Crítica al poder constituyente: entre lo constituido, lo instituyente y la praxis de liberación

AutorDavid Sánchez Rubio
Cargo del AutorProfesor Titular y Director del Departamento de Filosofía del Derecho. Universidad de Sevilla
Páginas25-82
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CAPÍTULO PRIMERO.
CRÍTICA AL PODER CONSTITUYENTE:
ENTRE LO CONSTITUIDO, LO INSTITUYENTE
Y LA PRAXIS DE LIBERACIÓN
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1. INTRODUCCIÓN
En este trabajo vamos a hacer una aproximación preliminar y crítica del
concepto de poder constituyente sobre el que haremos una doble distinción:
un poder constituyente popular y otro poder constituyente oligárquico los
cuales solo se mueven en torno a las instituciones del Estado. También hare-
mos una conexión entre estos dos poderes con el concepto de poder institu-
yente en su doble versión tanto popular como oligárquica, cuyos ámbitos de
actuación se desarrollan más allá de las esferas estatales. Asimismo, todos ellos
los relacionaremos con lo que denominamos praxis instituyente y praxis de
liberación, junto con los conceptos de derechos humanos y de democracia
en el sentido de que aluden a procesos de significación de realidades con sus
luchas y acciones de reivindicación, de participación, de reconocimientos y de
efectividades de condiciones dignas de vida o de vida vivibles.
Todo lo que digamos tiene la finalidad de cuestionar el imaginario oficial
y generalizado que existe sobre el poder constituyente, los mismos derechos
humanos y la democracia en la cultura jurídica y social porque representan el
triunfo de un falso universalismo y una serie de promesas que nunca quisie-
ron ser cumplidas por el actor principal de la modernidad: la burguesía y la
oligarquía-plutocrática que se fue conformando con el transcurso del tiempo
de manera compleja y sistémica en torno a su ethos cultural y su proyectos
de vida. La crisis que a nivel global están experimentando los Estados consti-
tucionales y democráticos de derecho, con el debilitamiento de sus sistemas
democráticos y el enflaquecimiento de las garantías de los derechos huma-
1 Profesor Titular y Director del Departamento de Filosofía del Derecho. Universidad de Sevilla.
Correo-e: dsanche@us.es
David Sánchez Rubio
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nos por los ataques del totalitarismo del mercado y su ideología neoliberal,
se incrementa por la crisis del propio capitalismo. Hechos que provocan re-
acciones y resistencias diversas y exigen reinterpretar los marcos categoriales
y los conceptos analíticos tradicionales y la búsqueda de nuevos sentidos que
nos permitan mayores grados de certidumbre en este contexto incierto, ahora
incrementado por la crisis global producida por el virus COVID19. Por esta
razón, haremos una propuesta provisional que sirve de inicio para ir elaboran-
do en trabajos posteriores una propuesta multi-garantista e intercultural de
derechos humanos y participativa de democracia, cimentada sobre una praxis
instituyente de liberación con especial manifestación en lo común y sobre una
perspectiva socio-histórica, relacional, práctica y popular del poder constitu-
yente y, también, del poder instituyente que lo concebimos de forma distinta
a aquel, aunque de manera interrelacionada (una primera aproximación en
Sánchez Rubio, 2018 y 2019a). Con ello se ofrecerá un insumo y un camino,
entre otros muchos posibles, para enfrentar el mundo adverso que nos inter-
pela y que afecta a toda la humanidad.
Al final de este trabajo, la mayoría de los conceptos propuestos se relacio-
narán y se proyectarán sobre un caso particular que nos servirá como ejem-
plo, el denominado direito achado na rua concebido por el sociólogo del de-
recho brasileño, Roberto Lyra Filho y desarrollado, principalmente, por José
Geraldo de Sousa Junior y Alexandre Bernardino Costa en el contexto de la
realidad brasileña, que también es proyectable a otras geografías.
