Derecho al trabajo digno
| Autor | Joan Coscubiela i Conesa |
| Cargo | Diputado de ICV en el Congreso de los Diputados y portavoz adjunto de la Izquierda Plural |
| Páginas | 243-250 |
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Uno de los elementos que caracteriza el modelo social que el capitalismo financiero global ha impuesto en las últimas décadas es el deterioro del trabajo como factor de articulación social.
La pérdida de valor social del trabajo se manifiesta también en el terreno de la política, donde el trabajo y el conflicto social han perdido gran parte de la centralidad política que tuvieron en la segunda mitad del siglo XX. Quizás por las dificultades de organizar el conflicto social frente a una economía globalizada con los instrumentos y mecanismos propios del Estado Nación.
Esta ofensiva se expresa también, más bien diría que sobre todo, en el terreno ideológico. Así, el trabajo para la ideología dominante ha dejado de ser un derecho para convertirse en una mercancía, en un factor productivo más, sometido exclusivamente a las leyes del mercado. En este sentido no es menor la importancia de los cambios producidos en el uso del lenguaje, que se expresa paradigmáticamente en el cambio de la cultura de las relaciones laborales, a la cultura del mercado de trabajo.
Para imponer este modelo social ha sido determinante el ataque al Derecho del Trabajo, como factor tuitivo, equilibrador de las desiguales relaciones de trabajo.
Hasta el punto de que en las últimas reformas laborales resulta irreconocible la función que el artículo 9.2 de la Constitución Española encomienda a los poderes públicos: "Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas...".
Hace tiempo que las exposiciones de motivos de las Leyes Laborales han abandonado el territorio del Derecho para hacer suyo el de la economía. Lo mismo sucede también en la parte dispositiva de algunas leyes laborales en que los criterios jurídicos son sustituidos por análisis y valoraciones macroeconómicas.
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Este virus ha alcanzado también a los Tribunales que, cada vez más, utilizan categorías económicas para interpretar la normativa laboral. Es un proceso de degradación del Derecho que se inició con la evolución jurisprudencial de los años 80 del siglo pasado. El elevado desempleo se utilizó como elemento que justificaba la ruptura del principio de causalidad en la contratación, en el contrato temporal de fomento del empleo sin causa de la Reforma Laboral de 1984. Ese resquicio de entonces se ha ido convirtiendo en un criterio interpretativo, hasta alcanzar su cenit con la reciente sentencia del Tribunal Constitucional dictada en el Recurso contra la Reforma Laboral del 2012.
Siendo éste un fenómeno global, que afecta especialmente a los países de la Unión Europea, por ser estos donde el Trabajo como derecho fundamental de la persona más había avanzado, ha tenido en España un especial impacto.
El análisis de las más de 50 Reformas Laborales, desde el Estatuto de los Trabajadores de 1980, permite hacer un recorrido por esta contra-reforma del Estado Social, que tiene en el derecho al arabajo y en el Derecho del Trabajo su epicentro.
La Reforma Laboral del 2012, aprobada por Decreto Ley 3/2012 y posteriormente por la Ley 3/2012, votadas ambas por el PP y CIU ha sido desarrollada por una avalancha de normas laborales, también en el terreno mercantil, como son las 4 reformas de la Ley concursal.
Este cuadro legislativo refleja perfectamente esta triple ofensiva reaccionaria contra el trabajo como derecho, el trabajo como factor de articulación social y el Derecho de Trabajo como instrumento protector y equilibrador de las desequilibradas relaciones que se dan en la empresa y en la economía financiera global.
Tanto la Reforma Laboral del 2012, como su sherpa ideológico, la aprobada por el Gobierno Zapatero en el 2010, no son solo las respuestas legislativas a los ajustes necesarios para hacer frente a la crisis provocada por el colapso del modelo de capitalismo financiero global.
La Reforma Laboral del PP y CIU expresa sobre todo la voluntad de aprovechar esta crisis económica profunda, que ha desequilibrado aún más la relación de fuerzas, para profundizar en este ataque contra el Estado Social. En este sentido la crisis ha sido la gran oportunidad para avanzar en el programa laboral máximo del capitalismo financiero y sus representantes políticos.
Cuando han transcurrido más de 30 meses desde su entrada en vigor ya tenemos datos suficientes para conocer cuál es su impacto real en las condiciones de trabajo y en la sociedad española de la Reforma Laboral del 2012.
Desgraciadamente se han cumplido las negativas previsiones de los que nos opusimos a la Reforma Laboral. Su balance es un fracaso total si se atiende a los objetivos declarados en su exposición de motivos, supuestamente la creación y mejora del empleo. Y en cambio ha sido un éxito total en sus objetivos ocultos, los que se prometieron a los mercados, pero nunca se explicaron a la ciudadanía.
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Ello ha llevado al Grupo Parlamentario de la Izquierda Plural a presentar en el Congreso de Diputados una Proposición No de Ley que contiene 50 propuestas, más bien 50 orientaciones de...
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