Desafíos éticos y jurídicos nacidos de la evolución neurocientífica: los Derechos Humanos
| Autor | Manuel Ruiz Martínez-Cañavate |
| Páginas | 53-133 |
CAPÍTULO II
DESAFÍOS ÉTICOS Y JURÍDICOS NACIDOS DE LA EVOLU-
CIÓN NEUROCIENTÍFICA: LOS DERECHOS HUMANOS
1. LA ÉTICA ANTE EL DESARROLLO DE LA NEUROCIENCIA: LA NEUROÉTICA.
CUESTIONES ÉTICAS QUE PLANTEA LA PRÁCTICA NEUROCIENTÍFICA
En el Capítulo anterior hemos hecho referencia, entre otras cuestiones, a
los principales hitos que contribuyeron al desarrollo de la Neuroética, tanto
desde una vertiente institucional, como doctrinal y divulgativa. Asimismo, he-
mos apuntado algunos de los aspectos más relevantes en la obra publicada de
los autores que se han ocupado de un modo principal del fenómeno neuroé-
tico, en la medida que abordaban la relación de la Neurociencia con la Ética y
con el Derecho.
Pues bien, entre todos los autores, especialmente Martha FARAH107 y Tho-
mas FUCHS108 se han ocupado de un modo particular de las cuestiones éticas
que la investigación y la propia práctica de la Medicina Neurocientífica propi-
cian. Farah desliza una oportuna reflexión: en comparación al interés que para
la Bioética ha supuesto la genética molecular, llama la atención el poco interés
que hasta la fecha han despertado para la misma las implicaciones éticas de
las ciencias neurobiológicas.
Ambos coinciden en clasificar las posibles repercusiones éticas de la Neuro-
ciencia en dos grandes grupos: de un lado, las de naturaleza práctica; de otro, las
de naturaleza filosófica. Para FARAH, las prácticas se derivan de las aplicaciones
neurotecnológicas; las segundas tienen que ver con la propia percepción de no-
sotros mismos109. La aproximación de Thomas FUCHS se nos antoja interesante
107 FARAH, M. J., “Emerging Ethical Issues in Neuroscience”, Nature Neuroscience, 2002
(5), pp. 1123-1129. De la misma autora es el artículo “Social, Legal, and Ethical Implications
of Cognitive Neuroscience: ‘‘Neuroethics’’ for Short”, Journal of Cognitive Neuroscience, 2007
(19), pp. 363-364.
108 FUCHS, T., “Ethical Issues in Neuroscience”, Current Opinion in Psychiatry, 2006 (19),
pp. 600-607.
109 FARAH, M. J., “Emerging Ethical Issues…, Cit., pp. 1123-1129.
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desde una perspectiva didáctica110. Siguiendo esta idea dual, identifica los pro-
blemas éticos que presentan los diagnósticos e intervenciones neurocientíficas
y los problemas éticos referentes a nuestra concepción como seres humanos.
En lo que respecta a los primeros, interrogantes éticos presentes en la
aplicación de diagnósticos e intervenciones neurocientíficos, FUCHS
muestra una posición abiertamente crítica con la lectura de los resultados y la
interpretación que merece en algunos círculos la aplicación técnica de la neu-
roimagen. No se trata tanto de aplicación técnica en sí como de la necesidad de
una adecuada contextualización de los resultados.
De este modo a la idea consagrada entre los neurocientíficos –y la opinión
pública en general– de que “somos lo que es nuestro cerebro”, Thomas FUCHS
rebate que pueda realizarse una identificación automática plena entre el ce-
rebro y la persona sin más. Y es que la correlación entre imágenes cerebrales
–obtenidas mediante el empleo de aplicaciones neurotecnológicas– y expe-
riencia subjetiva exige la consideración de varios presupuestos previos111.
En tal sentido es importante tener en cuenta que los estudios de neuroima-
gen sólo son verdadero reflejo de un modo parcial de los procesos biológicos
que acontecen en el interior del cerebro. A saber, estrictamente considerada,
la aplicación técnica de la neuroimagen puede ofrecer evidencia de la zona
en que se produce un mayor flujo sanguíneo. Ahora bien, lógicamente, es una
cuestión diferente, producto de un proceso científico de interpretación, si el
aumento del flujo es causa o consecuencia del fenómeno en cuestión.
Asimismo, una vez más, la interpretación de los resultados científicos que
arrojan los eventuales hallazgos en neuroimagen estará necesariamente con-
dicionada por el diseño experimental y por las pautas seguidas en la explora-
ción del paciente.
