La desigualdad de acceso a internet desde la doble perspectiva política y social

AutorElena García-Cuevas Roque
Cargo del AutorDoctora en Derecho Constitucional. Departamento de Derecho Político. UNED
Páginas215-257

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1. Introducción

Los efectos sustantivos de la denominada Sociedad de la Información, surgida ya hace aproximadamente veinte años, en la formación política de los ciudadanos, en la configuración y transmisión de ideas y valores ideológicos, así como en el desarrollo de actitudes hacia la interrelación con los demás seres humanos, son irrefutables.

Los medios de información, a menudo reflejo de las formas de organización política de una sociedad, deben defender, ante todo, la democracia, favoreciendo la libertad e igualdad de todos los ciudadanos, como valores totalmente compatibles: "libertad" para poder elegir los medios de información más adecuados a nuestra ideología y forma de pensar e "igualdad" en el sentido de que todos debemos tener las mismas posibilidades de acceso a la información independientemente de los recursos que poseamos, lo que, sin duda, favorece la pluralidad de pensamiento y la participación de los ciudadanos1; éste es el sentido que deseo destacar de la igualdad, dentro de la diversidad de significados que de este término se desprende.

Con el advenimiento de las Nuevas Tecnologías, cobra especial relevancia esta idea de la igualdad, pues se considera de suma importancia que todos los miembros de la sociedad tengan oportunidad de disfrutar de los contenidos que estos nuevos

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recursos proporcionan, es decir, de acceder a los servicios universales que contribuyen a la solidaridad e integración de todos los ciudadanos.

La "revolución tecnológica" está provocando el cambio y, en principio, mejora de la sociedad, pero ha afectado a una de las bases de los derechos fundamentales que es la igualdad. En efecto, lamentablemente esta distribución de la información no se ha producido de manera uniforme y equitativa, provocando la división de sociedades distanciadas unas de otras: los que pueden acceder a las Tecnologías de la Información y el Conocimiento y los que no tienen posibilidad de ello. En consecuencia, pueden constituir un factor de desigualdad social, lo que, sin lugar a dudas, es preocupante desde una ética democrática.

Y así ha sido; las Nuevas Tecnologías, aunque están proporcionando una gran cantidad de nuevas oportunidades a muchos ciudadanos, también están agravando la situación de pobreza y/o aislamiento que se extiende en algunas zonas rurales y centros urbanos; este fenómeno ha sido bautizado como "fractura tecnológica" o "brecha digital".

Impulsar el acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación en los países con mayor precariedad en este campo y crear los medios necesarios para que estas poderosas herramientas puedan estar al servicio de los más elevados objetivos socioeconómicos, constituye el nuevo reto.

A tal fin, en este estudio, y tras reflejar con datos estadísticos las considerables dimensiones de la "fractura tecnológica" a escala mundial, se efectúa un minucioso análisis de esta inquietante situación, destacando las medidas, estrategias e iniciativas propuestas, algunas de las cuales todavía se encuentran en una fase muy inicial, en la lucha por la búsqueda de un reparto más equilibrado de los recursos tecnológicos.

Se han dedicado varias páginas a dos aspectos cruciales para la nueva sociedad: aprendizaje y educación; quizá como docente que soy, me han llamado poderosamente la atención las acciones educativas (redes educativas telemáticas) en el proceso de formación en el dominio de la tecnología; esta, junto con los recursos económicos o disponibilidades financieras, son las dos condiciones básicas para el acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

En definitiva, debemos apuntar hacia políticas sociales y educativas específicas que aseguren el derecho al acceso a la Sociedad de la Información y salvaguardar la vigencia de los imperativos constitucionales, en particular, el de no discriminación y, en general, el del respeto a los derechos de los ciudadanos, así como poner nuestro empeño en lograr un mejor aprovechamiento de estas tecnologías en todos los ámbitos de interés humano.

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2. El principio de igualdad ante las nuevas tecnologías la igualdad de oportunidades en la sociedad de la información

La llamada revolución tecnológica ha afectado a una de las bases de los derechos fundamentales que es la igualdad2: todas las personas deberían tener acceso a aquello que se considera un bien fundamental y que ha sido definido como un "servicio universal" (al menos, éste ha sido uno de los objetivos del gobierno estadounidense); la idea de universalidad, como se verá más adelante, está presente en todo momento en este contexto.

