Crítica de libros
| Autor | Miguel Ángel Esteban Navarro; Diego Navarro Bonilla |
| Páginas | 155-166 |
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Tim Wiener. Legado de cenizas: la historia de la CIA. Barcelona: Random House Mondadori (Debate), 2008.
La editorial Debate ha publicado en octubre de 2008 la traducción al español del último libro superventas del mundo de la inteligencia en Estados Unidos: la historia de la CIA, de Tim Weiner, editada en inglés en junio de 2007 por Doubleday, perteneciente a Random House, coincidiendo con el 60.º aniversario del nacimiento de este servicio secreto. Tim Weiner es reportero de The New York Times, con más de veinte años cubriendo los temas de inteligencia y de seguridad de los Estados Unidos. Autor de otros dos libros, obtuvo el Premio Pulitzer por su trabajo sobre programas secretos para la seguridad nacional.
El libro recoge una monumental historia de la Agencia Central de Inteligencia que se presenta como definitiva, con sus más de 700 páginas en la edición española. La obra figura en las listas de los mejores libros del año 2007 de diarios y revistas tan prestigiosos como The Economist, The New York Times, The Boston Globe, The Washington Post y Time, entre otros. Ha sido premiado por Los Angeles Times como mejor libro de historia del 2007 y ha recibido el National Book Award de no ficción.
El título Legado de cenizas rescata las palabras que dedicó el presidente Eisenhower a la CIA en alusión a la herencia que sus fracasos dejaban a las gene-Page 156raciones futuras. Se trata de un juicio categórico que guía toda la obra de Weiner. Estamos, una vez más, ante otra obra nacida y mediatizada por la conmoción del segundo Pearl Harbor de la historia de Norteamérica: los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington. Su objetivo es mostrar cómo se ha llegado a la situación actual en la que los Estados Unidos carecen de un servicio de inteligencia útil para hacer frente a las actuales amenazas del terrorismo internacional y de un mundo multipolar, y que fue incapaz de prevenir el 11-S.
La conclusión de Weiner es que a finales del siglo XX la CIA «no era un servicio de inteligencia independiente y a pleno rendimiento», sino que en lugar de preparar estrategias para el mundo posterior al desplome de los países socialistas, se había convertido «en una especie de filial del Pentágono». Y como prueba contundente se presenta la instrumentalización de la agencia por el Gobierno de G.W. Bush junior para legitimar la intervención norteamericana en Irak con base en evidencias de la posesión de armas de destrucción masiva por Sadam Hussein avaladas por la CIA, y el posterior desprecio hacia la agencia que manifestó el presidente cuando en 2004 dijo de manera despreocupada que ésta sólo tenía «meras suposiciones» sobre el curso de la guerra en Irak. En palabras de Weiner, esta declaración equivalía a la «sentencia de muerte política de la CIA» y la confirmación de que había dejado de ser un servicio de inteligencia eficiente para convertirse «en una fuerza paramilitar en el extranjero y una burocracia paralizada en su sede central».
Para demostrar esta tesis, el autor realiza una detallada investigación sobre el funcionamiento y las operaciones de la CIA desde su fundación hasta la actualidad, apoyada íntegramente en informaciones de primera mano y de fuentes primarias. Según declara el autor, el libro se basa en la lectura de cincuenta mil documentos procedentes, principalmente, de los archivos de la CIA, la Casa Blanca y el Departamento de Estado; en más de dos mil narraciones orales de agentes de inteligencia, militares y diplomáticos norteamericanos, y en más de trescientas entrevistas realizadas desde 1987 a agentes y veteranos de la CIA, incluyendo a diez directores de la central de inteligencia. Se da cuenta prolija de las fuentes, incluyendo su procedencia y su lugar de conservación, en un impresionante cuerpo de extensas notas. Ambos hechos son poco habituales en este tipo de trabajos, y ello da un gran valor y credibilidad a la obra. Estamos ante una investigación que, a diferencia de otras, no se basa en fuentes no identificadas, ni en citas anónimas, ni en rumores. Esto permite realizar la ade-Page 157cuada crítica del trabajo y, por tanto, garantiza su contribución al avance del conocimiento histórico de los servicios de inteligencia.
Pero hay que tener en cuenta que algunas de las conclusiones del trabajo podrían estar sujetas a revisión, ya que la CIA todavía no ha desclasificado documentación relativa a nueve grandes operaciones encubiertas: Francia e Italia en las décadas de 1940 y 1950; Corea del Norte en la década de 1950; Irán en 1953; Indonesia en 1958; Tíbet en las décadas de 1950 y 1960, y el Congo, la República Dominicana y Laos en la de 1960. No obstante, como declara el autor, el trabajo de diversos historiadores, documentalistas y periodistas ha creado los cimientos documentales suficientes sobre los que construir su libro.
Tras la lectura de Legado de cenizas nos queda una cuestión inquietante, a la que Weiner no se enfrenta directamente y, por tanto, no contesta, aunque sobrevuela toda la obra: si los errores y fracasos de la CIA no son, en el fondo, el fracaso de la política exterior de Estados Unidos. Porque los fracasos de la CIA están más vinculados con las operaciones encubiertas, las guerras secretas y los análisis «impuestos» por el Gobierno, bien directamente o bien sutilmente, incitando al analista a cantar la canción que gusta al gobernante para refrendar su política, que con la dimensión investigadora de la agencia. El autor no llega a traspasar los límites del periodismo de investigación para incursionar en el terreno de la comprensión histórica, estableciendo las relaciones del hecho estudiado con el contexto en el que opera y los intereses y las motivaciones de otros protagonistas con los que se relaciona.
La segunda frase del libro lo dice todo: «En el presente volumen se describe cómo el país más poderoso en toda la historia de la civilización occidental ha sido incapaz de crear un servicio de espionaje de primera línea, un fracaso que actualmente representa un peligro para la seguridad nacional de...
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