Covid 19: Cambios tecnológicos, contractuales y en las relaciones sociales
| Autor | Ángel Serrano de Nicolás |
| Cargo | Director. Doctor en Derecho. Notario de Barcelona |
| Páginas | 3-4 |
LA NOTARIA | | 1-2/2020 Editorial págs. 3 a 4 3
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Editorial
3/2015
Covid 19:
Cambios tecnológicos, contractuales
y en las relaciones sociales
Desde el último número de La Notaría, el suceso más relevante en lo que llevamos del
año es, sin duda, la pandemia derivada del Covid-19. No es que se trate de lo más relevante
del año, es que lo es del siglo, e incluso cabría referirse a otras magnitudes temporales. Pero
no es esto lo relevante para nuestro devenir, como sociedad, como cuerpo notarial, como
notarios individuales y, lo más relevante, como personas, y no lo es por ser hechos pasados,
unido a que la capacidad de adaptación del ser humano puede decirse que es innita. Por
ello no caben las lamentaciones, pues a cada uno de nosotros nos toca vivir el tiempo que se
nos ha dado, lo que exige con espíritu de superación mirar sin miedo al futuro, con respeto
pero con previsión de que todo se puede superar poniendo el empeño necesario. Y, por ello,
las medidas tendrán que ser meditadas y no experimentos amígeros (sean desde dentro o
desde fuera), pues las instituciones milenarias, aunque pueda decirse que son centenarias
en su actual conguración, requieren meditar muy seriamente los cambios, más cuando se
ha podido comprobar que su actuación es esencial, como lo es la actuación notarial a lo lar-
go de toda la vida de la persona y más en las situaciones excepcionales, que algunas veces
por la misma normalidad, en la utilización y desempeño diario, parece no verse su misma
trascendencia. Sea, justo por su habitualidad, en la habitual compraventa, préstamo hipote-
cario, testamento, constitución y vida societaria (en que cada vez más –y singularmente en
España- la actividad económica y patrimonial pasa por sociedades incluso unipersonales, en
las que parece imprescindible la función notarial, por su misma neutralidad, implantación y
función asesora), o las mismas actas notariales. El rigor, la seriedad, y la certidumbre que da la
intervención notarial parecen en la situación que se vislumbra todavía más necesarias, la tec-
nología y los robots no parecen poder sustituir a la persona, y menos a la cualicada, aunque
las apariencias parezcan deslumbrarnos, la absoluta habitualidad y escasísima conictividad
parece tan natural como el mismo aire que respiramos, pero no por ello deja de ser menos
cierto que cualquier cambio sin rigor puede asxiar lo que funciona con absoluto rigor.
La pandemia, sin duda, ha inuido en todos los aspectos de nuestras vidas, desde los más
personales (trágico para quienes ha tenido que ver la muerte –en sus lúgubres circunstancias
por razón de la pandemia- en las personas más próximas o queridas) a lo económico o social.
En esta situación no se trata de contemplar las previsiones de una nueva realidad, sino la
realidad de cada día pues diferente, e imprevisible, lo es cada día en nuestros múltiples afa-
nes. Otra cosa es que sea más o menos previsible, en realidad se nos escapa todo, y, sin duda,
así lo hemos podido comprobar, desde la limitación de nuestras facultades a la de nuestros
conocimientos, por más entrega que se ponga y, sin duda, que se ha puesto y pondrá –y hay
que agradecérselo a quienes han puesto en riesgo lo que más vale, su propia vida-. Pero se
trata de superarnos, y seguir dando lo mejor de cada uno, y como institución que claramen-
te se ha puesto de relieve que lo es con carácter esencial, ahora vendrán adveraciones de
testamentos, pero, en suma, las instituciones jurídicas, como corporativas, han mantenido
claramente el rumbo de la navegación en situación verdaderamente calamitosa.
La sociedad globalizada lo seguirá siendo, durante algún tiempo con innitos menos viajes
sean o no transoceánicos o continentales, o simplemente locales, con un inseguro devenir
económico, con toda clase de previsiones, aunque siempre puede llegar lo inesperado como
es la misma pandemia que lo cambia todo. Pero también puede decirse que lo esencial per-
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