Consejo de Europa

AutorDr. Francisco José Montes Fernández
CargoEx-profesor Universidad Complutense
Páginas57-91

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I Nacimiento del consejo de europa

La idea de una Europa unida aparece en numerosas ocasiones a lo largo de la historia de nuestro continente. Aunque por distintos procedimientos -la conquista por la fuerza o la integración voluntaria-, lo cierto es que la pretensión de aglutinar a los distintos pueblos europeos otorgándoles una identidad propia cuyas únicas fronteras fueran las naturales, no es ni mucho menos una idea reciente, aunque sea a partir de la II Guerra Mundial cuando dicha unificación adquiere mayores posibilidades de hacerse efectiva por la concurrencia de voluntades de todos los pueblos europeos.

Ateniéndonos a la opinión doctrinal mayoritaria, es a partir de la I Guerra Mundial cuando se empieza a plasmar documentalmente lo que por aquel entonces eran tímidas propuestas integradoras, concretamente en los movimientos federalistas. Fue el Conde Coudehhove-Kalergi1, en 1922, quien lanzó la idea de un movimiento pan-europeo, llegándose a crear dicha unión en Viena, en 1924, aunque únicamente como un movimiento privado. En 1926 se celebró, también en Viena, el primer congreso del movimiento al que siguieron otros en Berlín (1939), Basilea (1932) y Viena (1935).

Paralelamente al plano político se creó la Unión Económica y Aduanera que operaba en la misma línea pero limitándose al plano económico. El político francés Edouard Herriot declaraba en la Asamblea Nacional de Francia: "Mi mayor deseo es ver la realización de los Estados Unidos Europeos"2.

Llegó incluso a proponer un plan de asociación europea dentro del marco de la Sociedad de Naciones, pero su plan cayó en el olvido.

Otro francés, Arístides Briand, volvería a la carga con otro plan que presentó ante la Sociedad de Naciones en 1929. Aprovechando la idea de Herriot, afirmó lo siguiente: "entre los pueblos que están geográficamente agrupados, como los pueblos de Europa, debe existir cierto nexo federal". Se le recomendó que

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redactara un Memorandum que presentó el 1 de mayo de 1930, aunque su contenido fue excesivamente platónico y poco concreto.3

Las causas del fracaso de Briand fueron muy diversas: la soberanía nacional a la que ningún Estado quería renunciar, la falta de colaboración del Reino Unido y la apatía de la opinión pública. Veinte años más tarde los intentos de integración europea debían chocar con los mismos obstáculos4.

Hay muchos más ejemplos en el mismo sentido, destacando el intento de Hitler que deseaba una Europa bajo la hegemonía de Alemania y de Churchill que hizo a Francia la siguiente propuesta: "Los dos Gobiernos declaran que Francia y Gran Bretaña no serán de ahora en adelante dos naciones, sino una Unión Franco-Británica. La Unión instituirá organismos comunes para la defensa, la política exterior, las finanzas y la economía. Todo ciudadano francés disfrutará inmediatamente de las condiciones de ciudadano de la Gran Bretaña y todo súbdito británico se convertirá en ciudadano francés"5. Sin embargo, esta oferta no tuvo gran acogida por parte del Gobierno francés que la consideró tardía.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Churchill afirmó: "Nos hace falta crear algo semejante a los Estados Unidos de Europa... el primer paso a seguir es la constitución de un Consejo Europeo..."6. La idea de Churchill planteó en toda Europa, incluido el Reino Unido, enormes discrepancias, desde Alemania a Rusia, pasando por Francia o los países escandinavos. Aunque el proyecto de crear los estados unidos europeos no contaba inicialmente con una acogida muy fervorosa, poco a poco fue ganado adeptos gracias a los movimientos europeístas que lo extendieron rápidamente por toda Europa. A este momento corresponden, entre otros:

- La Unión Europea de Federalistas (UEF).
El United Europe Movement y el Consejo francés para la Europa Unida.
La Unión Parlamentaria Europea (UPE).
La Liga Europea de Cooperación Económica.
Les Nouvelles Equipes Internationales (NEI).
El Movimiento socialista para los Estados Unidos de Europa.

No vamos a detenernos en el examen de las actividades concretas que llevaron a cabo estos grupos, únicamente baste destacar aquí la gran labor que efectuaron

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como divulgadores de la idea de una Europa unida, si bien también conviene dejar constancia de que estos movimientos carecían de una actividad unificada, por lo que tal fragmentación debilitaba su propia finalidad. Para solventar este problema se creó, a finales de 1947, el Comité Internacional de Coordinación de los Movimientos para la Unidad Europea (CIMUE), cuyo objetivo era el de aunar los esfuerzos de todos los grupos europeístas que coincidían en señalar la idea de europeismo a la opinión pública. La primera reunión se celebró en La Haya entre el 7 y el 10 de mayo de 1948, en el llamado Primer Congreso Europeo, al que todos los analistas consideran el germen del futuro Consejo de Europa.

