España: El derecho a controlar la información personal. (Actualizado).

AutorDr. Esteban Ruíz Martínez
CargoAutor de la obra: 'Los informes comerciales y el derecho a la información'
Páginas15

El objetivo del presente trabajo será analizar el derecho humano a controlar la información personal a partir de las características, necesidades, valores y naturaleza de la persona humana y su comunidad, en especial su injerencia sobre la actividad informativa que utiliza datos personales, procesándolos en sistemas informáticos y/o cuando la información personal se difunda al público[1].

No se encontrará en este trabajo una exposición pacífica de conceptos ya dados, sino que se cuestionará libremente sobre el fundamento, alcance y características de este derecho a controlar la información personal.

  1. Una nueva realidad:

    La búsqueda de este nuevo derecho surge a raiz de la informática y la multiplicidad de medios tecnológicos disponibles en nuestra sociedad para captar información personal, pues a través de la informática es que se han conformado bases de datos casi intangibles y con una facultad de procesamiento casi sin límites en el espacio y el tiempo. Tal realidad tecnológica es la que pone en serio riesgo los derechos individuales y la que nos convoca día a día para acompañarla con un adecuado ordenamiento jurídico.

    A través de la ciencia actual los fenómenos naturales son traducidos en información inteligible y procesable[2], siendo una realidad que gran parte de los actos humanos son convertidos a información. En tal sentido, somos emisores constantes de información y es natural que la captemos y/o querramos captarla, pues hace a nuestra condición natural. Por ello, varios de nuestros actos cotidianos son comunicados a terceros con una velocidad y facilidad antes inimaginable, en especial dentro de la red informática INTERNET (y sus peculiares 'cookies'[3]).

    Podemos enumerar, de entre muchos, los siguientes ejemplos sobre la traducción de nuestros actos a información: el registro de nuestros llamados telefónicos; cuando adquirimos un bien e ingresan nuestros datos en una computadora (aunque sólo sea para formalizar una factura); las operaciones con tarjetas de crédito o cajeros automáticos; operaciones con bancos a través de una cuenta corriente o caja de ahorro; al navegar por internet; al utilizar los servicios de nuestra obra social; al realizar operaciones de seguro; cuando compramos pasajes de larga distancia; etc.. Tal realidad actual es inevitable. La sociedad utilizará cada vez más los distintos medios tecnológicos, por cuanto nos resulta más sencillo, cómodo y eficiente para nuestra vida cotidiana.

    Ahora bien, la facultad de traducir nuestros actos en 'información disponible' (procesable) es: a) Una necesidad humana, que hace al derecho fundamental a conocer y estar informado. En tal sentido, es natural al hombre el pretender conocer el mundo que lo rodea, en todos sus ámbitos; b) Es necesario para el bien común, pues la comunidad toda se beneficia con el aumento del conocimiento sobre el medio en que se desarrolla, configurando un hecho positivo y necesario para el mejor desarrollo económico[4].

    En tal sentido, podemos afirmar sin temor a error que el procesamiento de información es una actividad que hace al desarrollo básico de la persona y asimismo un bien de alto valor para nuestra sociedad y fuente de progreso, conformando parte del bienestar comunitario.

    Nuestra época se denomina como 'la sociedad de la información' [5] y ya es prioridad de los organismos gubernamentales y no gubernamentales, el velar por un correcto desarrollo y utilización de las 'tecnologías de la información y comunicación' (TIC), dado que afecta a todos los sectores y aspectos de la comunidad (laborales, empresariales, de la salud, educación, etc) [6].

    Por otro lado, y en contrapartida, el surgimiento de las nuevas tecnologías introduce altos riesgos sociales y conflicto de intereses, dando lugar a la acumulación de poder a través de la información[7], como bien describe Perez Luño[8]: 'En las sociedades informatizadas del presente, el poder ya no reposa sobre el ejercicio de la fuerza física, sino sobre el uso de información que permite influir y controlar la conducta de los ciudadanos, casi sin necesidad de recurrir a medios coactivos[9]. Por ello, la libertad personal y las posibilidades reales de intervenir en los procesos sociales, económicos o políticos se hallan determinadas por el acceso a la información'.

    Tomar conciencia de esta situación implica reconocer, como afirma Adalbert Podlech, que en la coyuntura política actual la aceptación o no del orden social y jurídico por parte de los ciudadanos depende del correcto planteamiento que pueda hacerse de problemas tales como la protección de datos personales, del ambiente o de la manipulación genética.'

    Ante esta realidad, una de las cuestiones críticas radica en quién y cómo se controla la información. Siendo la información un sinónimo de 'poder', cuanto más se acumule y pueda procesarse, más poder se tendrá.

