Discapacidad y derecho a una vivienda digna y adecuada

AutorVanessa García Herrera
Páginas21-41

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La discapacidad: un fenómeno social en constante evolución

En la actualidad, más de mil millones de personas en todo el mundo viven con algún tipo de discapacidad reconocida, lo que supone un porcentaje del 15% del total de la población1. Estos datos, ofrecidos por el Informe Mundial sobre la Discapacidad (2011), coinciden con los proporcionados por la Encuesta Mundial de

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Salud, de acuerdo con la cual aproximadamente un 15,6% de la población con edad igual o superior a 15 años vive con alguna discapacidad, lo que se traduce en cerca de 785 millones de personas, de las cuales un 2,2%, es decir 110 millones, adolecen de dificultades de funcionamiento muy significativas. Estas cifras son sin embargo algo inferiores a las reflejadas en el Proyecto sobre la Carga mundial de Morbilidad, que estima un porcentaje próximo al 19,40% de personas discapacitadas, es decir unas 975 millones, de las cuales 190 millones (un 3,8%) sufren una discapacidad grave2. Este último estudio mide la discapacidad infantil (población de 0 a 14 años) en 95 millones de niños, 13 millones de los cuales (un 0,7%) tienen una discapacidad grave.

De estos estudios resulta un incremento de la población afectada por algún tipo de discapacidad respecto a las cifras ofrecidas por estudios elaborados en la década de los setenta, en los que las tasas de discapacidad no superaban el 10%. Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS)3dicho aumento se debe, fundamentalmente, al envejecimiento de la población y al incremento global de las enfermedades crónicas asociadas a la discapacidad, como por ejemplo la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y los trastornos mentales.

Descendiendo al ámbito europeo, según datos obtenidos de la Estrategia Europea sobre discapacidad 2010-20204(Las personas con discapacidad tienen los mismos derechos), el porcentaje de personas con discapacidad se sitúa entre el 10 y el 15% de la población, más o menos unos 80 millones de personas. Esto significa que 1 de cada 6 personas tiene una discapacidad entre leve y grave.

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Más de un tercio de la población mayor de 75 años experimenta algún tipo de discapacidad y más del 20% sufre graves limitaciones. Se espera que el número de personas afectadas aumente paralelamente al incremento de la esperanza de vida; de hecho, para el año 2030, el número de pensionistas en la Unión Europea habrá aumentado en más de 25 millones5. Análisis realizados con los datos más recientes confirman la estrecha relación entre discapacidad y envejecimiento. El número de personas de edad avanzada, incluidas las que tienen discapacidad, está aumentando, y existe una necesidad creciente de adaptación en la comunidad de bienes, servicios e infraestructuras accesibles6.

Las causas más habituales de discapacidad son la enfermedad, los accidentes y las condiciones invalidantes propias de las personas mayores.

Las personas con discapacidad registran un índice de pobreza un 70% superior a la media7, en parte por tener un menor acceso al empleo, lo que determina que se encuentren en situaciones socialmente vulnerables y expuestas a serios riesgos de discriminación, pobreza y exclusión social8(unos 6,5 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión declara tener alguna forma de discapacidad), circunstancias que se acentúan cuando se trata de mujeres discapacitadas, las cuales con frecuencia se enfrentan a múltiples tipos de discriminación, gozan de menos independencia, acceso más restringido a la educación y formación, empleo y servicios sanitarios, lo que se conoce como efecto acumulativo del género y la discapacidad. También las personas mayores están expuestas a un riesgo de pobreza más alto que la población en general (del 19%). Las tasas de empleo más bajas se encuentran en Hungría, Irlanda, Bulgaria y Rumanía y las más elevadas se ubican en Suiza, Islandia y Suecia. En España, en concreto, de acuerdo con los últimos datos disponibles a 2014, la tasa

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de empleo de las personas discapacitadas se sitúa en el 25,7%, tres puntos inferior a la media de la Unión Europea de acuerdo con los datos ofrecidos por EUROSTAT para 2011.

Las características de la discapacidad están influidas, en cada país concreto, por diversos factores, como los problemas de salud más padecidos, los hábitos alimentarios, el abuso en el consumo de determinadas sustancias, los factores ambientales, los accidentes de tráfico, las catástrofes naturales y los conflictos armados9. El porcentaje de discapacidad es mayor en los países de ingresos más bajos, frente a las cifras notablemente inferiores de los países de ingresos más elevados. Aproximadamente el 80% de las personas con discapacidad viven en países en desarrollo. Esta relación entre vulnerabilidad y discapacidad queda reflejada en el notable incremento de los casos de discapacidad que se observa entre mujeres, ancianos y personas con pocos ingresos.

