La doctrina de la progresividad

AutorRamón Soler Belda
Páginas101-102

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Sin querer que lo sea, es cierto que la progresividad necesita para su aplicación la visión global de todo el sistema impositivo. Considerada impuesto a impuesto o viendo cómo actúa ante el caso concreto, se pierde la perspectiva que interesa en la aplicación de este principio. Algo similar ocurre con la capacidad contributiva, que la mejor forma de acabar con ella es fragmentando la imposición hasta que no se pueda distinguir cuando estamos ante un impuesto directo o indirectos. Lo que interesa a efectos de poder comprobar si un sistema es o no progresivo, es el cálculo de la presión fiscal general y como se distribuye ésta en los diferentes escalones de renta. Además se resalta la paradoja que supone que la progresividad esté ampliamente representada en el texto de la ley, en la mente del contribuyente, en la opinión de los técnicos y en los debates políticos; pero escasamente articulada en la variación impositiva por la que se tributan en diferentes tramos de la escala de ingresos o en diferentes manifestaciones de la capacidad tributaria globalmente considerada.

La materialización del tipo de justicia que se quiere en el ámbito tributario de nuestra Constitución tiene su plasmación más evidente en este postulado y para completar ese comentario hay que decir que se va más allá cuando se garantiza que el estado promueve que la igualdad sea real y efectiva. Pero si esto queda en apenas una pequeña diferencia en algún impuesto concreto, todo el planteamiento se viene abajo y lo que debe ser progresividad se queda en mera proporcionalidad y en literatura jurídica que intenta justificar posturas injustificables desde una visión meramente legal. Ya he comentado la importancia que la política tiene en los plan-teamientos tributarios y como ha sido una de las principales acusaciones que se le ha hecho cuando se ha querido actuar de manera que se eludiera la progresividad. Pues desde la óptica contraria ahora se intenta actuar de

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forma opuesta, se mantiene la literalidad del principio, pero se elude su aplicación amparándose que no es necesario encontrar la progresividad en cada impuesto siempre que el cúmulo de los mismos dé lugar a un sistema fiscal progresivo. Entre la opción de que todos los impuestos sean progresivos, o que los impuestos sean proporcionales pero no todo se someta a imposición, puede darse la paradoja de que el segundo sistema sea más progresivo que el primero.

Quienes consideramos que debe hacerse...

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