Desde distintos sectores económicos y empresariales se pone de manifiesto la necesidad acuciante del uso de las Nuevas Tecnologías o Tecnologías de la Información y la Comunicación (en lo sucesivo TIC), apoyándose en las beneficiosas consecuencias sociales. De hecho se ha puesto de relieve que "el uso de las nuevas tecnologías y, en especial de Internet, es hoy un poderoso instrumento de la cohesión social y territorial, caracterizado además por su apertura universal, por no hacer discriminación alguna respecto del individuo que accede y se comunica a través de sus redes"3; parece que se espera que las TIC puedan convertirse en una nueva plataforma a través de la que fortalecer los vínculos entre los ciudadanos y sus representantes, facilitar nuevas formas de comunicación en las esferas públicas y ampliar las oportunidades para el desarrollo en el marco de una sociedad global4.

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Esto sería lo deseable pero, como tendremos ocasión de reflejar en el siguiente epígrafe, lamentablemente nos vamos a topar con aspectos negativos.

Algunos estudiosos del tema afirman que "las tecnologías de la información y las telecomunicaciones crean nuevas libertades y nuevas dependencias; pero poco conocemos acerca de las consecuencias que arrastran consigo. La conciencia global que generan no necesariamente conlleva elementos positivos, sino que puede existir la amenaza del debilitamiento de las identidades culturales y la consecuente uniformidad de contenidos de los servicios de información en todo el mundo"5.

En el uso de las TIC cabe destacar dos movimientos ideológicos sobre la igualdad: uno de ellos, basado en intereses económicos y empresariales y que, por lo tanto, subyace la economía de mercado -que está colaborando en que los ordenadores sean cada vez más baratos y potentes-, defiende con firmeza que Internet traerá consigo la igualdad para todos, destacando sus magníficos beneficios y bondades; este primer movimiento considera que las desigualdades tenderán a desvanecerse conforme se expanda la utilización de estas tecnologías en el conjunto de las sociedades en el ámbito local e internacional; el segundo movimiento o posición, denuncia que los procesos que definen el paisaje de desigualdad social se reafirmarán, incrementado la distancia entre grupos sociales y los países del orbe, debido en gran parte, al no acceso a esas nuevas tecnologías por determinados sectores de la población, y creando, de este modo, bolsas de exclusión tecnológica6.

El hecho de marginar a aquellos que tienen más dificultades va en detrimento de la justicia social.

Así es; la llamada Sociedad de la Información (en lo sucesivo SI) es una nueva fuente de interrogantes y problemas como la desintegración social y la oposición de los que tienen acceso a las TIC y los que no, de modo que en el futuro podrían existir diferentes modelos de SI; sus diferencias pueden encontrarse en el grado en el que evitan la exclusión social y en la creación de nuevas oportunidades para los menos afortunados. No obstante, "Europa se ha construido sobre un grupo de valores compartidos por todas sus sociedades y combina los valores democráticos, derechos humanos e instituciones basadas en el principio de Estado de Derecho con una economía abierta y los valores de solidaridad y cohesión social; estos valores incluyen el acceso de todos los miembros de la sociedad de los servicios universales o servicios de interés general que contribuyen a la solidaridad e integración de

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todos los ciudadanos"7. En esta línea, el mandato del art. 9,2 CE (conocido como igualdad material), que establece la obligación de los poderes públicos de promover la igualdad y la facilitación de la participación de todos los ciudadanos en la vida pública, adquiere así una nueva dimensión en la SI; la difusión de las TIC aporta nuevas oportunidades para construir una sociedad más igualitaria y participativa; puesto que el riesgo principal que conllevan las TIC es la división de la sociedad en los que tienen acceso y los que no -se habla de polarización-, evitar la exclusión de parte de la población constituye el reto más importante que plantea la SI. Apuntar hacia una modificación de la noción de servicio público (art. 9,2 CE) acorde con la SI, permitirá incorporar el acceso a la Red Digital de Servicios Integrados y contribuirá a disminuir las desigualdades en la población ante las TIC8.

3. Niveles de desigualdad y polarización en la población ante la sociedad de la información: la fractura tecnológica

La multiplicación de los medios de comunicación (incluido Internet y, por tanto, la revolución cognitiva) y la transformación de la estructura social son los dos...

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