Democracia directa y democracia representativa en el sistema constitucional español

AutorAntonio Enrique Pérez Luño
CargoUniversidad de Sevilla
Páginas63-79

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1. Planteamiento: El 25 aniversario de la constitución española y el debate actual sobre la democracia

La conmemoración del 25 Aniversario de la Constitución española, (CE) en el ámbito universitario, reclama, ponderación, rigor y estudio. Sería faltar de plano a esas exigencias negar o infravalorar las virtualidades del texto normativo de 1978 para establecer y posibilitar una convivencia democrática basada en la garantía de las libertades. Page 64 No menos improcedente sería cualquier concesión al triunfalismo, cuando la efemérides denuncia la persistencia de muchos problemas políticos pendientes y la aparición constante de nuevos retos a nuestra trayectoria constitucional. Sine ira, sine pompa et studio, o sea, sin crispaciones, sin grandilocuencias y con amplias dosis de estudio y reflexión, parece que deba ser la actitud más adecuada para afrontar, en el orbe intelectual académico, ese Aniversario.

Esta actitud parece especialmente indicada para las reflexiones iusfilosóficas que aquí se avanzan. No en vano, es inherente al quehacer del filósofo del derecho el prob1ematismo y la crítica. Desde esas premisas, la conmemoración del evento constitucional invitan a plantear, por aproximación sucesiva, algunos argumentos temáticos. En particular, estas reflexiones se dirigen a evaluar el planteamiento de la CE, así como la doctrina del Tribunal Constitucional, en relación con el actual debate sobre la democracia directa y la democracia representativa. Se trata de una cuestión que, en los últimos años, ha suscitado un renovado interés, en la medida en que las nuevas tecnologías (NT) permiten experiencias democráticas (te1edemocracia), con especial incidencia en el ámbito de la democracia directa, que en épocas anteriores resultaban del todo impensables. Esta problemática constituye uno de los retos más acuciantes del constitucionalismo actual, por lo que no parece ocioso esbozar una consideración sumaria sobre su significado y alcance.

2. La crisis de la democracia representativa y la alternativa teledemocrática

Cada época confiere a las instituciones jurídicas y políticas que en ella operan un perfil característico. El signo de nuestro tiempo se distingue por la omnipresencia de las nuevas tecnologías (NT) en todos los aspectos de la vida individual y colectiva. En los últimos años se ha ampliado decisivamente la incidencia de las NT en amplios sectores de la experiencia jurídica y política, ello no ha dejado de tener puntual repercusión en el alcance y ejercicio de la ciudadanía en las sociedades democráticas.

Los defensores de la aplicación de las NT al proceso democrático entienden que con ello se reforzará la presencia inmediata de la ciudadanía en todas las esferas de la vida pública. El eje de gravitación en torno al cual se nuclean las distintas opiniones favorables a la teledemocracia, se sitúa en su virtualidad para hacer posible que los ciudadanos controlen todas las manifestaciones del poder.

La teledemocracia aparece, de este modo, como el cauce más eficaz con que cuentan los Estados de derecho actuales, para que en ellos se exprese y sea oída la "voz del pueblo" (Fishkin, 1997), por decirlo con la expresión que titula una estimulante obra de Page 65 James Fishkin. Esa voz, gracias a la teledemocracia, puede expresarse con toda claridad, rotundidad y sin ningún tipo de interferencias o sordinas que terminen por hacer irreconocibles las principales manifestaciones de la voluntad de la soberanía popular. En la concepción de sus más fervorosos partidarios, la teledemocracia aparece como un tejido conectivo que permite unir a los ciudadanos a través de una comunicación libre, directa e inmediata. Sobre esa intercomunicación cívica se construye la opinión pública de las sociedades democráticas, que debe incidir y ser tomada en cuenta en la formación de la voluntad del Estado.

En la mayor parte de las ocasiones, los temas y momentos en los que se manifiestan las tesis teledemocráticas, suelen coincidir con la crítica a las principales insuficiencias de la democracia representativa. Incurriría en exceso de prolijidad si intentase una relación pormenorizada de todos los motivos de crítica y denuncias de crisis del sistema parlamentario invocadas por los teledemócratas. De ahí, que limite esta referencia a aquello que estimo constituye su asunto principal.