La totalidad de las ideas desarrolladas tienen un núcleo referencial axio-
lógico que sirve de norte y de común denominador de la dimensión proposi-
tiva que ofrecemos, y procede de los procesos históricos revolucionarios y de
las luchas colectivas que reivindican espacios de libertad y dignidad humanas
frente a sistemas y modos de dominación, y de exclusión con los que se trata a
determinados seres humanos como objetos por razones diversas (raza, clase,
género, sexo, espiritualidad religiosa), inferiorizándolos, marginándolos, dis-
criminándolos y/o eliminándolos, y que proyectamos sobre toda la humani-
dad y sobre cada momento de existencia de cada ser humano. El filósofo chi-
leno Helio Gallardo lo resume, a partir de los procesos de liberación frente a
distintos tipos de sujeción, con la capacidad que deben poseer los movimien-
tos sociales (y todo ser humano) de auto-constituirse como sujetos, de hacerse
sujetos (individuales y colectivos), creando subjetividades e identidades con
las que ponerse en condiciones de darle carácter propio a los procesos en los
que intervienen y a las propias producciones que generan. Es la gente desde
sí mismas y de manera interdependiente, la que debe asumir el protagonismo
y escribir su propio guión y realizarlo desde su lucha social, colectiva, indivi-
dual, diaria y cotidiana (Gallardo, 2006: 23-24, 46 y 51). Los poderes constitu-
Capítulo primero. Crítica al poder constituyente
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yentes e instituyentes, los derechos humanos, las praxis instituyentes y de libe-
ración, junto con la democracia, pese a sus ambivalencias, contradicciones,
reversibilidades, inversiones y modulaciones propias de la actuación humana,
pueden ser caminos y vías complementarias que lo posibilitan. La dificultad o
el problema principal es que la historia siempre es construida por los vence-
dores y acaba por imponerse un imaginario dominado por los grupos o clases
más poderosas. En este caso es la burguesía con sus distintas expresiones em-
presariales, financieras, bancarias, tecnocráticas y militares junto con su siste-
ma de organización complejo enmarcado dentro de la lógica del capitalismo,
la que sienta las bases de lo que Joaquín Herrera Flores denomina el método
de acción social dominante que orienta el modo como se puede reaccionar
ante los entornos de las relaciones humanas, es decir, el sistema director y el
principio directriz de los procesos ideológicos, de los contenidos concretos y
específicos que deben orientar las acciones humanas, así como de las formas
de producción de los valores sociales que orientan nuestros mundos de vida
(Herrera, 2005a: 14 y 254). En función de ese método-orientador de la acción
social dominante o no dominante, articulamos nuestras relaciones humanas
con nosotros mismos, con nuestros semejantes y con la naturaleza. La obten-
ción del máximo beneficio (acumulación) por medio de la racionalidad ins-
trumental de medios y fines sobre el cálculo de coste-beneficio, la propiedad
privada codiciosa y avariciosa, el crecimiento perpetuo y la competitividad se-
rían algunos de los elementos nucleares de la cultura burguesa capitalista que
se ha hecho hegemónica, omnipresente, omnipotente y omnisciente con la
mercantilización individualista de todas las parcelas de la vida.
2. CONSIDERACIONES E HIPÓTESIS PREVIAS
Varias son los puntos previos a tener en cuenta. Primero dos consideracio-
nes y, después, dos hipótesis que se complementan y nos llevan a una conclu-
sión afirmativa:
2.1. La socio-materialidad y pluralidad de los conceptos
Ninguno de esos conceptos analíticos debe ser entendido como datos,
esencias, sustancias metafísicas o realidades estáticas y a-históricas. Los in-
terpretamos como realidades inmanentes, socio-históricamente producidas.
Evidentemente, siempre contienen bastante dosis de abstracción en la medi-
da que teorizamos sobre ellos, pero las realidades prácticas a las que se refie-
ren son plurales, heterogéneas, diversas y se desarrollan en contextos relacio-

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