Decisiones sostenibles a través de la participación de los ciudadanos en el contexto de la planificación

AutorDulce Lopes
Cargo del AutorUniv Coimbra, Instituto Jurídico da Faculdade de Direito da Universidade de Coimbra, Portugal Profesora de da Facultad de Derecho
Páginas395-412
CAPÍTULO XIX
395
Dulce Lopes
Univ Coimbra, Instituto Jurídico da Faculdade de Direito da Universidade de Coimbra, Portugal
Profesora de da Facultad de Derecho
1. Participación de los ciudadanos: contribuciones
para una planif‌icación sostenible
La participación es un instituto principal en los sistemas políticos democrá-
ticos. Estos sistemas no sólo se basan en la democracia representativa que implica la
participación en elecciones, sino que también promueven diversas formas de parti-
cipación directa (participación deliberativa y participativa) como forma de implicar
a los ciudadanos en los asuntos públicos. De hecho, la introducción de elementos
signicativos de participación pública en el sistema, garantiza su apertura a la socie-
dad y hace que la acción pública sea más relevante, democrática y digna de conanza.
La participación eres así un medio para contribuir a una mejor toma de
decisiones, una vez que todos los afectados o interesados en un debate en curso
podrán dar su opinión antes de que se tome una decisión.
Con la implicación de los ciudadanos y de otros actores sociales, las políticas
públicas, la legislación y las decisiones se adoptan con una perspectiva más amplia
y rica, con un mayor conocimiento de las situaciones, un mejor equilibrio de los
intereses y una solución más adecuada de los problemas1.
1 En la actualidad, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (https://sdgs.un.org/goals) se basan
en gran medida en la participación y la creación de capacidades como forma de alcanzar los
Decisiones sostenibles a través de
la participación de los ciudadanos
en el contexto de la planif‌icación
LA GOBERNANZA DEL TERRITORIO: COOPERACIÓN INTERADMINISTRATIVA,
PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y DERECHOS DE LAS MINORÍAS
Jorge Agudo González (Coord.)
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Se ha escrito mucho sobre la importancia de la participación ciudadana en
las sociedades democráticas, no sólo a nivel de la organización política del Estado
(o otras entidades de carácter político y legislativo), sino también a nivel de su
funcionamiento administrativo.
Si es cierto que se trata de ámbitos diferentes de intervención pública, en
ambos son posibles varios niveles de participación, que acaban, en gran medida,
analizándose en termos funcionales en la escalera de participación ciudadana pro-
puesta por Arnstein (Manipulación; Educación; Información; Consulta; Acomo-
dación; Colaboración; Delegación de poder; Control ciudadano)2.
Podría asumir-se que cuanto más se asciende en esta escalera, mejores serian
las políticas públicas proseguidas y mejores das decisiones tomadas3.
Pero no eres necesariamente así. Puede haber decisiones no participadas
(por ejemplo, decisiones en situaciones justicadas de urgencia, como en el caso de
riesgo de ruina) y otras en las que, dado el tipo de asunto y los intereses en juego,
es difícil reconocer una amplia autodeterminación en la gestión de asuntos que
tienen claras implicaciones públicas.
objetivos de acabar con la pobreza y otras privaciones, mejorar la salud y la educación, reducir
las desigualdades y fomentar el crecimiento económico, todo ello al tiempo que se aborda el
cambio climático y se trabaja para preservar los océanos y los bosques.
También la Nueva Agenda Urbana de la UN-Habitat (http://onuhabitat.org.mx/index.php/
la-nueva-agenda-urbana-en-espanol), imagina ciudades y asentamientos urbanos que alien-
tan la participación, promueven la colaboración cívica y generan un sentimiento de pertenen-
cia y propiedad entre todos sus habitantes.
2 SHERRY R. ARNSTEIN (1969: 216).
3 Esta forma de representar la participación tiene esencialmente una nalidad pedagógica,
pero hay que decir que no es adecuada ni posible en todos los casos subir la escalera hasta
arriba. No sólo hay decisiones que no pueden ser delegadas o puestas bajo el control de los
ciudadanos, sino que hay otras que deben aspirar a algo más que a aumentar la participación y
el poder de los ciudadanos, una vez que priman los intereses públicos y sociales (por ejemplo
en el cambio climático) que afectan a una comunidad mucho más amplia que el conjunto
de participantes y los intereses que estos aportan a los procesos de decisión (por ejemplo en
lo que se reere a los intereses de los grupos de interés organizados). En cambio, la parti-
cipación debe considerarse como un proceso de interacción continua entre el público y los
ciudadanos, con diversos grados de colaboración, que debe permitir el máximo grado de par-
ticipación posible (y la posible búsqueda de consenso), sin dejar de mantener la coherencia
y la ecacia de las decisiones públicas. Vea-se, por ejemplo, la propuesta de VIGODA, que
radica más en un continuum evolutivo de interacción entre la Administración y lo ciudadano
[ERAN VIGODA (2002: 527)].

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