Derecho agroalimentario y ciberseguridad
Autor | E. Muñiz Espada, Begoña Gonzalez Acebes |
Cargo | Universidad de Valladolid |
Páginas | 2729-2731 |
Revista Crítica de Derecho Inmobiliario, N.º 775, págs. 2729 a 2731 2729
MUÑIZ ESPADA, Esther. Derecho agroalimentario y ciberseguridad, Madrid, Reus,
2019. 230 páginas. por
BEGOÑA GONZÁLEZ ACEBES
Universidad de Valladolid
El Derecho agrario ha evolucionado hasta entender fundamentalmente como
sinónimo el Derecho agroalimentario, su expansión natural aún no ha sido reor-
denada a través de una tarea de coordinación y simplificación legislativa, pero en
cualquier caso antes de esto quedan pendientes cuestiones básicas por abordar,
tanto en relación con la calidad o seguridad alimentaria, como en relación con
las amenazas a la agricultura familiar, los problemas derivados del acceso a la
tierra, aquellos otros relativos a la cohesión territorial o el desarrollo de las zo-
nas rurales con importantes repercusiones sobre la seguridad alimentaria o los
relativos al equilibrio en los precios de la producción entre pequeños agricultores
y grandes filiales agroalimentarias. A todo ello se une el desafío de la aplicación
del «Internet de las cosas» a la cadena agroalimentaria. Y este es el objetivo de
esta obra: ofrecernos un análisis de las consecuencias y retos normativos que
nos plantea la digitalización aplicada al medio agroalimentario, tanto en el sector
primario como en la industria, por lo que se comienza tratando las actuaciones de
protección previstas en el ámbito de la ciberseguridad, en los sectores específicos
de infraestructuras críticas y las estrategias de ciberseguridad nacional y europea.
Debemos recordar que el artículo 39 TFUE exige incrementar la productividad
agrícola, fomentando el progreso técnico, asegurando el desarrollo racional de la
producción agrícola, así como el empleo óptimo de los factores de producción,
en particular, de la mano de obra; garantizar un nivel de vida equitativo a la
población agrícola, en especial, mediante el aumento de la renta individual de los
que trabajan en la agricultura; estabilizar los mercados; garantizar la seguridad
de los abastecimientos; y asegurar al consumidor suministros a precios razona-
bles. Todo ello pasa ahora, en parte, por su consecuencia a través del uso de las
tecnologías de nueva generación que asegurarán a través de las implicaciones
que el big data aporta mayor variedad de productos y mayor producción, lo que
tiene su influencia en el acceso a la seguridad alimentaria, y en la repercusión
de los costes, puesto que aseguran menor uso de los recursos, sobre todo hídri-
cos, con una influencia muy positiva, por tanto, sobre la protección del medio
ambiente. Ello es lo que ha aportado la agricultura de precisión como modelo
favorecido por el uso de las tecnologías de nueva generación, creando, como
justifica la autora, nuevas formas de estructurar el negocio y su operatividad, al
tiempo que pueden reducir el impacto ambiental y mejorar la interconexión entre
zonas rurales, favoreciendo la permanencia en el medio rural, pues tal proceso
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