Finalmente, no podemos perder de vista que las situaciones tempo-espa-
ciales y las demás circunstancias en que habitualmente tienen lugar la ex-
ploración y aplicación de las técnicas de neuroimagen revisten un innegable
componente de artificialidad que no sucede en las interacciones propias de
las relaciones personales ordinarias. De ahí que haya de tenerse presente que
el contexto clínico en que tiene lugar la aplicación técnica de la neuroimagen
puede ciertamente mediatizar los resultados que arroja la intervención112.
En relación a esta última cuestión, Adela CORTINA113 ha apuntado que,
cuando nos adentramos en la neuropsicología de los dilemas éticos –perso-
110 GIMÉNEZ AMAYA, J.M. y SÁNCHEZ-MIGALLÓN GRANADOS, S., Op. Cit., p. 109.
111 FUCHS, T., Op. Cit., p. 600. En el mismo sentido se manifiestan GIMÉNEZ AMAYA, J.M.
Y SÁNCHEZ MIGALLÓN, S., Op. Cit., pp.111-113.
112 GIMÉNEZ AMAYA, J.M. Y SÁNCHEZ MIGALLÓN, S., Op. Cit., p.113.
113 CORTINA, A., “Neuroética: Presente y Futuro”, en CORTINA. A (Ed.), Guía Comares…,
Cit., pp. 19-20.
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nales e impersonales–, no podemos soslayar el hecho de que todas las experi-
mentaciones tienen lugar en condiciones poco naturales. En tal sentido el de-
nominado acto ético no puede reducirse a un comportamiento o una decisión
aislada del conjunto de valores y experiencias que conforman la base vital de
la persona, sino precisamente en tal contexto o sistema es donde tiene lugar la
toma de decisión ética.
El segundo bloque de interrogantes que planteaba Thomas FUCHS114 guar-
da relación con los problemas éticos referentes a nuestra propia concep-
ción como seres humanos.
En el desarrollo de este núcleo de cuestiones, FUCHS toma como punto de
partida que los neurocientíficos en el futuro habrán de explicar las conclusio-
nes de sus proyectos, no sólo desde el punto de vista técnico, sino desde una
perspectiva ética o moral. Y ello porque los avances técnicos en la ciencia neu-
ral son colosales en cuestiones como la monitorización o manipulación para
mejora de las funciones cerebrales, y su desarrollo conecta inexorablemente
con dilemas ético-filosóficos como los que siguen: ¿puede establecerse una re-
lación de identidad automática entre procesos neurobiológicos relacionados y
la responsabilidad personal subjetiva? ¿Son las enfermedades mentales exclu-
sivamente enfermedades cerebrales? ¿Pueden subsistir las nociones constitu-
tivas de unidad y autonomía personal ante la concepción biologicista del ser
humano que parece imponer la Neurociencia?115.
Llegados a este punto, es importante analizar la relevancia de la Neuroética
entendida como Bioética. Esto es, en qué medida y con qué consecuencias, la
investigación sobre la adecuación ética de las investigaciones sobre el cere-
bro y las funciones cerebrales son ciertamente investigaciones que afectan a la
propia vida del ser humano.
Walter GLANNON116 se ha ocupado específicamente de esta cuestión en
una obra monográfica. GIMÉNEZ AMAYA y SÁNCHEZ-MIGALLÓN117 desta-
can de esta obra crucial de GLANNON que concibe la mente como síntesis de
las funciones cerebral y corporal, a partir de la importancia para la función
cerebral de las relaciones entre el sistema nervioso y otros sistemas orgáni-
cos como el inmunológico o el endocrino. Ello tiene importantes consecuen-
cias posteriores, particularmente en cuestiones como la determinación de la
muerte cerebral.
Para alcanzar estas conclusiones generales, GLANNON ahonda en las posi-
bilidades reales que la Neurociencia está desarrollando actualmente. Al mar-
gen de la neuroimagen, aborda los éxitos en psicocirugía, estimulación cerebral
profunda o psicofarmacología. A pesar de las esperanzas ciertas transmitidas
114 FUCHS, T., Op. Cit., p. 603.
115 Ibídem., p. 605.
116 GLANNON, W., Bioethics and the Brain, Oxford University Press, New York, 2008.
117 SÁNCHEZ-MIGALLÓN GRANADOS, S. y GIMÉNEZ AMAYA, J.M., Op. Cit., p. 118.
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