Las conclusiones del Congreso de La Haya fueron, entre otras, que fuera "convocada con toda urgencia, una Asamblea europea elegida por los Parlamentos de las naciones participantes, entre sus propios miembros o entre otros dedicada a:

a) estimular y dar expresión a la opinión pública europea.

b) ecomendar las medidas prácticas inmediatas dedicadas progresivamente a realizar la necesaria unión económica y política de Europa.

c) examinar los problemas jurídicos y constitucionales que suscite la creación de dicha unión o federación y sus consecuencias económicas y sociales.

d) preparar los planes necesarios para los citados propósitos"7.

Como se estudiará más tarde, las competencias de la Asamblea Consultiva del Consejo de Europa se parecen bastante a estas demandas.

Además, se solicitaba la redacción de un código europeo de derechos del hombre y la creación de un Tribunal Supremo europeo, entre otras resoluciones políticas a las que seguían diversas pretensiones de matiz económico y social.

Los resultados del Congreso de La Haya no fueron espectaculares, pero sirvieron para poner de manifiesto las dos tendencias que se mantienen hasta nuestros días: la federalista y la funcionalista.

Digamos por último, que el Movimiento Europeo fue creado el 25 de octubre de 1948 y eligió una presidencia de honor formada por Winston Churchill, Leon Blum, Paul Spaak y Alcide De Gasperi, es decir, aglutinó a todos los protagonistas del panorama político de la época para dar la sensación de tener superados las diversidades políticas ante el Movimiento Europeo.

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La situación política de Europa fue un factor decisivo teniendo en cuenta la amenaza rusa y el debilitamiento de la ONU. Por consiguiente, el primer paso para la unificación europea fue más militar y defensivo que político. En este contexto histórico surgió el Pacto de Bruselas de 17 de marzo de 1948, firmado por Bélgica, Francia, Holanda, Luxemburgo y el Reino Unido. Su base fundamental afirmaba que: “en caso de que una de las partes contratantes fuera objeto de una agresión armada en Europa, las otras partes le proporcionarían toda la ayuda militar posible, dentro de los límites de sus facultades”8. Existían, además, otras cláusulas sobre la cooperación económica, social y cultural.

El Pacto de Bruselas creó un Consejo Consultivo, integrado por los Ministros de Asuntos Exteriores de los cinco países integrantes del Pacto. La intervención de los Ministros de Exteriores francés y belga ante el Consejo de Ministros del Pacto de Bruselas, solicitando la creación de una Asamblea Europea, fue analizada y estudiada por diversas comisiones que concluyeron con la creación de un Comité para el estudio de la Unidad europea, el Comité de los 18, formado, como su nombre indica, por 18 miembros: cinco ingleses, cinco franceses, tres belgas, tres holandeses y dos luxemburgueses. Siempre con la oposición, velada o no, del Reino Unido. Ante este Comité se presentaron dos proyectos totalmente opuestos, uno inglés y otro francobelga. Inglaterra defendía la participación solo de los cinco países del Pacto de Bruselas y que el Consejo de Europa estuviese integrado por los representantes de los gobiernos. Por contra, Francia y Bélgica pugnaban por la creación de una Asamblea Europea, con miembros elegidos por los Parlamentos nacionales, que fuera el núcleo de un futuro Parlamento Europeo y cuya competencia estuviera por encima de los Estados miembros.

Para aproximar posiciones se propuso la creación de dos organismos: el Consejo de Europa y la Asamblea Consultiva Europea. El Reino Unido, por su parte, presentaron una contrapropuesta consistente en la creación de dos organismos: el Comité de Ministros y la Conferencia de Delegados. Ambas propuestas tuvieron que ir al Consejo Ejecutivo de los cinco reunidos en Londres el 26 de enero de 1945. Los británicos cedieron, de forma inopinada y aceptaron la creación del Consejo de Europa integrado por un Comité de Ministros y una Asamblea Consultiva, independientes de los gobiernos.

Nuevamente reunido el Consejo Consultivo de los cinco, se decidió convocar una conferencia general a la que fueron invitadas también Dinamarca, Irlanda, Italia, Noruega y Suecia, conocida como Conferencia de los Diez, celebrada en Londres en marzo de 1949. En ella se aprobó la...

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