El debate sobre la reintegración foral y sobre su modo de implementación en Navarra en 1918-1919. La postura historicista de los fueristas radicales del carlismo

AutorFernando Mikelarena Peña
CargoUniversidad de Zaragoza
Páginas623-657
EL DEBATE SOBRE LA REINTEGRACIÓN FORAL Y
SOBRE SU MODO DE IMPLEMENTACIÓN EN NAVARRA EN
1918-1919. LA POSTURA HISTORICISTA DE LOS
FUERISTAS RADICALES DEL CARLISMO.
DEBATE ON THE REINTEGRATION OF THE “FUEROS”
AND ITS IMPLEMENTATION IN NAVARRE FROM 1918 TO
1919. THE HISTORICIST STANCE OF CARLIST RADICAL
FUERISTS.
Fernando Mikelarena Peña.
Universidad de Zaragoza.
SUMARIO: I. INTRODUCCIÓN.- II. LA REINTEGRACIÓN FORAL. EL CARÁCTER
DE SU REIVINDICACIÓN HASTA 1917. III. EL ESCENARIO POLÍTICO EN
NAVARRA Y EL DECLIVE DEL CARLISMO. IV. EL DEBATE REINTEGRACIONISTA
ENTRE EL VERANO DE 1917 Y LA PRIMAVERA DE 1918. V. EL DEBATE
REINTEGRACIONISTA EN NAVARRA ENTRE NOVIEMBRE Y DICIEMBRE DE
1918. VI. EL DEBATE SOBRE CÓMO IMPLEMENTAR LA REINTEGRACIÓN
FORAL PLENA. LA POSTURA DEL SECTOR MÁS RADICALMENTE FUERISTA
DEL CARLISMO. VII. LA VIRTUALIDAD REAL DE LOS PLANTEAMIENTOS
ANTERIORES EN LA ASAMBLEA DE 30 DE DICIEMBRE DE 1918 Y Y EL
PROCESO POSTERIOR INMEDIATO. VIII. LA POSTURA TOMADA POR LA
ASAMBLEA DE 30 DE DICIEMBRE. IX. LA RESISTENCIA DEL SECTOR MÁS
RADICALMENTE FUERISTA A ABANDONAR SUS TESIS. X. EL
ENFRENTAMIENTO ENT RE LOS DOS SECTORES DEL CARLISMO. XI. A MODO
DE CONCLUSIÓN. MEMORIA Y DESMEMORIA EN EL DEBATE
REINTEGRACIONISTA DE 1918.
Resumen: En este artículo se analiza el debate sobre la reintegración foral y
sobre su modo de implementación en Navarra 1918. La novedad del análisis es la
atención prestada a la postura historicista del sector más radicalmente fuerista
del carlismo, hasta ahora no estudiada y que condicionó el debate. También se
considera la memoria y la desmemoria implícitas en esa postura en la relación
entre el constitucionalismo liberal y el constitucionalismo historicista navarro.
Abstract: This article outlines the controversy surrounding the reintegration of
the “fueros” and its possible implementation in Navarre from 1918 to 1919. The
novelty of the analysis is in the attention given to the historicist stance of the
most radical sector of Carlism, which has not yet been studied and which
undoubtedly determined the debate. The implicit memory and forgetfulness
regarding the relationship between liberal constitutionalism and historicist
constitutionalism from Navarre are also considered.
Palabras clave: Reintegración Foral, 1918, Constitución histórica, Navarra,
Carlismo, Nacionalismo, Constitucionalismo Liberal.
Revista de Historia Constitucional
ISSN 1576-4729, n.20, 2019. http://www.historiaconstitucional.com, págs. 623-657
Key Words: Foral Reintegration, 1918, Historical Constitution, Navarre, Carlism,
Nationalism, Liberal Constitutionalism.
I. INTRODUCCIÓN.
En este artículo se analiza el debate sobre la reintegración foral y sobre su
modo de implementación en Navarra en 1918-1919, debate sobre el que se
cumplen cien años. A diferencia de los puntos de vista adoptados por la
bibliografía que se ha ocupado del tema, se presta atención a un aspecto hasta
ahora no considerado por ningún autor: la postura del sector más radicalmente
fuerista del carlismo en relación con los pasos a dar tras la derogación de la ley
de 1839. Según ese sector, tal y como defendían los defensores del
constitucionalismo historicista navarro de la primera mitad del siglo XIX y de
acuerdo con su ideología absolutamente tradicionalista, la derogación de aquella
ley debía ser acompañada en el caso de Navarra de la restauración de las Cortes
estamentales navarras por cuanto solamente estas debían entender de las
transformaciones institucionales a realizar en el escenario surgido de retroceder
al contexto previo a 1839. El repaso a los pormenores del fracaso de esa postura
en la asamblea de 30 de diciembre de 1918 y al proceso posterior se
complementa con una profundización sobre la memoria y la desmemoria latentes
implícitas en esa postura del sector más radicalmente fuerista del carlismo en lo
que respecta respectivamente a la legitimidad, según la constitución histórica de
Navarra, de la reclamación de restauración del marco desaparecido ochenta años
atrás y a la imposibilidad de conciliación, según los criterios puestos en práctica
por los doceañistas y por los propios liberales progresistas navarros, entre el
constitucionalismo liberal y el constitucionalismo historicista navarro durante la
primera mitad del siglo XIX.