2. 1 La democracia representativa responsable de la alienación del poder popular

Los partidarios de la teledemocracia entienden que ésta posibilita la operatividad de un poder democrático real y efectivo, frente a cuanto ha supuesto la democracia representativa parlamentaria, que es responsable de haber vaciado de contenido el ejercicio del poder por el pueblo. En el año 1981 el politólogo norteamericano Ted Becker subtituló un trabajo pionero sobre la teledemocracia con una expresión provocativa: "devolver el poder al pueblo" (Bringing Power Back to the People). Para Becker, la democracia representativa ha secuestrado el poder político para depositarlo en manos de los partidos; es hora de que los sistemas democráticos restituyan al pueblo ese poder que le ha sido arrebatado. La teledemocracia supone el procedimiento más adecuado para esa restitución, que permitirá hacer del pueblo, no sólo el titular formal de todos los poderes democráticos, sino quién los ejercite de forma real y efectiva (Becker, 1981,6 ss.; vid. Manasian, 2003, 13 ss.; Toffler, 1989, passim).

La proyección de las NT al proceso político determina que el propio término "democracia", recupere su prístino significado, tal como evoca su propia acepción etimológica: pertenencia del poder (kratos) al puebo (demos). La teledemocracia hace posible que el pueblo ejercite el poder sin mediaciones, interferencias o entes interpuestos que puedan deformar o desnaturalizar su voluntad; la titularidad del poder y su ejercicio real se integran gracias a la versión teledemocrática de la soberanía popular (Bennett, 1980; Laudon, 1980; Lenk, 1982; Toffler,1989... ).

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2. 2 La restitución del protagonismo político desde los partidos al pueblo

La teledemocracia se presenta también como un vehículo tendente a posibilitar el desplazamiento del protagonismo político desde los partidos a los ciudadanos. Constituye un lugar común en la literatura teledemocrática la imputación de un abusivo protagonismo de los partidos en el proceso político de las sociedades libres. Los partidos políticos han devenido, en régimen de cuasi monopolio, los actores de la vida política democrática. Los partidos funcionan como muchas veces, al margen de lo que son las inquietudes, necesidades y espectativas de los ciudadanos. Los partidos se han convertido en máquinas burocráticas, carentes de democracia interna y dirigidos a la fabricación de liderazgos y, por tanto, a estructurar el culto personalista y hegemónico de sus dirigentes (Arterton, 1987; Becker, 1981; Manasian, 2003).

También se consideran como quiebras al principio de la representación democrática la experiencia, no del todo infrecuente, de que los partidos realicen "pactos contra natura", o sea, contraigan alianzas parlamentarias por razones coyunturales de oportunismo y en abierto menoscabo de su ideología; así como el incumplimiento sistemático de sus propios programas electorales, lo que constituye un evidente fraude para los electores que con su sufragio han querido apoyar opciones o medidas políticas concretas y determinadas. Todo ello, desemboca en una lamentable "colonización" de la sociedad civil por los partidos políticos (Soriano y De la Rasilla, 2002, 25 ss.).

En el debate actual sobre la crisis de la representación política se aduce que el sistema de democracia indirecta ha contribuido a limitar abusivamente la participación política. Sólo los militantes activos de los partidos o, más exactamente sus cuadros y líderes disfrutan de cuotas reales de intervención en la política (cfr. Porras Nadales, 1994; íd., 1996). Los propulsores de la teledemocracia hacen responsables a los partidos del clima de apatía y de deserción política de los ciudadanos en los Estados de derecho. Frente a esa situación de crisis democrática, las NT aplicadas al proceso político convertirían al ciudadano en el centro de gravedad de los procesos políticos: el protagonismo participativo de la ciudadanía significa la propia revitalización política de las sociedades democráticas.

2. 3 Las disfunciones de los sistemas electorales

La teledemocracia como medio para evitar las disfunciones de los sistemas electorales. Los sistemas electorales de los Estados de derecho se hallan aquejados de algunas disfunciones importantes, que afectan a aspectos básicos de su estructura y funcionamiento. Page 67 En particular, se denuncian determinadas injusticias, desigualdades y limitaciones de la libertad que inciden en la práctica electoral de las sociedades de democracia parlamentaria.

Afecta a los fundamentos de justicia del procedimiento electoral, el sistema mayoritario, prevalente en casi todas las democracias anglosajonas. Ese sistema determina que, en cada circunscripción electoral, se declare como vencedor al partido o candidato con mayor número de votos, sin que los...

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