En España, en particular, de acuerdo con los datos ofrecidos por la Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (EDAD) del año 200810, el número de personas afectadas por algún tipo de discapacidad11asciende a 3.847.000, cifra que se traduce en un 8,5% de la población total. De ellos, más de 1,5 millones son varones y casi 2,3 millones son mujeres (representan, respectivamente, el 40% y el 60%), lo que en términos relativos significa que 7 de cada 100 hombres y 10 de cada 100 mujeres dicen presentar algún tipo de discapacidad.

Si comparamos estos datos con los resultados obtenidos por el Estudio sobre Discapacidad realizado por el Instituto Nacional de Estadística en el año 199912, nos encontramos con que el número de personas con discapacidad se ha incrementado

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en 320.000. No obstante, debe advertirse que, puesto que este crecimiento de la cifra de discapacitados ha sido inferior al del total de la población, la tasa de discapacidad ha experimentado en realidad una disminución de un 0,5%, del 9% del año 1999, hasta el 8,5% del año 200813.

En un 20% de los hogares españoles, es decir en un total de 3,3 millones de hogares, reside al menos una persona que afirma tener alguna discapacidad. De ellas, 608.000 viven solas. Las Comunidades Autónomas con mayor porcentaje de personas con discapacidad son Galicia, Extremadura, Castilla-León y Asturias, en las que más del 10% de la población se ve afectada por alguna discapacidad. La Rioja es la Comunidad con menos personas discapacitadas, 6 de cada 100 (un 45% inferior a la media nacional). Le siguen Cantabria, Baleares y Canarias, con una tasa en torno al 7% de la población. En todas las Comunidades Autónomas el número de mujeres discapacitadas es superior al de hombres.

La tasa de desempleo de este grupo social se sitúa en el 36,1%, más de 17 puntos porcentuales por encima de la media de la Unión Europea, pese al sistema regulatorio de cuota que obliga a las empresas públicas y privadas a contratar un 2% de trabajadores con discapacidad14. El riesgo de pobreza o exclusión social de las personas con limitaciones en su actividad diaria en España alcanzó el 31,2% en 2014, frente al 30,1% en la Unión Europea15.

Los datos expuestos revelan, sin lugar a dudas, que la discapacidad constituye un fenómeno social en constante evolución y crecimiento. Los motivos de este aumento del índice de discapacidad pueden sintetizarse en los tres siguientes:

  1. El alargamiento de la esperanza de vida que, unido a la disminución de la fecundidad, desencadena inexorablemente un progresivo envejecimiento de la población, con la consecuencia inevitable de un notable incremento del número de personas afectadas por algún tipo de discapacidad, puesto que

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    con la edad aumentan las posibilidades de aparición y de agravación de las dependencias.

    Tal y como sostiene la Organización Mundial de la Salud (OMS)16, la discapacidad forma parte de la condición humana. Casi todas las personas sufriremos algún tipo de discapacidad, transitoria o permanente, en algún momento de nuestra vida.

    En la Unión Europea, de acuerdo con los datos proporcionados por la Estrategia Europea sobre Discapacidad 2010-2020, más del 30% de las personas mayores de 75 años experimentan ciertas limitaciones y más del 20% viven con limitaciones severas. Como ya se ha indicado, se espera que estos porcentajes aumenten a medida que la población envejezca.

  2. Los avances e innovaciones científicas y la mejora de las condiciones de vida, que han sido los factores determinantes de la reducción de la mortalidad y de la consecuente prolongación de la esperanza de vida de las personas discapacitadas.

  3. El curso de la vida social y la evolución de las ciencias biomédicas, que han ocasionado nuevas enfermedades y deficiencias generadoras de algún tipo de discapacidad (v. gr. factores de estrés, accidentes de tráfico, etc.).

    Muchos son los obstáculos sociales a los que se enfrenta este grupo social, entre los que cabe citar, ad exemplum, la existencia de normas y de políticas insuficientes, la escasa inanciación, la insuficiencia de servicios y su defectuosa y problemática prestación, las actitudes negativas basadas en prejuicios y la falta y las dificultades de accesibilidad, lo que revela la existencia de importantes deficiencias en temas como la educación, la sanidad, el nivel económico, la pobreza y la dependencia.

    Los marcos político y legislativo no reflejan adecuadamente sus necesidades y los productos, servicios y buena...

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