización progresiva del comercio de servicios.

* El rechazo de toda forma de proteccionismo.

* La supresión del trato discriminatorio en las relaciones comerciales internacionales.

* La integración de los países en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR