Constitucionalismo Moderno

AutorMaría Salvador Martínez
Páginas531-543

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(A propósito de la obra de Horst Dippel, Constitucionalismo moderno, Ed. Marcial Pons, Madrid, 2009, 246 págs.)

I

"Hace ahora más de doscientos años, gentes de la más diversa condición, desde los maquinistas de Filadelfia o los campesinos del sudoeste de Francia, hasta los hobereaux de Europa del Este, por mencionar sólo algunos de ellos, estaban persuadidos de que para dotar a su sistema político de legitimidad necesitaban una Constitución concebida como un sencillo documento escrito donde se contuvieran derechos y se fijara el poder con sus reglas y limitaciones". Pero "¿qué fue lo que hizo que estas gentes, que jamás se habían conocido entre ellas, compartieran una idea común y que el núcleo de la misma se expandiera por todas partes "

De esta forma tan sugerente, el prof. Horst Dippel, autor de importantes obras sobre historia política y social, historia del derecho e historia constitucional, publicadas en diversas lenguas, expone cuál ha sido el planteamiento que le ha llevado a dedicar buena parte de su labor investigadora al estudio de la "historia del constitucionalismo moderno" y del que son excelente muestra los doce trabajos que ahora se han publicado en español bajo el título de "Constitucionalismo moderno".

Se trata de una obra recopilatoria que, como el autor señala en el prefacio de la misma, se inscribe en el marco de la historia constitucional comparada, como acreditada rama dentro de los estudios constitucionales. Ahora bien, tanto en esta obra, como en otras anteriores, el prof. Dippel se ha preocupado de que quede claramente de manifiesto cuál es su concepción sobre la misma y su tesis sobre la historia del constitucionalismo que aún debe escribirse.1

El constitucionalismo, como movimiento histórico-político, siempre ha estado conceptualmente asociado al Estado-nación, y las constituciones, como concreción jurídica de ese movimiento, han sido las constituciones de esos Estados-nación. Probablemente por ello, además de por otras razones, la mayor parte de la historia constitucional que se ha escrito hasta ahora ha tenido un carácter marcadamente "nacional", y cuando se ha hecho historia constitucional "comparada", ésta se ha movido casi siempre en el terreno de la definición de "modelos" para determinar cuándo y dónde se copiaron unas u otras ideas, es decir, aún siendo historia constitucional comparada, seguía

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girando en torno al Estado-nación. A juicio del prof. Dippel, sin embargo, la historia constitucional es algo más.

Hace más de doscientos años, como se señala en las primeras líneas de esta recensión, el constitucionalismo moderno surgió en distintos lugares y entre gentes muy diversas. Al prof. Dippel le maravilla que algo así fuera posible y que, además, las ideas fundamentales de ese constitucionalismo se expandieran rápidamente y se convirtieran en un paradigma universal. De acuerdo con la tesis de Dippel, esto quiere decir que el constitucionalismo que surgió entonces tiene una faceta transnacional, universal, supranacional, global, que también tiene una historia propia que ha de ser investigada y escrita. No se trata, obviamente, de negar la importancia de la historia de las constituciones nacionales, sino de entender que todas ellas forman parte de una historia más grande y mucho más compleja, la del surgimiento y la evolución del constitucionalismo moderno, uno de los más complejos y fascinantes acontecimientos que se han desarrollado en la historia moderna.

La perspectiva del prof. Dippel resulta absolutamente actual, en el sentido de que esa visión supranacional del constitucionalismo se ha visto confirmada por las transformaciones que han sufrido los Estados nacionales en las últimas décadas y por el surgimiento paralelo de espacios supranacionales en los que se han proyectado principios y elementos definitorios del constitucionalismo. Los derechos humanos, por ejemplo, se han convertido en un elemento constitucional con entidad propia por encima de los Estados nacionales y sus constituciones, hasta el punto de que podemos hablar de un derecho internacional de los derechos humanos de carácter claramente constitucional. En el plano organizativo, por referirnos a otro elemento completamente distinto, en organizaciones supranacionales como la Unión Europea se discute sobre la elaboración de tratados "constitucionales" en los que se recojan algunos de los principios organizativos del constitucionalismo moderno que también definen a estas organizaciones de carácter supranacional.

