La Democracia Económica

AutorJavier Divar
Cargo del AutorDoctor en Derecho. Profesor de Derecho Mercantil de la Universidad de Deusto. Director del Departamento de Derecho de la Empresa.
Páginas59-65

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Decía Proudhon que ponía "por encima de la libertad la justicia,... puesto que la libertad es la fuerza de la colectividad soberana, cuya ley es la justicia". En las sociedades avanzadas la legitimación democrática va calando en la colectividad el ideario de la necesidad de su legitimación para todas las estructuras sociales, incluidas las económicas, con las empresas a la cabeza como células del tejido productivo y mercantil, puesto que aprecian de justicia la participación económica, como esencia de las libertades, en una indivisibilidad de la democracia como valor social.

En efecto, en estas sociedades las antiguas reivindicaciones laborales de carácter revolucionario se encauzan ahora hacia la nueva evolución pacífica de la participación, puesto que ésta se encuentra en la misma lógica de la democracia. Por ello muchos pensadores desde distintas disciplinas sostienen que la participación económica (básicamente en las empresas en las que se tra-baja) produce una auténtica sociedad democrática, pues la sola participación política termina siendo meramente formal y ritual, máxime cuando el poder económico va limitando y haciendo poco menos que subordinado al poder económico.

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Ihering sostenía que la vida depende para ser pacífica del equilibrio de los intereses, pues el Estado, la sociedad, las relaciones, los negocios, toda la vida descansa en esta fórmula. Por ello veía un gran peligro social en las compañías capitalistas, que no atienden a más interés que a su cuenta de resultados. Por ello concluía Rudolf Von Ihering ("El fin en el Derecho"): "Las sociedades anónimas han venido a comprometer el equilibrio económico sobre el cual reposa el orden y la seguridad de nuestro comercio jurídico,... han falseado la igualdad entre las necesidades y la producción".

En esa misma línea argumental Rudolf F. Stammler (en su "Economía y Derecho") defendía que "el punto de partida de una ciencia económica, que quiera distinguirse en algo de la tecnología y las ciencias naturales, que pretenda caracterizarse en cuanto parte integrante de la ciencia social, no podrá ser el de la Economía humana en abstracto, sino la Economía social, determinada como la cooperación que sujeta a normas exteriores tiende a la satisfacción de la necesidades humanas".

El Cooperativismo, en este sentido, es la definición misma de la Economía Social, al satisfacer al propio tiempo la producción necesaria y el sostenimiento de sus partícipes, equilibrando los intereses comunitarios con los particulares de sus socios y dando cobertura, por la...

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