La decisión judicial automatizada: entre la ciencia y la ficción

AutorDavid Martínez Zorrilla
Páginas151-173
CAPÍTULO VIII
LA DECISIÓN JUDICIAL AUTOMATIZADA:
ENTRE LA CIENCIA Y LA FICCIÓN
David MARTÍNEZ ZORRILLA*
Universitat Oberta de Catalunya
RESUMEN: Los avances tecnológicos recientes, y especialmente la in-
teligencia articial, están afectando de manera muy profunda a los más
diversos ámbitos, entre ellos el jurídico, en sus más diversas manifestacio-
nes. El presente trabajo analiza algunos de los más recientes desarrollos
en inteligencia articial en el campo de la aplicación del Derecho, a n de
discernir hasta qué punto nos estamos acercando a la ya no tan utópica
idea del juez articial y la aplicación automatizada del Derecho. El análisis
se estructura en tres ámbitos diferenciados, aunque complementarios: en
primer lugar, se analiza el aspecto conceptual (qué distintos elementos y
actividades implica la aplicación judicial del Derecho, a n de determinar
qué procesos sería necesario automatizar para poder hablar de un «juez
articial»); en segundo lugar, se presentan brevemente algunas recientes
tecnologías y aplicaciones que de algún modo incidirían en la aplicación
del Derecho, a n de determinar en qué punto nos encontraríamos respec-
to de un proceso de automatización; y por último, se reexiona brevemen-
te acerca de los posibles efectos positivos o adversos que conllevaría una
automatización de la aplicación del Derecho.
Palabras clave: aplicación del Derecho, inteligencia articial, informá-
tica jurídica, juez articial.
* Profesor Agregado de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la Universitat Ober-
ta de Catalunya (UOC).
152 DAVID MARTÍNEZ ZORRILLA
1. INTRODUCCIÓN
En la película Demolition Man (Marco Brambilla, 1993), la acción se
desarrolla en el contexto de una sociedad futura distópica, ubicada en la
ciudad de «San Ángeles» (área de Los Ángeles, Santa Bárbara y San Diego)
en el año 2032, y que sería una suerte de combinación entre Un mundo feliz
de Aldous Huxley y 1984 de George Orwell, en tanto que por una parte la
criminalidad prácticamente ha desaparecido y reina una aparente armonía
bajo una concepción fuertemente perfeccionista 1, mientras que por otra
existe una exhaustiva vigilancia de la conducta de todos sus miembros
que reduce la privacidad y la autonomía personal a la mínima expresión.
Más allá de las grandes dosis de acción y de las superciales reexio-
nes acerca de la sociedad utópica (o más bien distópica) de la película,
existen algunos elementos que llaman la atención por su conexión con el
ámbito jurídico o, más precisamente, con la aplicación automatizada del
Derecho, y que incitan a la reexión en la medida en que en el contexto ac-
tual del desarrollo tecnológico ya no se perciben como tan «fantasiosas» o
cticias como en el momento de estreno del lme. Uno de estos elementos
es la presencia en San Ángeles, distribuidos de manera más o menos regu-
lar por todo el territorio y los edicios, de unos pequeños artefactos que
realizan una monitorización constante de todas las conversaciones de los
habitantes para supervisar el cumplimiento del llamado «Estatuto de Mo-
ralidad Verbal», aplicando automáticamente sanciones a quienquiera que
proera alguna(s) de las palabras de un conjunto o listado de expresiones
que se consideran malsonantes y que están prohibidas. Dichos dispositi-
vos son capaces no solo de detectar la infracción, sino también de deter-
minar la identidad del infractor, y de aplicarle una sanción económica que
se detrae automáticamente de su cuenta corriente. Se trata por tanto de
un ejemplo de un proceso completamente automatizado de aplicación del
Derecho, desde la producción del supuesto de hecho hasta la aplicación de
la sanción correspondiente.
La presencia de estos dispositivos y las muestras de su funcionamiento
tienen un papel anecdótico en el desarrollo del argumento de la película,
pero no deja de resultar inquietante pensar que, en el estado actual de de-
sarrollo tecnológico, sería perfectamente posible, aquí y ahora, implemen-
tar un sistema similar, sin grandes esfuerzos de inversión, investigación
o desarrollo. Hoy en día prácticamente todos contamos con dispositivos
como teléfonos inteligentes (smartphones), ordenadores portátiles o Smart
TVs que incorporan micrófonos y cámaras y que son capaces de moni-
torizar constantemente nuestras conversaciones para ejecutar órdenes a
través del reconocimiento de voz (tales como «Oye, Siri» u «OK Google»)
para los más diversos propósitos. Es además posible efectuar un análisis
de armónicos para, más allá de reconocer órdenes de voz, identicar a la
1 Como muestra la prohibición, entre otros, del tabaco, el alcohol, la cafeína, los deportes
de contacto, los juguetes no educativos, la carne, el picante, los alimentos poco saludables, la
sal de mesa, el aborto o el embarazo sin licencia.

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