Esto tiene como consecuencia que las aportaciones del prof. Dippel resulten especialmente valiosas. En palabras de la profesora Clara Alvárez, "su propuesta se presenta como una invitación a efectuar una enriquecedora doble lectura de la historia constitucional: desde el pasado al presente y del presente al pasado",2que permite proyectar los resultados de la misma sobre los problemas constitucionales actuales. La historia del constitucionalismo moderno, como él la entiende, como una historia de carácter global por encima de las historias constitucionales nacionales, ofrece nuevos enfoques y perspectivas, de grandísima utilidad tanto para los constitucionalismos nacionales de hoy en día, como para la resolución de los problemas constitucionales que hay que afrontar en espacios de carácter supranacional.

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II

Para el prof. Dippel el constitucionalismo moderno nació con las Revoluciones francesa y norteamericana, a finales del S.XVIII, cuando tomó cuerpo la idea de una constitución escrita que expusiera los derechos de los individuos y regulara el poder y sus limitaciones. Pero, además, frente a lo que se denominaba "constitución" con anterioridad, para el constitucionalismo moderno una verdadera "constitución" sólo era aquella de acuerdo con la cual se establecían ciertos principios inequívocos, que el autor de esta obra concreta en los diez siguientes: la soberanía popular, la vinculación de la constitución a principios universales, los derechos humanos, el gobierno limitado, la supremacía normativa de la constitución, la forma de gobierno representativa, la separación de poderes, la responsabilidad y la obligación de rendir cuentas de los gobiernos, la independencia de la justicia, y el poder del pueblo para enmendar la constitución.

En 1776 se aprueba la Declaración de Derechos Humanos de Virginia, de 12 de junio de ese año, documento en el que los diez principios enumerados aparecieron juntos por primera vez. A partir de entonces, el constitucionalismo moderno y sus principios se expandieron hasta convertirse en paradigma universal. Sin embargo, esos diez principios no fueron aceptados ni inmediatamente, ni todos los lugares, ya fuera en América o en Europa, aunque con más dificultades en esta última. Por eso, la historia del constitucionalismo moderno que se desarrolla a partir de entonces es, como señala bien el prof. Dippel, la historia de los esfuerzos dirigidos a la realización de estos principios y de la lucha contra aquellos cuyo principal objetivo era, precisamente, evitar que esto ocurriera. Es, por tanto, una historia de dificultades: las dificultades para lograr el reconocimiento de los principios del constitucionalismo, y los avances y retrocesos en la conquista de los mismos; los problemas generados por su implantación, algunas de cuyas consecuencias han llegado hasta nuestros días; la diacronía de su constitucionalización; los diferentes modelos que fueron surgiendo, las discrepancias entre unos modelos y otros, etc.

Esa historia, como reconoce el autor en el prefacio de la obra, no puede escribirla un único estudioso. Sin embargo, el prof. Dippel ha realizado importantes aportaciones para que esto sea posible. Según sus palabras, al escribir los artículos que ahora se han publicado en español, su intención ha sido la de arrojar alguna luz sobre esa historia global, indagando en algunas parcelas de la historia constitucional concreta de ciertos países en momentos muy particulares.

En este sentido, es importante señalar que los trabajos del prof. Dippel, de acuerdo con sus tesis, pretenden contribuir a desvelar la historia del constitucionalismo moderno como fenómeno supranacional, pero, aunque este sea el objetivo, no realiza un análisis abstracto alejado de los Estados nacionales y los avatares de sus constituciones, sino precisamente lo contrario: la historia del constitucionalismo moderno y de sus principios se revela a partir del estudio comparado, en el sentido de estudio paralelo y contrastado, de las evoluciones constitucionales de los distintos Estados implicados.

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Por otro lado, también es preciso señalar que los trabajos del prof. Dippel alcanzan los objetivos propuestos porque el autor demuestra un conocimiento profundo y amplio de la historia de los Estados constitucionales, no sólo de sus textos jurídico-políticos, sino también de los hechos y circunstancias que rodearon la existencia de los mismos, así como una capacidad magistral para poner en relación unas situaciones con otras y realizar comparaciones entre ellas, ahora sí en sentido estricto. Por ello sus estudios resultan enormemente sugerentes, y nos aportan...

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