Desarrollo de la competencia emprendedora en un entorno bimodal
Autor | Gema Pérez Tapia, Estefania Cestino González, Susana De Las Nieves Stoner, Salvador Doblas Arrebola, Marina González Jerez, y Alexis Lavanant Jurado |
Cargo del Autor | Universidad de Málaga/PDH CC.A.F.D. |
Páginas | 307-317 |
— 307—
CAPÍTULO
DESARROLLO DE LA COMPETENCIA EMPRENDEDORA EN UN ENTORNO BIMODAL
GEMA PÉREZ TAPIA*, ESTEFANIA CESTINO GONZÁLEZ*,
SUSANA DE LAS NIEVES STONER*, SALVADOR DOBLAS ARREBOLA*,
MARINA GONZÁLEZ JEREZ*, Y ALEXIS LAVANANT JURADO**
*Universidad de Málaga; **PDH CC.A.F.D.
INTRODUCCIÓN
Desde principios del 2020, la crisis sanitaria global causada por el COVID-19 ha
generado un impacto disruptivo que ha cambiado radicalmente las relaciones
económicas y sociales, incluyendo las actividades realizadas en entornos educativos
donde ha tenido una gran repercusión ( Katafuchi, Kurita, y Managi, 2021; Kurita y
Managi, 2020).
Concretamente, las universidades tuvieron que hacer un esfuerzo considerable y
adaptar con urgencia la docencia tradicional y presencial, a la docencia a distancia o
bimodal. Esto era causado por las restricciones de aforo y de distancia social.
Aunque a priori, pueda considerarse un acontecimiento que nada tiene de
positivo, puede ser visto como una oportunidad para fortalecer el sistema educativo,
proveerlo de nuevas técnica y metodologías y hacerlo más flexible y adaptable a
situaciones que escapen a lo previsible. Esta situación excepcional puede configurarse
como una oportunidad para reflexionar, diseñar e implementar nuevos métodos o
procesos educativos que aprovechen el potencial que ofrecen las tecnologías digitales
(Krishnamurthy, 2020; Parnell, Widdop, Bond, y Wilson, 2020).
Paralelamente, el desempleo juvenil en España se ha mostrado muy vulnerable
ante esta crisis sanitaria. Si ya en años anteriores era muy elevado, durante el 2020 el
país presenta la mayor tasa de desempleo juvenil tanto dentro de la Unión Europea
(UE) como de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),
alcanzando una tasa de 40,7% (OECD, 2021).
Si se unen estas dos realidades y en aras de proveer soluciones efectivas, se
plantea, ahora más que nunca, la importancia de impulsar el espíritu y la competencia
emprendedora dentro de las universidades. Numerosos académicos han
profundizado en el concepto desde distintos puntos de vista. Una de las definiciones
más recientes y completas de la competencia emprendedora es la planteada por
Glackin y Phelan (2020) que lo considera como la búsqueda de la autonomía de un
individuo hacia su autorrealización, como medio promotor de actividades relacionado
a la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la comunidad.
Tal y como afirman Gössling, Scott, y Hall (2020) el fomento de esta competencia en
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