Consejos Obreros

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En la organización consejista, la igualdad real de todos en la toma de decisiones y en la ejecución de éstas no será un eslogan vacío, una reivindicación abstracta. Es una verdad de perogrullo que todos los miembros de una organización no tienen el mismo talento y que un obrero escribirá siempre mejor que un estudiante. Pero dado que la organización poseerá globalmente todas las capacidades necesarias complementariamente, ninguna jerarquía de facultades individuales vendrá a sabotear la democracia. La adhesión a una organización consejista y la proclamación de una igualdad ideal, es evidente que no hará que sus miembros sean todos guapos, inteligentes y que sepan vivir sino que permitirá que sus aptitudes reales para ser más guapos, más inteligentes, etc., se desarrollen en el único juego que vale la pena: la destrucción del viejo mundo.

En los movimientos sociales que se produzcan, los consejistas no dejarán que se les elija en los comités de huelga; su tarea consistirá, por el contrario, en actuar para que todos los obreros se organicen por la base en asambleas generales que decidirán la conducta a seguir en la lucha. Hace falta que se empiece a comprender que la absurda reivindicación de un «comité central de huelga», lanzada por algunos ingenuos durante el movimiento de las ocupaciones de Mayo del 68, si se hubiera logrado, habría saboteado más rápidamente todavía el movimiento hacia la autonomía de las masas, porque casi todos los comités de huelga estaban controlados por los estalinistas. [...]

La organización consejista no aceptaría hablar de igual a igual con otras organizaciones si éstas no son partidarias consecuentes de la autonomía del proletariado; del mismo modo que los Consejos habrán de deshacerse no sólo de intentos de recuperación de partidos y sindicatos sino de todo aquello que tienda a hacerse un lugar bajo el sol y a tratar con los Consejos de poder a poder. Los Consejos serán la única potencia o no serán nada. Los medios de su victoria son ya su victoria; con la palanca de los Consejos y el punto de apoyo de una negación total de la sociedad espectacular-mercantil se puede levantar la tierra.

La victoria de los Consejos no se sitúa al fin sino en el principio de la revolución.

[René Riesel (IS n.º 12, septiembre 1969).]

Por el poder de los Consejos Obreros

En diez días, no solamente centenares de fábricas han sido ocupadas por los obreros, y una huelga general espontánea ha interrumpido casi totalmente la...

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