    Cuando decimos 'poder' nos referimos no sólo al poder político, sino a cualquiera de sus manifestaciones, y que en la práctica implica un aumento en las facultades del 'operador de información', que eventualmente le otorgará una posición superior en su relación con terceros (en especial para toda actividad competitiva, sea comercial, cultural, social, etc.)[10].

    Teniendo en cuenta tales aspectos, en la medida en que la información esté al alcance de todos y no de unos pocos, más democrática y republicana será nuestra sociedad. Es por ello que el principio de igualdad nos indica que todos tienen derecho a acceder a la información.

    Ahora bien, el manejo de la información pasa a ser extremadamente delicado cuando intervienen datos referidos a personas determinadas o determinables, por lo que cabe distinguir entre ámbitos sensibles y no sensibles de dicha actividad.

    En tal sentido, en el presente trabajo no analizaremos el fenómeno informativo en toda su amplitud, sino que nos limitaremos al análisis de cierto segmento de la información, distinguida por su contenido. Para ello distinguiremos entre 1) información personal (imputada a personas determinadas o determinables) y 2) información no imputada a personas. De dichos subgrupos de la información se estudiará el que contiene datos personales.

    Para un mayor entendimiento sobre a lo que nos referimos cuando distinguimos la información por su contenido, tengamos presente nuestro propio caso personal y construyamos la hipótesis de que en el disco rígido de nuestra computadora conservemos junto a una planilla de cálculo que nos permite liquidar los intereses para iniciar una demanda, una carta dirigida a nuestro mejor amigo en la que le reconocemos una enfermedad incurable. Es aquí, en los casos concretos, donde se nos presenta con mayor claridad que no todo es igual en la realidad informativa y nos permite interrogarnos: ¿Toda la información puede estar a disposición de todos o debemos distinguir entre información disponible y no disponible?

    A fin de avanzar en la respuesta a dicha pregunta corresponde analizar la práctica informativa, donde la información introducida en un sistema informático se maneja mediante 'datos' -que consisten en la unidad básica de la información[11]- que interrelacionados y almacenados en recipientes electrónicos conforman lo que se da en llamar 'bancos de datos'. Cuando dichos datos se refieren a personas se llaman 'bancos de datos personales'.

    ¿Que son los datos? Podemos definir al dato como elemento conceptual aislado[12], o 'formalización simbólica de un hecho'[13].

    El dato, para significar y tener contenido, deberá acompañarse con su referencia intencional, de manera tal que tienda hacia algo y lo relacione, otorgándole un sentido.

    Se ha definido un conjunto de datos como 'información necesaria para el conocimiento de algo o de alguien' [14].

    Ya dijimos que el dato, para existir útilmente, debe contener una referencia hacia un sujeto (cosa o persona), de manera tal que nos permita conocer a ese algo o alguien. En nuestra materia de la información personal tal imputabilidad va a estar dada por la identificación a través del nombre, el número de documento, el domicilio, etc.; en fin, toda referencia que permita individualizar a las personas[15].

    Hecha la introducción, pasamos a definir al dato personal: 'elemento conceptual (o formalización simbólica)[16]' imputable a sujeto determinado o determinable[17].

    Dentro de esta categoría de los datos personales podemos distinguir ciertas subclases de datos: identificatorios, económicos, de estado, profesión, salud, sexo, religión, políticos, penales. Entre los nombrados, encontramos datos que, por afectar el derecho a la intimidad del individuo[18], son 'sensibles', mientras que otros en nada afectarán dicho derecho, como ser los datos identificatorios.

    Es así que dentro de los 'datos personales' vamos a encontrar: a) datos íntimos[19], que no deberán estar disponibles para terceros por tal carácter, y b) datos no íntimos, en principio accesibles a terceros por configurar la faz pública y no íntima de la persona[20], aunque con limitaciones que afectan a todo dato personal por el solo hecho de ser datos personales, conforme explicaremos más adelante.

    Ahora bien, más allá de dicha clasificación abstracta focal[21], con el surgimiento de la informática, internet y las bases de datos, los datos personales resultan alcanzados por otros derechos subjetivos de la persona que surgen con notable energía ante el peligro del daño silencioso e imprevisto que los datos personales pueden ocasionar a las personas.

    Al respecto, la doctrina hace tiempo que viene alertando sobre las posibles violaciones a los derechos de las personas a través de la informática: '...las recopilaciones de datos personales contienen intimidades. Siempre se han formado archivos, por diferentes motivos, que acumulan elementos personalísimos, los cuales, por su solo carácter, forman parte de la vida privada. ...las historias clínicas sanitarias, ...los prontuarios policiales, los ficheros de organismos públicos que indagan y documentan la vida o ciertas...

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