II. LA REINTEGRACIÓN FORAL. EL CARÁCTER DE SU REIVINDICACIÓN
HASTA 1917.
Con posterioridad a la promulgación de la ley de agosto de 16 de agosto de
1841, por la que Navarra dejaba definitivamente de ser un reino integrado dentro
de la monarquía española para convertirse en una provincia dotada de una
limitada autonomía administrativa y fiscal, la reintegración foral, entendida como
el regreso al estatus políticoinstitucional previo a la ley de 25 de octubre de 1839
(ley que abría la puerta a la ulterior modificación de fueros), se planteó en
diversas ocasiones, si bien nunca con un mínimo de concreción sobre cómo
llevarla a cabo y sobre cómo salvar las incompatibilidades con el orden del Estado
liberal español.
El primer momento en el que se esgrimió fue mes y medio después de la
promulgación de la ley de agosto de 1841. En la fracasada sublevación de
O'Donnell de octubre de aquel año, producto en Navarra de una alianza entre
liberales moderados y carlistas, los alzados emitieron en sus proclamas promesas
de reintegración foral. No obstante, desconocemos cómo se iba a compatibilizar la
misma con la organización del estado liberal ya que no existe ningún texto que
aclarara el contenido de aquellas. De hecho, podría sospecharse que aquellas
promesas no fueron más que un banderín de enganche porque, con posterioridad
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a 1843, los liberales moderados, al mando a partir de entonces del gobierno del
Estado, no hicieron ningún gesto reintegracionista, convirtiéndose más allá de
dicha fecha el cuarentaunismo, o doctrina defensora del marco instaurado por la
ley de 1841, en una realidad prácticamente indiscutida en Navarra. Lo que
contrasta con la situación registrada en Vascongadas donde los moderados
favorecerán una rectificación parcial de la total supresión de la foralidad llevada a
cabo allí por Espartero, conformándose en esas provincias una situación de
impasse hasta 1876 a causa de la negativa de las Diputaciones y de las Juntas
Generales a emprender cualquier negociación si no se procedía previamente a la
restauración foral plena1.
Tras 1843 y durante la segunda mitad del siglo XIX serán los carlistas los
principales abanderados del reintegracionismo. A pesar de que los fueros no
aparecen entre las motivaciones iniciales de la primera guerra carlista, el
carlismo también empleó como estandarte el argumento foral a partir de 1835 en
respuesta al fuerismo liberal. Posteriormente, la defensa de la España foral
constituiría un eje importante en el programa ideológico carlista diseñado unos
años después por Magín Ferrer, uno de los principales teóricos del movimiento:
en su obra Las Leyes Fundamentales de 1845 proponía la resurrección, o
instauración según los casos, de Cortes estamentales en en conjunto de España y
en todos los territorios forales2. En el tercer cuarto del ochocientos el fuerismo
carlista, que incluía la reivindicación reintegracionista, estuvo supeditado a la
defensa del catolicismo, sobre todo por la influencia de los neocatólicos. En esta
línea en 1868 Cruz Ochoa de Zabalegui, candidato a diputado a Cortes, proclamó
en un manifiesto a los navarros la defensa del Altar y del Trono y la reintegración
foral (postura restauracionista que fue calificada por Pablo Ilarregui, uno de los
negociadores de la ley de 1841, como de “absurdo mayúsculo”), y un programa
similar fue publicado por el conjunto de la candidatura carlista en 1869, pero sin
dar detalles de cómo hacerlo3. Con todo, aunque en la Segunda Guerra carlista
los fueros tuvieron aparentemente mayor peso que en la primera, las élites
carlistas no dieron un carácter fuerista a la conflagración, insistiendo más bien
en el cuestión religiosa y en el ultramontanismo, apareciendo aquellos
débilmente, y en contadas ocasiones, en las proclamas4.
1 Fernando Mikelarena Peña, La sublevación de O’Donnell de octubre de 1841 en Navarra”,
Historia Contemporánea, 38, 2009, pp. 239-275.
2 M agín Ferrer y Pons, Las Leyes Fundamentales de la Monarquía Española, según fueron
antiguamente y según convien e que sean en la época actual, Barcelona, 1845, Volumen Segundo,
pp. 97-147; María Cruz Mina Apat, “El carlismo y los Fueros”, En “Por Dios, por la Patria y el Rey”.
Las ideas del carlismo. IV Jornadas de Estudios del Carlismo. 22-24 Septiembre 2010, Pamplona,
Gobierno de Navarra, 2011, pp. 262-268.
3 Angel García-Sanz Marcotegui y Fernando Mikelarena Peña, “Españolismo, vasquismo y
navarrismo foral: c ambios y persistencias en la in terpretación de la identidad n avarra hasta 1936”,
Historia y Política: ideas, procesos y movimientos sociales. 2, 1999, pp. 93-95; Angel, “Los
liberales navarros y la cuestón foral tras la revolución de 1868”, Huarte de San Juan. Geografía e
Historia, 9, 2002, pp. 86 y 91.
4 María Cruz Mina Apat, “El carlismo y los Fueros”, op. cit., pp. 262-268 y 271-276; Gregorio
Monreal Zia, “La Ley abolitoria de Fueros de 21 de julio de 1876 (antecedentes y paso por el
Congreso)”, Iura Vasconiae. Revista de derecho histórico y autonómico de Vasconia, 10, 2013, pp.
75-83.
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